Jane (Saga Darks)

Prólogo

¿Solo los cazadores pueden cazar?

17 de Septiembre

Psiquiátrico de Wison

-¿Que....? No entiendo nada.

-No tienes porqué entenderlo, yo te avisé desde el principio, nunca sabes quién es el verdadero monstruo -Esos ojos, a los que había mirado con tanta admiración ahora solo me demostraron lo poco que había usado los míos.

Nada tenía sentido, ¿Quién era el verdadero monstruo? O, mejor dicho, ¿Había alguien que no lo fuera? O, quizá, simplemente no había ninguno.

Hay veces que estamos demasiado ciegos para ver la verdad, o simplemente nos negamos a aceptarla, en mi caso, desde muy pequeña fuí condenada a afrontar y descubrir la verdad, una que por muy aterradora que fuera no iba a dejar pasar.

Asesinaron a toda mi familia hace unos cuantos meses, un año diría yo, por alguna razón, el asesino decidió dejarme viva, y, además, llevarme a este infierno, o, como algunos lo llaman "El psiquiátrico de Wilson", un pueblo que hasta hace un par de décadas se consideraba perfecto, pero una familia decidió dar a luz la verdad. El pueblo de Wilson estaba lleno de monstruos, ¿O no? nada quedó claro cuando se marcharon y se dieron cuenta que el monstruo lo habían traído ellos.

Desde que llegué a este Psiquiátrico con tan solo 15 años, no han parado de hacerme preguntas, como, por ejemplo, si recuerdo algo del asesino, la respuesta siempre es la misma, que no recuerdo nada, ha pasado casi un año y medio  y siguen sin dejarme salir de aquí, dicen que es porque necesito estabilizar mi salud mental, pero sé que en realidad solo quieren que recuerde algo, ya que este asesino ya ha asesinado a cuatro familias, y las pocas personas que sobrevivieron se acabaron suicidando porque la culpa les perseguía, igual que a mi, por eso mismo no quieren que salga de aquí.

Una vez escuché una frase que decía: "Los monstruos no nacen, son creados".

Pero eso no es lo que más se repite en mi cabeza, sino, ¿Quién es el verdadero monstruo?

También descubrí que ni los propios monstruos saben detectar al más fuerte. Ni los que creen que son los más fuertes detectan a sus superiores.

                                                           Nada es lo que parece.