P E T E R
La juventud eterna espera ansiosa el latir del corazón de un verdadero creyente. Este corazón, el último ingrediente que me falta para asegurar mi dominio sobre Nunca Jamás y consolidar el poder que la Sombra me otorgó. Una vez que este órgano sea mío, la isla y toda la magia que la impregna caerán rendidas a mis pies. Mis anhelos más profundos se verán realizados, y ninguna fuerza en este universo podrá interponerse en mi camino.
Desde el inicio de la cuenta regresiva de mi existencia, he instruido a la Sombra para que traiga más niños perdidos a la isla. La condición es clara: deben tener entre nueve y quince años, la edad en la que el corazón está en su máximo esplendor de creencia. La Diosa de la Fortuna sonrió a mis súplicas y guió a la Sombra hasta un chico llamado Devin, proveniente de una ciudad llamada Storybrooke. Esta nueva ficha en mi juego es esencial, ya que en el preciso instante en que le mostré la fotografía del niño cuyo corazón alberga, no dudó en pronunciar su nombre.
«Henry Mills»
Sus labios temblaban de miedo, pero ese leve susurro está destinado a coronarme como el triunfador. Inmediatamente le ordené proporcionarme toda la información necesaria para que la Sombra pudiera localizarlo lo más rápido posible. Ese tal Devin resultó ser inteligente y me entregó todo lo que le pedí: dirección de la casa, información sobre familiares e incluso las personas con las que suele relacionarse. Después de todo...
¿Quién es él para negarme algo?
-"Sombra" –Lo llamé, y en un parpadeo, se materializó ante mí. –"¿Por qué el corazón del único creyente aun no lato en mi pecho?" –Inquirí mientras avanzaba con determinación a su alrededor... –"¿Por qué? ¿Acaso Devin no te otorgo todo lo que necesitas para cumplir la orden de tu rey?"
-"Hay una chica" –Confeso con la cabeza gacha, notablemente avergonzado por no cumplir con mis deseos. –"Y él se lo pasa pegado a ella día y noche"
Una carcajada por mi parte resonó por toda la Isla Calavera, las burlas y risas de las demás sombras se unieron en un coro siniestro. No puedo creer que uno de mis seguidores más fuerte sea incapaz de cumplir con su cometido por una mujer. ¡Una mujer sin magia! Se supone que aquí, en mi isla, las damiselas sin poder, no tienen permitido pasar más de una noche aquí; ellas solo sirven para distracciones.
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Flor de tres petalos
FanfictionLa maldición de la Reina Malvada finalizo, después de veintiocho años le venda que cegó a todo Storybrooke al fin se había quitado y todo gracias a La Salvadora. Todos los personajes de los cuentos clásicos se reunieron con sus familias y gozan de s...