04

172 29 2
                                    

—

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

¿A dónde me llevas?— Preguntó Sasha, viendo como el auto de Marcy salía de la ciudad.

Empezaba a ponerse nerviosa ya que no solía salir de Los Ángeles si no era por asuntos familiares.

—Estamos cerca, no te preocupes.— Respondió Marcy, enciendiendo las intermitentes para estacionarse.

—Marcy, aquí no hay nada

—Lo sé, pero es un lindo lugar para hacer un picnic ¿No lo crees?

Aún si Sasha Waybright era una chica material, la idea de un picnic siempre era bien recibida. Le gustaba la tranquilidad, las ideas simples y un buen snack. La alfa se estacionó, bajo corriendo del auto y le ayudo a bajar. El tacto piel a piel era electrizante, encantador y podría decir que era hermoso.

Marcy saco de la cajuela todo lo necesario. Desde el mantel hasta una canasta y un par de copas.

Una vez acomodado todo, disfrutaron del lugar.

—Traje sandwiches, de mantequilla, mermelada, Nutella, jamón y queso... Algo de salsa... También traje galletas, chocolates, gomitas, algo de agua... Un vino... — Sasha vio a la alfa rebuscar en la canasta mientras enlistaba todo lo que había embolsado.— Ummm... ¿Dónde deje los cupcakes? Maldita Darcy...— Murmuró, causando una pequeña risa en la menor.

—Creo que con lo que haz traído es más que suficiente.

—¿Tú crees? Me gustaría que comieras bien..— Murmuró, dejando todo en el mantel.

—Es más que suficiente, Marcy.

—¿Te gustaría algo de vino?— Pregunto Marcy, tomando una de las copas que había traído.

—Si, gracias.— Respondió la menor, recibiendo la copa de vino.— Este lugar es lindo.

—Lo encontré hace poco.— Respondió con una sonrisa.— Salí de la ciudad por un pequeño trabajo y cuando venía de regreso mi auto se paró aquí, así que fue una desgracia y una fortuna quedarme dos horas aquí.

—Wow ¿Dos horas?

—Si, la ayuda tardo un poco.

Una vez más, Sasha volvió a sonreír.

—¿Y que hay de ti?— Preguntó Marcy, acercándose un poco a la menor.

—¿De que hablas?

—Bueno, ya sabes.— Balbuceo.— Quisiera... Conocerte...mejor.

—Oh, quieres saber de mí.— Murmuró Sasha sin estar tan convencida.— Bueno, tengo veintiuno años, estudio psicología y... Creo que es todo.

—¡Oh vamos!— Se quejó.— Sasha, me refiero... A qué quiero conocerte. Quiero saber quién es Sasha y quién quieres llegar a ser.

Contrato.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora