¿Es algo que haces con frecuencia?

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Alejo llega pasada la medianoche cuando Matías, una vez más, está sentado mirando la televisión, sólo en la oscuridad. No se han visto desde el incidente en el baño del boliche ya que el santafesino desapareció poco después y está contento por ello. No ha sido capaz de mirarlo a los ojos sin querer morir, o desear haber estado listo para enfrentarlo esta mañana. Desearía que la tierra se abriera y lo tragará entero pero ha tenido un día completo para procesarlo sin embargo no está para nada tranquilo aunque ahora puede encargarse de la situación. Véliz se detiene en la sala de estar para mirar la televisión.

- ¿La Niñera?

- Si ¿Queres una taza de té?

- Sí, si vas a preparar una para vos.

El marplatense se dirige a la cocina, pone el agua a hervir y las cosas se sienten casi normales pero él sabe muy bien que se está mintiendo a sí mismo, es un mecanismo de defensa así que sigue la corriente.

- Toma acá tenes - le dice un minuto más tarde, entregando la taza de té.

- Gracias - el castaño se sienta junto a él, pone sus pies sobre la mesa ratona y sopla el vapor de su taza.

- ¿Es el capítulo de París? - pregunta señalando la pantalla.

- Si, es "Un cachorro en París".

- Fuimos allá de vacaciones una vez - Soulé mueve la cabeza para mirarlo.

- ¿Cuándo eran más chicos?

- - dice el más alto moviendo la cabeza - La familia de Facu tenía un departamento allí pero no estoy muy seguro de que aún lo tengan - el rizado resopla y sonríe.

- Parece que tienen casas en todas partes.

- Bueno, al menos sabes que nunca te vas a quedar sin hogar - dice Ale con una sonrisa.

Permanecen en silencio, y así se mantienen a través de la mitad del episodio antes que el mecanismo de defensa de Matías se derrumbe. Él estuvo bien mientras que Alejo estaba aquí y estuvo bien durante la charla pero ahora están aquí sentados sin decirse nada. Se da cuenta que el elefante en la habitación continúa creciendo hasta que se decide a mencionarlo, no puede simplemente esconderlo bajo la alfombra como tanto desea. Respira profundo para darse valor.

- Sobre lo que pasó en el boliche...

- No hay nada de qué hablar - dice el más alto al instante, interrumpiéndolo como si hubiese estado esperando. Su tono es bajo y oscuro con un toque de advertencia.

Sin embargo, el más bajo no puede dejarlo pasar porque es un idiota tenaz y no puede verse afectado por lo ocurrido. Nunca había estado en este tipo de situación antes. Mirando algo que no debía, algo prohibido, siendo incapaz de apartar la mirada. No puede quitárselo de la cabeza y no quiere que el mayor piense que no le importa, que no siente culpa o incomodidad por haber invadido un momento tan íntimo. No sólo lo invadió, sino que se quedó ahí mirando.

- No fue mi intención encontrarte ahí.

- Es un baño público Matías - dice llanamente - ¿Cómo podrías haberlo hecho a propósito?

- ¿Vos haces estas cosas? - no puede creer que esté a punto de preguntar esto pero tiene que saber, ha tenido la pregunta dando vueltas en su cerebro durante todo el día - ¿Es algo que haces con frecuencia?

Alejo se toma unos minutos para responder.

- Un hombre tiene necesidades - dice lentamente con tono medido al mismo tiempo que gira su taza mientras habla - Pero por lo general no soy tan... me gusta pensar que tengo más dignidad que eso.

- Entonces, ¿por qué lo hiciste?

- Supongo que simplemente no tuve la paciencia para ir a un lugar más privado - sonríe irónicamente para luego mirarlo fijamente y es el primer contacto visual adecuado que han tenido desde que abordaron el tema - Estaba demasiado... - excitado, es la palabra que está buscando, y el menor se lame los labios, quiere presionar para que le diga más, busca algún indicio de algo más en su cara. Pero no sabe cómo puede hacer más preguntas sin que sean inadecuadas, por lo que con un suspiro de decepción decide no hacerlo.

- Bueno, aun así perdón - el hincha de Rosario Central aún no ha apartado la vista, y las luces del televisor están reflejándose en sus ojos mientras lo mira fijamente, y una vez más observa la boca del hincha de Independiente, sólo que no tomó alcohol en este momento y no tiene ninguna excusa para su comportamiento.

- Si por algo vas a disculparte, Mati - dice casi en un susurro, o entre dientes sería más adecuado - No es por mirar cuando me encontraste ahí - el rizado traga y trata de nivelar su respiración.

- ¿Entonces por qué? - Alejo lo mira directamente a los ojos, Matías no tiene la capacidad o el deseo de evitar su mirada cuando dice, lentamente y con toda intención

- ¿Qué te imaginas que me puso tan animado en primer lugar?

- ¿Fue... - se le quiebra la voz y su estómago se retuerce, quiere alejarse de esta conversación casi tanto como quiere acercarse al calor corporal del santafesino - No podes decir que fue porque yo estaba bailando para vos - su voz suena como un graznido - Me veo estúpido cuando bailo.

Los ojos de Véliz brillan con algo oscuro e irreconocible, y tuerce los labios como si quisiera hacer una mueca, sonreír, o solo demostrar lo que acaba de cruzar a través de su cabeza.

- No, no te ves estúpido - dice con voz entrecortada - Y no dejes que Facundo te escuche decir eso.

- Él ya sabe que no bailo bien.

- No - lo mira enérgicamente y ya no hay nada encubierto - Que estabas bailando para mí.

Las palabras quedan en el aire entre ellos y se miran el uno al otro en la oscuridad cubiertos por el manto de la noche, al punto que se siente como si sólo ellos dos existieran. Facu no está en la habitación de al lado por ende no hay nada que impida al menor expresar esos pensamientos peligrosos que acechan en los bordes de su conciencia.

- No fue mi intención decir eso - dice sin negar lo que dijo el mayor pero tampoco lo admite. Terreno seguro y muy alejado de lo que realmente quiere decirle. El más alto sonríe pero lo hace sin alegría alguna y aparta la mirada, se acomoda en el sofá, y acerca su taza a los labios.

- Y no fue mi intención mirarte cuando bailabas - dice antes de tomar un sorbo - Todos hacemos cosas que no debemos, a veces...

Hay tanta verdad en las palabras y en el tono del santafesino, haciendo que la cabeza del marplatense de vueltas. Todo lo que puede hacer ahora es alejarse y pronto.

- Tengo que irme a la cama.

- - dice con la mirada firmemente fija en la televisión - Buenas noches Mati.

No se siente como el final de la conversación, en absoluto, si no que se siente como el comienzo de algo que va más allá de las palabras. Matías no puede dormir hasta cerca del amanecer.

El Padrino // SoulizDonde viven las historias. Descúbrelo ahora