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Sus ojos se cerraban poco a poco, el sonido de la voz de viejo alfa lo estaba durmiendo

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Sus ojos se cerraban poco a poco, el sonido de la voz de viejo alfa lo estaba durmiendo. ¿Por qué le interesaría saber cómo lidiar con problemas matrimoniales? Bueno, si le interesaría saber pero sus "consejos" no eran los mejores.

—Y como alfa debes tener el control de la relación y tú siendo un alfa debes de aprender a someter a tu Omega.

Bufó con molestia, no entendía porque tenía que tomar esas clases de "matrimonio".

Habían sido las dos horas más horribles de su vida, donde escucho como un alfa era mejor que un Omega, como los alfas fueron hechos para la gloria y los omegas para servir y ser fábricas de bebés.

Tonterías.

Salió del lugar, tomando aire para no querer matar al que se le ocurrió la idea de meterlos a clases de pareja.

Sus ojos viajaron a una cansada Sasha y rápidamente su humor volvió a aparecer.

—¡Sashy! ¡Sashy! ¡Sashy!— Gritó con energía, llendo a abrazar a la menor.

—Hola, Mars.— Sonrió Sasha, dejando que le mayor la abrazará y oliendo el aroma a chocolate que tanto empezaba a amar.— ¿Qué tal te fue?

—Puedo decir que no tan mal como a ti.— Bromeó, dejando que la rubia restregara su aroma.— ¿Tan mal estuvo tus clases?

—Bueno, ahora se en que posición es más rápido crear a un bebé.— Murmuró con disgusto.

—Ouh... Entonces no me fue tan mal...— respondió, peinando un mechón rubio.— ¿Vamos por algo de beber?

—Por supuesto.

Tomaron camino a la cafetería más cercana, era martes por la tarde por lo que no tenían que preocuparse por tanta gente.

Pidieron sus bebidas y tomaron asiento en el fondo del lugar, siendo la luz de la lámpara su única iluminación.

—No puedo creer que te dijeran eso.— Hablo Marcy con gracia y furia en su voz.

—Ya lo sé. Pero es algo que esperan... de mi.— Respondió Sasha, viendo los malvaviscos de su chocolate.— Darte los hijos que quieras.

—Si..— Tosió un poco antes de responder.— Pero, no debes de verte como... Una máquina de bebés.— Respondió, agarrando las pálidas manos.— Eres mucho más que eso, no creas que en nuestro matrimonio serás una segunda persona. Al contrario, los dos podemos dirigir las compañías... Podemos... Hacer las cosas juntos...

—Es bueno que me haya tocado un prometido como tú...— Respondió Sasha después de un pequeño silencio.— Yo... Creí que me sentiría sola...

—Sasha... Quiero ser todo para ti...— Murmuró con un ligero sonrojó.— Quiero... Que me tengas la confianza suficiente... Seré todo para ti, seré tu amigo, tu confidente, tu amante y si tú me lo permites... Puedo ser el mejor esposo para ti...

—Mars...

Sus corazones latían con fuerza, sus mejillas estaban tan rojas como un tomate. Marcy se iba acercando a su rostro poco a poco y Sasha, inconcientemente, iba cerrando los ojos.

No fue hasta que el ruido de la puerta del local abriéndose que se separaron, pues un jadeo lleno de sorpresa los había asustado.

Frente de ellos, una joven Darcy acompañada por Anne, quien tenía una expresión llena de disgusto que no paso por algo de Marcy.

En cambio, fueron las manos entrelazadas de las dos chicas contrarias lo que llamó la atención de Sasha.

Supongo que hay más de un corazón roto.

Supongo que hay más de un corazón roto

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