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CAP 123 LA DISPUTA DE LA DOTE (PARTE VI)

La mitad de la noche definitivamente no es el momento para visitarlo. Lao Tao no es una persona tan impaciente, debe haber una razón para su llegada en este momento.

Tao Mo se levantó apresuradamente y fue al pasillo. Miro a Lao Tao sentado allí con el rostro pálido y la espalda encorvada, como si acabara de recuperarse de una enfermedad grave. No pudo evitar sorprenderse y preguntó: "¿Lao Tao? ¿Qué pasó?"

Cuando Lao Tao lo vio, levantó levemente la mano y dijo: "Joven Maestro."

Tao Mo se acercó a él y vio que sus labios estaban blancos y completamente sin sangre, era muy diferente a su expresión enérgica cuando se separaron, incluso se preocupó: "¿Qué pasó?"

Lao Tao suspiró y dijo: "Es una larga historia, así que no la mencionaré por ahora. Estoy aquí sólo por dos cosas. La primera es que el censor supervisor ya se había ocupado del caso de Huang Guangde no hace mucho. Pero antes de que el Emperador se enterara, Huang Guangde se suicidó y se disculpó sobre sus acciones. Antes de morir, escribió una confesión, asumiendo toda la culpa, pero el censor supervisor no parecía dispuesto a cerrar el caso, temiendo que la investigación continuara y él sería condenado a la confiscación de su casa y al exilio."

Tao Mo no pudo evitar suspirar.

Hablando de eso, él y Huang Guangde tenían un odio profundo. Ahora que escuchó que se suicidó por miedo al crimen, Tao Mo estaba feliz pero también un poco desmotivado. El fin de Huang Guangde acaba de darle una llamada de atención. En una burocracia, uno es más fácilmente engañado por el poder y la riqueza. Si uno pierde su verdadera naturaleza y olvida su intención original de ser funcionario, incluso si el pueblo lo tolera, ¡Dios lo castigará!

Tao Mo dijo: "Este es el primero, ¿Qué pasa con el segundo?"

Lao Tao dijo: "Me iré por un tiempo."

Tao Mo frunció el ceño y dijo: "¿Ahora?"

Lao Tao miró a Hao Guozi.

Hao Guozi dijo de inmediato: "Originalmente, Lao Tao solo planeaba dejar un mensaje e irse, pero lo obligué a venir aquí. Joven Maestro, por favor hable con él. Obviamente está herido, pero se niega a descansar y quiere salir corriendo por ahí, no sé cuántos años cree que tiene."

Tan pronto como Lao Tao escuchó su divagación, tuvo un terrible dolor de cabeza y le dijo a Tao Mo: "Maestro, usted sabe que tengo habilidades en artes marciales, la gente común y corriente no puede hacerme daño."

Hao Guozi dijo: "La gente común no puede lastimarte, por lo que la persona que te lastima, naturalmente, no es una persona común. ¿No es esto más peligroso?"

Lao Tao dijo: "Maestro, por favor relájese."

Hao Guozi dijo: "¿Cómo puede relajarse cuando estás herido así?"

Tao Mo estaba tan confundido por lo que se dijeron que fue cien veces más difícil que ir a la corte para juzgar el caso. Sus ojos no pudieron evitar encontrar la figura de Gu She.

Como si tuvieran un entendimiento tácito, Gu She entró con la ropa puesta justo en ese momento.

Aunque Lao Tao no sabía lo que estaban haciendo Tao Mo y Gu She antes, al mirar el rostro de Gu She en este momento, adivinó un poco, y el viejo rostro no pudo evitar sonrojarse un poco. "Señor Gu, discúlpeme por molestarlo."

Cinco palabras con profundo significado.

Gu She lo miró a la cara, frunció el ceño, se acercó y extendió la mano.