12 - Fin~

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Último cap hot y diabético. 🫰🏻
...

Con el frío que hacía en esa temporada del año no era buena idea salir de casa, y de hecho, Chuuya estaba completamente bien estando en casa con la calidad de su departamento y una película acompañada de una pizza, pero no, Dazai llegó a perturbar su tranquilidad insistiendo con salir al festival navideño, y ahora, deseaba matarlo.

Desde abajo no parecía tan alto, en realidad, si lo analizaba con calma y no pensaba en la altura podría divertirse disfrutando de la bonita vista que le ofrecía Yokohama, pero cuándo la brisa fría sopló y la canasta metálica se movió, sus uñas se clavaron al asiento como cuando un gato va cayendo e intenta sujetarse de algo.

—¡E-escúchame bien, imbécil! —la clama que había estado guardando durante todo el transcurso del juego mecánico se fue a la mierda. —¡ESTO NO ES DIVERTIDO! ¡Te maldigo a ti y a tus estúpidas ideas suicidas de diversión!

—¿Suicidas?... —pensó. —¡Qué fantástica idea! ¡Saltemos desde aquí!

—¡No se te ocurra mover un solo pie, estúpido vagabundo de mierd... ¡DAZAI! —chilló con pánico, apretando aún más las uñas en el asiento. —¡S-sientante!

Mon amour, primero me suicido antes que dejarte caer. —dijo subiéndose al borde del asiento, justo donde el peso era mayor y la canasta se inclinaba.

—¡¿Y-y eso debería calmarme?! —sus ojos dieron una mirada más por la ventana, y el sudor en sus manos aumentó. —No debí hacerte caso. —murmuró regañandose a sí mismo. —¡TE VOY A MATAR, OSAMU! —amenazó cerrando con fuerza los ojos. Podía sentir la cabina meciéndose y el vértigo comenzando a revolver su estómago.

Jamás volvería a seguir las ocurrencias de un estúpido suicida, jamás volvería a decirle algo amable, ¡JAMÁS VOLVERÍA A DIRIGIRLE LA PALABRA!

Dazai se movía provocando el balanceo como si fuera un niño en un columpio, pero... Ya no era un niño, ¡Y eso tampoco era un columpio! Aunque era de esperarse que sucedería algo así cuando estaban a tanta altura del piso.

—Chuuya, abre los ojos. —le dijo burlón, disfrutando de ver al pelirrojo temblando contra el asiento. ¡Por supuesto que no! Chuuya negó con la cabeza apretando los dientes cada vez que sentía el vértigo mareando su cabeza. —Por favor, solo imagina que salto de aquí ahora mismo y está sera la última vez que me veas, ¿No quieres decirme que me amas y qué aceptas casarte conmigo?

—¡No! ¡Házlo, imbécil! ¡Me harías un gran favor!

—¡CRACK!... ¿Escuchaste eso? Fue el sonido de mi corazón rompiéndose en pedazos... ¡Oh! ¡Mi pobre corazón! —dramatizó esperando que Nakahara abriera los ojos, pero simplemente no sucedió. —Está bien, entiendo. —gruñó acomodándose mejor en la orilla de la canasta metálica, inclinado su cuerpo hacia atrás como si estuviera a punto de saltar. —El amor de mi vida me ha rechazado y no tengo otra razón para vivir...

—¿Eres tonto? ¿Cuál rechazo? Yo solo... —Chuuya detuvo sus palabras cuando... ¿La cabina había dejado de moverse?

La fría brisa de invierno entró de repente y uno a uno abrió los ojos encontrándose con la pequeña ventana abierta, pero en ese pequeño espacio metálico no había nadie más. Estaba completamente solo.

—¡¿D-dazai?! —se levantó con los pies temblorosos aún sintiendo el vértigo en todo su cuerpo. La presencia del suicida no estaba. —No puede ser, Dazai.

Miró a su alrededor sin encontrar alguna señal. No podía haber desaparecido y no era tan estúpido como para saltar... ¿O si?

Con pasos lentos y temerosos se acercó a la orilla asomando su cabeza cuidadosamente y rezando por no encontrarse con alguna terrible escena de suicidio que involucrara a su novio con los intestinos de fuera. —¿S-samu? —no había nada.

Internado || SoukokuDonde viven las historias. Descúbrelo ahora