Jane (Saga Darks)

Todo juego tiene su comienzo

JANE

-Señorita Toppan, ¿Me está escuchando?

-¿Eh? Ah, si, Margarita, la escucho. -Estoy en clase de historia, una habitación que aunque tenga espacio para muchos alumnos, estoy yo sola, en este psiquiátrico le dan mucha importancia a las clases, dicen que tenemos que ser muy inteligentes.

Desde que me internaron en el psiquiátrico me asignaron a la Sra Margarita como profesora, una señora de aproximadamente unos sesenta años, la verdad es que no me quejo, no se entera de nada, pero sus clases son un infierno, no entiendo como puede existir una mujer tan aburrida.

-Bueno, aquí acaba la clase de hoy, espero que mañana esté más despejada, recuerda que puede hablar con su psicólogo siempre que lo necesite.

Después de eso recoge sus cosas y espera a que me marche para cerrar la puerta con llave.

Voy directamente hacia la cafetería, que es el único lugar donde puedo ver a mi mejor amiga, Hiena, ya que ella está en el pasillo dos y yo en el uno.

Este psiquiátrico se divide dependiendo del nivel de riesgo de cada persona. Primero están los tres pasillos principales, en el uno estamos las personas de menor riesgo y en el tercero están las de mayor. Por otra parte, también hay un segundo piso, donde están las personas que son un alto riesgo para sí mismas y para la sociedad.

La verdad es que el edificio es bastante moderno, sus colores se basan en el gris, blanco y azul -Cosa que a muchos les parece deprimente pero a mi me gusta-. También tiene toques de rojo en las salas más importantes, lo usan para ocasiones especiales. cosa que todavía no entiendo, ya que ese color no pega con la estética de este lugar. Lo que más me gusta es el jardín, está muy bien cuidado, todos los setos cortados a la perfección al igual que el césped y hay una gran fuente que alrededor tiene caminos de tierra, desde todas las clases se puede ver el jardín a través de las enormes ventanas.

Al entrar a la cafetería lo primero que veo son un montón de mesas ordenadas como de costumbre y un montón de gente esperando para pedir en la barra.

Ahora hay muchos pacientes nuevos, muchos de ellos vienen de Alemania, por lo que se me dificulta hablar con ellos. Pero realmente nunca he querido hablar con ninguno, así que me da igual. Socializar no es lo mío.

-¡Jane! ¡Jane! ¡Aquí! -El grito de Hiena tiene que haberlo escuchado toda la cafetería. Hiena es mi mejor amiga, casi la única amiga que hice desde que llegué, ella llegó meses más tarde que yo. Hiena es bastante guapa, es algo más bajita y delgada que yo, cosa que envidio pero a la vez me da pena porque sé que es por sus problemas con la comida. Las fracciones de su cara son perfectas y tiene la piel clara que hace contraste con su pelo corto negro y sus ojos son del mismo color que su pelo. Parece que está sacada del mismísimo cielo.

-Hola ¿Cómo va todo? -Me siento enfrente suyo en la misma mesa de siempre, estamos al lado de la ventana y podemos ver a todos. Nos encanta enterarnos de todo lo que ocurre, así tenemos de que hablar porque no es que ocurran muchas cosas por aquí.

-La verdad es que bien, me han cambiado de psicólogo, creo que harté al anterior, normal, yo tampoco me aguantaría, ahora tengo el mismo que tú -Sé que lo dice de broma, pero no me gusta que hable así de sí misma, muchas veces pienso que no son bromas, y en el fondo sé que no lo son.

-Pues ya verás cuando lo conozcas, te gustará menos que el anterior, parece que ese hombre solo sabe hablar con preguntas. -Es verdad, no aguanto al Doctor Andrew, solo sabe sacarme de quicio.

-Tú tranquila que yo le contestaré con más preguntas -Eso hace que nos empecemos a reír como unas verdaderas locas y que algunas personas de otras mesas se giren para mirarnos.