#9 Cara de Póker

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K     I     R     A

Hemos abandonado la comodidad del Calavera hace tan solo un par de minutos, decidimos que la mejor manera de obtener algún tipo de ventaja sobre Pan, es conociendo el terreno por donde pasaremos, lo que yo creo, los próximos días. Nunca Jamás es una isla llena de secretos y seres que pueden atentar contra tu vida constantemente, pero supongo, que ese es el precio por la juventud eterna, para obtenerla, deberás de sobrevivir a los peligros que presenta esta tierra.

Lo único positivo que debo destacar sobre el secuestro de Henry es que ha simplificado mi viaje a este país. Quién sabe, tal vez tenga la oportunidad de preservar mi vida antes de que se agote el tiempo límite. Las venas moradas comenzaron a extenderse hasta llegar un poco más arriba de mis codos. Lo único que me inquieta es que, en algún momento, alcancen mi rostro y, por ende, todos descubran mi secreto.

-"No se separen señoritas" –Killian nos hablo mientras corta un par de plantas con su garfio, facilitándonos el paso. –"Recuerden, los pequeños demonios de Pan se encuentran por todas partes, debajo, arriba o a nuestros costados. Pero jamás estarán lejos"

-"Ya entendimos pirata" –Dijo Regina midiendo con precisión cada paso que da. –"Esto tiene que ser una broma" –Soltó una risa sarcástica al ver su zapato cubierto de lodo.

-"Supongo que los tacones no son todoterreno" –Se que no puedo aguantar la risa, así que decido adelantarme a la fila y voy detrás del capitán. –"¡Dejen de golpearme en la espalda!" –Exigí al sentir como un tacón fue lanzado a mi lomo.

Mientras avanzamos por la espesura Nunca Jamás, la vegetación se cierra nuestro alrededor, creando un paisaje exuberante y misterioso. La luz del sol apenas logra penetrar a través de las hojas densas, proyectando sombras danzarinas en el suelo cubierto de musgo. Una mezcla de aromas frescos y terrosos llena el aire, transportándonos a un mundo donde la magia y la realidad se entrelazan de manera indistinguible.

A medida que nos adentramos más en la isla, los sonidos de la selva cobran vida. El canto de aves exóticas resuena en lo alto de los árboles, y criaturas invisibles entre la maleza emitían extraños chirridos y susurros. Los árboles adoptan formas caprichosas, algunos con troncos retorcidos y raíces que se entrelazan en formas intrincadas.

Killian, nuestro guía, continuo abriéndonos camino con su garfio, despejando la densa vegetación. –"Estamos ingresando al corazón de la isla" –Anuncio, con su voz cargada de experiencia y cautela. –"Si mantenemos este paso, estaremos en tres horas en la guarida de Pan" –Solo espero que ese refugio continúe estando en el mismo lugar; no es que dude de Garfio, es que él estuvo aquí hace años, las cosas pudieron haber cambiado.

Escucho con detenimiento cada palabra que emana del Capitán, consciente de que su experiencia puede brindarme más ayuda de la que él mismo imagina. La búsqueda de Excalibur se ha convertido en una imperiosa necesidad para mí, ya que, según el libro «Once Upon a Time», se encuentra en esta isla y me pertenece. Mi ambición por descubrir sobre mi pasado, se intensifico al saber que puedo controlar a mi antojo a la oscuridad en persona, el Espectro, deseo con las pocas fuerzas que le quedan a mi alma encontrarla y hacerla oficialmente mía; es una meta que tuve en mi vida pasada, cuando era de manera literal un personaje de cuento. No puedo irme de este mundo sin antes poseerla.

También me siento egoísta porque mis pensamientos últimamente solo se centran en encontrar la espada y en detener los efectos de la flor morada, sabiendo que la vida de Henry está en manos de un lunático que secuestra niños y no se sabe que es lo que hace con ellos. Sin mencionar que el pequeño Mills jamás me abandono con respecto a la búsqueda sobre mi pasado, incluso se atrevió a desobedecer a su madre (quien ha demostrado un odio muy profundo hacia mi persona) con tal de ayudarme. Debo de encontrar el balance para no morir y encontrar a mi nene favorito.

Flor de tres petalosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora