Dos semanas después, las cosas seguían igual o peor. La relación entre las hermanas estaba casi rota, apenas hablaban, y cuando lo hacían era porque sus padres las obligaban o estaban peleando.
Sin embargo, la alfa aún mantenía las esperanzas, haciendo intentos para solucionar lo que sea que estuviese molestando a la morena, siempre fallando en el intento.
Ademas la situacion no ayudaba mucho, las chicas no pararon de intentar algo con la pobre alfa que solo buscaba arreglar las cosas con su hermana, causando que la omega continuara alejándose. Y es que en realidad, la omega hacía lo posible por no alejarse, por no dejarse afectar por ello, pero es que la vida de verdad la quería ver mal. Ya sea en el instituto, en su casa o en salidas familiares en las que la alfa se las topaba, siempre había alguna chica intentándolo.
Sin poder evitarlo, la omega terminó perdiendo contra los celos, culminando en la separación de las hermanas.
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La alfa cerró la puerta tras de ella y avanzo revisando los papeles en sus manos. Una vez que llegó a la sala, pudo escuchar la risa de su padre, elevo la mirada y lo vio recargado en la pared, sosteniendo su taza de café mientras le sonreía. Uno de los guardias de seguridad había llamado a la puerta y le había entregado el correo, el cual estaba principalmente lleno de cartas de amor.
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P/K: Desde que averiguaron donde vives no han parado de enviar cartas ─sonrió divertido, dándole una trago a su taza de café─ A este paso harás que nos mudemos
T/N: Lo lamento ─se disculpo sonrojada─ hable con el guardia y le pedí empezará a desechar cualquier carta que sea de ese tipo
P/K: No te preocupes. Me alegra por ti ─le sonrió para luego avanzar─
El hombre salió de la vista de la alfa, dejándola sola. Suspiro y siguió revisando una por una, las cartas en sus manos, sin notar las pisadas que descendía por las escaleras que bajaban a la sala.
─ ¿No se cansan de arrastrarse? ─gruño cruzándose de brazos.
La alfa se fijo en el inicio de las escaleras, encontrándose con su hermana mayor. La morena mantenía una expresión seria, mientras llevaba puesta un top de tirantes blanco, dejando ver el definido abdomen de la omega y su delicioso escote. En la parte inferior llevaba un short rosa extra corto, dejando a la vista las perfectas piernas morenas de la chica, su hermoso y sedoso cabello oscuro un tanto alborotado, dejando en evidencia que recién despertaba. La omega veía con indiferencia las cartas en las manos de la alfa.
