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Decir que estaban preocupados era poco.

Los señores Wu veían a Marcy desde la cocina, la alfa parecía decaída, sus ojos estaban adornados con grandes ojeras a punto de hacerle competencia a Darcy. Iba en pijama, su playera ya estaba completamente sucia y su cabello era un desastre. Todo eso sumándole que casi se estaba funcionando con el sillón de la sala.

El mayor suspiró y su esposa solo le dio una mirada cómplice.

—Yo hablaré con Marcy.— Susurró el mayor, sonriéndole a su esposa para que se calmara.— ¿Por qué no haces esos cupcakes que tanto le gustan? Podrías subirle el ánimo con eso.

La Omega asintió y el se dirigió hasta su bebé. Se sentó al lado de Marcy quien solo lo saludo con un movimiento de manos.

—¿Cómo estás?— Preguntó, tratando de aligerar el ambiente.

—Bien.

—Ya veo.— Sonrió — ¿Cómo va tu transición? ¿Hay algún avance con tu identi-

—¿Por qué estoy haciendo esto?— Susurró la menor, interrumpiendo a su padre.

—¿De que hablas mi vida?— Preguntó el mayor, posando su mano en la espalda ajena.

—¿Por qué me tengo que casar con Sasha?

Aquella pregunta lo tomo por sorpresa. ¿Por qué estaba haciendo eso? Tal vez por pura avaricia, por dinero y por poder. Era bien sabido que los Waybrigh podrían darle más dinero de lo que se podrían imaginar, tener un matrimonio entre los primogénitos era un salvavidas para los rubios y un ingreso para los asiáticos.

Pero, ver a Marcy en ese estado lo estaba matando. Marcy siempre fue alegre, viendo el lado positivo de la vida a toda costa y haciendo sonreír incluso a las amargadas de sus hermanas.

Pero ahora su pequeño sol estaba apagado.

—¿Ha pasado algo entre ustedes?

Marcy se encogió en su lugar y el mayor pudo ver las lágrimas brotar de sus ojos.

—Ha dicho que jamás me amara...— Susurró al borde del llanto.— No sé que hacer papá...

—Mi amor... Se que esto es difícil para ti y para Sasha.— Murmuró.— Pero no debes dejarte influenciar por sus palabras. Ahora está enojada, furiosa con todo y negándose al matrimonio.

—Yo no quiero obligarla a nada...

—Yo lo sé.— Respondió, sintiendo y acariciando el cabello negro.— No sé por lo que estés pasando mi amor, pero créeme que te apoyaré pase lo que pasé. Y si quieres cancelar todo esto, solo dilo.

Marcy asintió ante las palabras de su padre, no quería terminar su matrimonio, a decir verdad, no pensaba hacerlo y eso jamás paso por su mente, pero, no sabía cómo lidiar con la rubia. Sentía qué en cualquier momento rompería su corazón y no sabría cómo manejarlo.

—Esta bien papá, estoy bien...— Murmuró, secando sus lágrimas.— Solo... No se cómo lidiar con Sasha, cómo hacerle entender que no le haré daño y solo quiero amarla..

—Los omegas son difíciles.— Rió su padre.— Pero nada es imposible, recuerda, el que persevera alcanza. Invitala a salir, llévala a un café, un museo o algo así. No la hagas sentir como un objeto.

—Siento que... Que me rendiré.

—Escucha Marcy, un Wu jamás se rinde en lo que quiere. Se busca hasta poder tenerlo.— Marcy suspiro antes las palabras de su padre.— Jamás te rindas, jamas sueltes la rienda. Se educada y demuestra lo buena que puedes ser a tu manera.

Contrato.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora