4. Jareth

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La mirada que me lanza, me atraviesa y me deja completamente petrificada en mi asiento, soy incapaz de desviar mi mirada y él no parece dispuesto a mirar a cualquier otro lado, la conexión se rompe solo un momento cuando el profesor le pide que diga su nombre, sólo entonces desvía la mirada y yo vuelvo a ser capaz de pensar.

–Jareth– se presenta y le guiña un ojo a Ivanna que lo mira anonadada igual que el resto de la población femenina del grupo, yo incluida.

Jareth se encamina a tomar asiento y aunque hay alrededor de doce asientos vacíos en todo el salón, se dirige al que está más cerca de mí, en la fila de al lado y un asiento detrás del mío, todo lo hace sin dejar de mirarme y a mí por obvias razones se me suben los colores.

Nunca nadie me había mirado tan fijamente durante tanto tiempo, al menos nadie vivo.

–Deidre, por favor retomemos tu trabajo– pide López y Dei con una enorme sonrisa se enfrasca en una perfecta narración de su ensayo y de los libros en los que se inspiró, no me sorprende que hayamos tomado los mismos, son nuestros favoritos.

Mientras mi mejor amiga habla puedo ver unas sillas más adelante como Ivanna tuerce los ojos cada vez que el profesor se ríe por alguna de las ocurrencias de Dei, de todo la carrera, Ivanna es la única con la que nunca hemos podido ser "amigas", me odia por algún motivo desconocido y por tanto también odia a Dei, pero supongo que esta bien, no podemos caerle bien a todo el mundo.

Ojalá aplicará para fantasmas también, así algunos me dejarían en paz.

–Un excelente trabajo, espero que esté redactado igual de impecable que su discurso señorita– felicita el profesor cuando termina de hablar y Dei asiente muy segura de sí misma, ambos saben que su trabajo es perfecto.

Por un momento el profesor mira a cada uno de nosotros y no puedo evitar ponerme nerviosa, pero no hay nada que pueda hacer, cuando sus ojos se posan a mí ya se que soy la siguiente.

–Señorita Sarahí, ¿quiere comentar su trabajo? –pregunta y de inmediato me encojo en mi asiento, lo único que no me gusta de López es que siempre quiere hacerme participar, no lo culpo, yo nunca lo haría voluntariamente,

–Amm, ¿de verdad tengo opción? –le pregunto en español, esperando que tenga piedad de mí.

–Ya sabes que no– responde también en un perfecto español– ¿Sobre qué escribió esta vez? – insiste esta vez en inglés.

Me dedica una sonrisa de ánimo que seguro espera que funcione, pero por algún extraño motivo que no entiendo, hoy me encuentro incluso más nerviosa de hablar que el resto de los días, me preparo y mientras lo hago no puedo evitar preguntarme si le molestaría mucho que hablara en español, así solo me entendería él y bueno me sentiría más cómoda. Dei me aprieta la mano en señal de apoyo y finalmente me animo a hablar.

–Bueno, decidí hablar de lo importante que es hablar más de la salud mental en los libros y hacerlo bien– explicó y trato de no mirar a nadie más que al profesor.

–Excelente, es importante, ¿Qué obra escogiste como referencia? –me pregunta mientras se sienta en la esquina de su escritorio y adopta su pose de concentración.

–Latch de Calipso Rosado, Danka y Kosuke son personajes pioneros en el tema– respondo con una sonrisa.

No es que sean los primeros personajes que tienen algún tema en salud mental, pero definitivamente su historia ha llegado a casi todo el mundo, y lo fuertes que son y el excelente trabajo de la autora los han convertido en una referencia importante.

–¡Qué novedad, Danka y Kosuke! – interrumpe Ivanna en tono de burla y la realidad es que normalmente sus comentarios no consiguen afectarme en ningún sentido, pero por alguna razón hoy lo hace y me sonrojo de inmediato, completamente avergonzada.

Puedo verlosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora