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CAP 76. GOLPE PREVENTIVO (PARTE IV)

"Maestro", el viejo Tao bajó la voz.

Tao Mo se levantó rápidamente de la alfombra, corrió hacia la puerta de hierro en tres pasos y preguntó en voz más baja que él: "¿Por qué estás aquí?"

"Estoy aquí para ver al Joven Maestro" El viejo Tao miró el entorno en la celda y frunció el ceño profundamente. De más está decir que estaba oscuro y húmedo, ni siquiera había una cama, solo una colchoneta que había sido pisada por un número indeterminado de personas, con solo una colcha pequeña, delgada y sucia extendida sobre ella. ¡Salvaré al Joven Maestro! Fue porque ya una vez había mostrado miedo a los lobos y los tigres y al actuar de manera indecisa fue que el Maestro Tao murió injustamente. Ahora nunca más volverá a cometer el mismo error.

Tao Mo negó con la cabeza y dijo: "No me iré".

"¡Maestro!", El viejo Tao levantó levemente la voz.

Tao Mo rápidamente hizo un gesto de silencio: "No puedo escapar de la culpa por los crímenes enumerados por el prefecto, y debería ser castigado".

Lao Tao dijo: "El prefecto te está apuntando deliberadamente".

Tao Mo dijo: "Si no estuviera plagado de heridas, ¿Cómo podría atacarme?"

¿Lleno de heridas? Lao Tao no se molestó en considerar si debiese usar la frase plagado de agujeros en este momento, y preguntó: "¿Ha olvidado el Joven Maestro cómo falleció su padre?"

El rostro de Tao Mo se puso pálido, se mordió el labio, sacudió la cabeza vigorosamente y dijo: "Como no lo he olvidado, no puedo irme aún con mayor razón".

"El prefecto no tiene derecho a encarcelar al Joven Maestro".

"Ni yo tengo derecho a escapar de la prisión", dijo Tao Mo, "Sé que otros han cometido solo algunos errores, pero yo sigo cometiéndolos desde hace mucho. ¿No es eso un gran error?"

Por primera vez, Lao Tao descubrió que Tao Mo era tan elocuente al expresarse: "Mientras las colinas verdes estén aquí, no tendrá que preocuparse por quedarse sin leña (1). Maestro, ¿Por qué no me sigue de regreso a la posada primero, y lo discutiremos más tarde? Con el Maestro Jin... y Gu She aquí, no tienes que preocuparte por no poder aprobar la ley".

Tao Mo dijo: "Incluso si consigo aprobar la ley allí, seguiré sin poder aprobarla yo mismo. Esta vez tuve la culpa. Si no hubiera sido por el decreto que me mostro el prefecto de que el magistrado del condado debe estar presente para la autopsia, yo no habría sabido que existía tal regulación. Como persona, como un Magistrado funcionario digno, se supone que debo cumplir con la responsabilidad de educar a todo un condado, pero al final, no estoy tan familiarizado con la ley como el maestro o el abogado, entonces ¿Cómo puedo tener la dignidad de abrir la boca y refutar para salir de esta celda?"

Lao Tao guardó silencio durante mucho tiempo y dijo: "Joven Maestro, este asunto puede tener algo que ver con Huang Guangde".

"Discutamos el asunto. Si me equivoco, sólo yo debo cargar con la responsabilidad. Entonces, ¿Quién este o no relacionado con este caso no tiene nada que ver? Incluso si realmente es Huang Guangde el que se movió detrás de las cortinas, al menos en este asunto, tenía razón y he sido yo el que se equivocó". Tao Mo dijo: "Dado que estoy mal, debería ser castigado y lo merezco."

Al ver que había tomado una decisión, Lao Tao suspiró y dijo: "Enviaré a alguien para que te proteja en secreto. Si pasa algo, recuerda gritar fuerte. Quiero decir, en caso de que abusen del linchamiento."

Tao Mo asintió y dijo: "Cuídate también. Si la persona detrás de escena es realmente Huang Guangde, entonces nunca se rendirá. Teme que Lao Tao, el Maestro Jin y Gu She estén en peligro".