¿QUÉ SOMOS? 19

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—Definitivamente es una mala idea — susurra Odín.

Mi corazón late desenfrenado, la parte más racional de mi está de acuerdo con él, pero por otro lado cree que es lo mejor, es el momento, se los dire.

—Yo lo hare, entrare a la organización, meteré a la gente que nos quiere muertos en la oficina donde estarán todos los explosivos, seré el cebo.

Gruñen como perros con rabia y eso me hace sonreír.

Tenemos todo listo, mañana destruiremos la puta organización, seré libre al igual que ellos, y los tres se afiliarán a las miles de organizaciones que hay alrededor del mundo, crearán una nueva, que sea más estable que la que me persigue.

—Definitivamente no.

Daven como siempre se niega, pero eso no hace más que derretir mi corazón, deja un suave beso en mi mejilla mientras se aleja dando vueltas alrededor de la mesa, mirando el mapa fijamente.

El recuerdo de lo que paso hace una semana aún está en mi mente, cada noche no puedo evitar explorar mi cuerpo buscando llegar a esa satisfacción que sentí aquel día, donde una llamada por parte de la organización detuvo todo el momento, cuando estaba a punto de entregarme a ellos por completo, confesarles la verdad.

La llamada fue de amenaza, que saben dónde estamos, que nos asesinarán a todos y si tenemos cómplices también morirán, así que aquel día después de aquel fogoso momento les conté sobre mi hermana y su esposo, ambos recordaban a la adolescente Cristina, la niña más rebelde que alguna vez conocieron, y me contaron sobre cómo se conocieron los cuatro.

''''''''''''''

—¡Cristina! ¡No vas a ir a ese jodido concierto! — grito en cuanto entro a la casa, seguida de mis tres hombres.

Definitivamente no era así como planee que sería esto, me hubiese gustado que cenáramos juntos, pero ahora estoy más molesta con ella, que no me importa el desorden de la casa a mi alrededor, hace unos meses me mude con ellos, no era todo el tiempo, pero ya casi la mayoría de mis cosas estaban en su departamento.

Mi hermana ya no era una niña, estaba comenzando su etapa de madurez, por amor de dios tenía 19 años y parecía una adolescente de 13 años apenas entrando a la pubertad.

—¡Voy a ir igual, no eres mi mamá! —grita desde arriba con su voz más aguda que la mía.

Pido a todos los dioses que me llenen de paciencia.

Una fuerte mano se posa sobre mi hombro y recuerdo que los tres están aquí conmigo, suelto un suspiro cansado, literalmente crie a Cris, supongo que no seré una buena madre al final de todo.

Aparece por la escalera, vestida como si fuera a un prostíbulo, no tengo nada en contra de las mujeres que trabajan allí, pero ver a mi hermana así, en un concierto donde podría pasarle miles de cosas terribles me aterra, su cabello tinturado por un rojo fosforescente, el maquillaje excesivo, los piercing y tatuajes cubriendo gran parte de su brazo.

Dios ¿cuánto le ha de ver costado todo eso?

Apenas y podía mantenernos a flote antes de que los hermanos aparecieran y me ofrecieran trabajar con ellos como su secretaria.

Inhalo y exhalo, el aroma de los chicos me tranquiliza y en cuanto abro mis ojos, ella esta impactada mirando a Daven, Odín y Niels detrás mío.

—¿Quién carajos son?

Suelto el aire en mis pulmones y me ahorro darme una palmada en la frente.

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