6. Mensajes

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Después de dejar a Chris en su casa, conduzco con calma para dejar a Dei, nosotras decidimos no mudarnos todavía de la casa de nuestros padres para poder ahorrar para pagar un apartamento cuando al final nos vayamos a la ciudad a trabajar, Chris solo se mudo a una residencia compartida por que sus padres viven a más de una hora de la escuela y su obsesión por la puntualidad lo orillo a tener que irse y Aidan vive a solo unas cuadras del centro en un departamento que comparte con su hermano mayor.

Durante el camino a casa de Dei, ella retoma la conversación sobre lo bueno que está su profesor de fotografía y yo no paro de reír con sus ocurrencias.

–¿Quieres comer algo? –me pregunta cuando finalmente me detengo frente a su casa, y aunque me gusta mucho pasar el rato con ella, su madre y su hermana pequeña, la verdad es que tengo un poco de tarea y sueño; todavía faltan dos horas para que empiece mi turno en el café y bien podría aprovecharlas para descansar un rato.

Además con la casa sola, nadie notará si me pongo a gritar en medio de mis sueños.

–Gracias, pero creo que voy a adelantar algo de la tarea de Stefan, o quizá me duerma un rato, casi no dormí anoche– respondo con mi mejor sonrisa y ella me devuelve una en señal de comprensión, tanto ella como Chris son conscientes de mi renuencia a dormir demasiado.

–De acuerdo, en realidad creo que deberías dormir un rato, parece que tus ojeras se están volviendo permanentes, si no te conociera diría que eres una Cullen– se burla un poco al final y tuerzo los ojos.

–Ja, ja, lo intentaré, de todas formas no suelo tener tantos sueños de terror durante el día– me encojo de hombros ignorando su broma, lo último que necesito es pensar que además de fantasmas los vampiros también son reales.

Da igual lo mucho que me guste Edward Cullen, no necesito una complicación más añadida a los fantasmas que me acosan todos los días.

–Está bien, nos vemos más tarde en el café– me guiña un ojo y se baja del auto.

En realidad ni Dei ni Aidan trabajan en el café o en el restaurante como Chris y yo, pero desde que nos conocemos, ambos suelen pasarse todas las tardes ahí, ella solo falta cuando tiene que hacer de niñera, pero la mayoría de los días está ahí, molestando a Chris, haciendo tarea y de vez en cuando ayudando cuando hay demasiado trabajo.

–Perfecto, nos vemos entonces– me despido y ella me lanza un beso antes de correr  a su casa, yo no arranco el auto hasta que veo que está dentro y cierra la puerta, cuando lo hace por fin me dirijo a casa.

No pasa mucho tiempo luego de que empiezo a conducir de nuevo, cuando siento mucho frío recorriendo mi costado derecho, y no tengo que adivinar para saber que Laura está sentada ahí, ocupando el lugar que ha dejado Dei.

–Hola, ¿Qué hiciste hoy? – pregunto curiosa, no suele desaparecer tanto tiempo, después de todo tanto Chris como Dei están al tanto de ella e incluso pueden sentir el frío que emana, cosa que ella aprovecha para gastarles bromas.

–Nada, estuve ahí a lo lejos, vi el incidente de la moto esta mañana, ¿estás bien? – me pregunta con un tono ligeramente alarmado, pero la entiendo, después de todo ella murió en un accidente de tráfico.

–Estoy bien, solo fue el susto, además las dos sabemos que nada así puede pasar sin que yo lo sepa– trato de tranquilizarla y ella asiente.

A pesar de mis palabras, todavía puedo ver un poco de preocupación en sus ojos y en su ceño fruncido, pero al final no dice nada más y cambia el tema.

–Tienes razón y ¿Cómo estuvieron tus clases hoy? – me pregunta y yo sonrío contenta por que dejemos el tema atrás.

–Igual que siempre, ya sabes– me encojo de hombros y espero que sí estuvo lejos no haya visto nada de Jareth, para ser un fantasma puede ser bastante curiosa a veces.

Puedo verlosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora