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Cap largo y hot 🫰🏻

...

—¡Deja de golpearme! —regañó Dazai por la forma en la que Chuuya daba patadas de frustración en su espalda cada vez que se molestaba.

—¡ESTAS HACIENDO TRAMPA! —acusó.

Tenían más de una hora encerrados aquella mañana dentro de su habitación. En sus celulares había un juego en línea en el que ambos eran enemigos, y evidentemente, Chuuya estaba convencido de que Dazai hacia trampa. No podía ser posible que solo llevará una miserable victoria luego de tanto tiempo. —¡Gané limpiamente!

—¡Mentira! —gritó dándole una fuerte palmada en la cabeza, ocasionando un quejido del suicida. —¡Jodida babosa, estoy viendo como usas trucos ilegales!

—¡Por supuesto que no son ilegales! —defendió orgullosamente. —Y perdiste.

—¡EXIJO OTRA REVANCHA!

Mon amour, llevas cuatro revanchas y ninguna la has ganado. —Chuuya bufó tratando de ignorar el dulce "mon amour" que le había dicho. —Solo sé buen perdedor, Chuuya.

—¡Te detesto!

Dazai se giró para verlo de pies a cabeza. Estaban en la misma cama, aún llevaban pijama y no habían bajado a desayunar, era la primera vez que pasaban un día libre sin salir de aquel lugar, por lo que se sentía realmente agradable estando en compañía del otro.

Dejó su celular a un lado, arrastrándose por la cama hasta meterse sin permiso entre las piernas de su compañero y descansar su cabeza sobre su estómago, abrazándose a la circunferencia de su cintura. Chuuya estuvo apunto de reclamar, pero cuando bajó la vista lo vio con ambos ojos cerrados y una expresión relajada que solo tenía cuando lograba dormir profundamente. —¿Dazai?

Silencio, no obtuvo ninguna respuesta más que un quejido. —Dazai, me estás entumiendo los pies.

Osamu no tenía ninguna intención de moverse, estaba tranquilo y Chuuya era tan cómodo. —Chibi, eres como una almohada. —susurró acurrucándose más en su regazo.

El rostro del pelirrojo se pinto de un rubor rosado intenso, colocando y moviendo su temblorosa mano por los cabellos desordenados de su compañero. Últimamente, cada cosa que Dazai se atrevía a decir con sinceridad eran como apuñaladas a su corazón, aunque tal vez el termino "apuñaladas" era erroneo para lo que en realidad sentía, pero era la mejor forma de explicarlo.

—No digas cosas así, es tonto.

Dazai de pronto suspiró levantándose. Estaba sentado frente a su compañero, acercando sus rostros sin miedo alguno. —No me voy a disculpar por decir lo que pienso. —sus manos subieron por los costados del más bajito, pasando por sus hombros y cuello hasta los cabellos pelirrojos de su nuca que cada día crecía más. —Se ve lindo. —halagó refiriéndose a sus mechones. —¿Estás sonrojado?

—¡Cállate!

—Que lindo. —dijo disfrutando de su rostro avergonzado. —¿Chuuya se sonroja por mi?

—¡Cállate Dazai!

Sin duda, hacerlo sentir nervioso era de sus nuevas formas favoritas para molestarlo, en especial cuando le sostenía la mirada y Chuuya no sabía a dónde voltear, por lo que escondía su rostro entre sus manos. Era adorable.

—Chuuya. —llamó de pronto, sentándose sobre sus rodillas frente a su compañero. Estaban cerca, pero no lo suficiente. —¿Aprendiste a besar?

—¿A qué viene esa pregunta, estúpido vagabundo?

Internado || SoukokuDonde viven las historias. Descúbrelo ahora