Internado || Soukoku

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Cap altamente diabetico, prepárense porque me pasé de drama y van a vomitar arcoiris.🫰🏻

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—¡Te lo dije! Ese muchacho nos traerá problemas tarde o temprano ¡Da igual que tan lejos este, no deja de ser nuestro hijo y debemos responder por cada una de sus estupideces!

—Ya lo he resuelto, ¿Cuál es el problema?

—El problema es que nunca es suficiente, ni siquiera puede ser un alumno destacado, ¡¿Por qué aún lo mantenemos ahí derrochando nuestro dinero?!

La conversación entre ambos adultos era la misma que había escuchado durante tantos años y que una y otra vez le carcomía el alma. Hablaban como si no estuviera a sus espaldas escuchando cada una de sus palabras siendo escupidas directamente en su cara como veneno.

¿Costaba tanto hablarlo en privado? No, en realidad daba igual si lo hacían en un lugar donde no pudiera escucharlos, sus acciones siempre demostraban su desprecio y ya se sabía el discurso de memoria.

Al llegar bajó del auto en silencio, justo del mismo modo en que había entrado hace varias horas. Sus maletas fueron desempacadas por los sirvientes de sus padres y tan rápido como estuvo instalado en su habitación, puso la llave para no ser molestado por el tiempo en que durarán las vacaciones. No pensaba salir solo para escuchar como es que nunca era lo que sus llamados progenitores esperaban de él, prefería permanecer solo y escapar por la venta en las noches para hacer más soportable su auto-encierro.

Tenía un dolor de cabeza que no se había quitado en días. Seguramente se debía a los moretones en su cara, o quizás a toda la situación de los últimos días, cualquier respuesta era mala y como fuera, tenía que colocarse medicamentos en las heridas si no quería regresar al internado lleno de cicatrices.

Había una grande cruzando por su ceja que tenía unas suturas, y otras más pequeñas en su barbilla y mejillas, pero fuera de eso solo había moretones, nada demasiado grave para ser llevado a un hospital... O al menos eso dijeron sus padres.

En el espejo frente a su vestidor pudo verse el rostro. Se veía horrible en verdad, pero al menos no estaría postrado en una cama todas las vacaciones como Chuuya.

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¿Dazai era una persona rencorosa? La verdad es que él no lo consideraba así, pero tal vez, está ocasión era diferente.

Chuuya había despertado un día después de su accidente y lo primero que vio al abrir los ojos fue a su compañero durmiendo profundamente al lado de su camilla con varios libros sobre la mesita y muchas notas hechas bolita en al rededor del bote para basura.

Le acarició suavemente los cabellos sintiendo como se removía poco a poco, despertando lentamente. —¡¿Cómo estás?! —se levantó de golpe al sentir los dedos su cabello. 

Chuuya se soltó a reír por la preocupación en su voz. —Estoy bien, no te preocupes.

Aún sin apartar su mano de los cabellos castaños, bajó un poco hacia su rostro, acariciando su mejilla como una muestra para que dejara de sentirse inquieto. —¿Cómo dejaste a Niko?

—Mal.

—Excelente... Pero muy agresivo, nunca te había visto golpear a alguien de ese modo.

—Se lo merecía.

—Estoy de acuerdo.

Haciendo un espacio en la camilla, palmeó a su lado para que el castaño se subiera y recargara su cabeza contra su hombro. Dazai se dejaba acariciar como si fuera un gato, disfrutando mucho de la sensación de tranquilidad que eso le causaba en todo el cuerpo.