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CAP 90. LOS ULTIMOS EN LLEGAR (PARTE IX)

En la puerta cuadrada, había una figura fría, comparando todos los colores a su alrededor.

El ritmo de Tao Mo disminuyó gradualmente y ajustó desesperadamente su respiración.

Gu She de repente se dio la vuelta.

Tao Mo hizo una pausa y lo miró nervioso y expectante.

"Ven aquí" Gu She enganchó los dedos.

Una gran sonrisa apareció inmediatamente en el rostro de Tao Mo y corrió hacia allí.

Gu She subió al carruaje, miró a Tao Mo que estaba parado junto al carruaje sin comprender y dijo: "Sube."

Tao Mo se sentó sobre él sin dudarlo.

"¿A dónde vamos?"

Una pregunta, dos voces.

Tao Mo y Gu She miraron a Lao Tao que salió por la puerta.

Gu She dijo: "Ya tengo la respuesta a tu pregunta."

"¿Oh?" Lao Tao parecía tranquilo, "¿Cuál es la respuesta?"

Gu She sonrió levemente, estiró el brazo, cruzó a Tao Mo, bajó las cortinas, se volvió hacia Gu Xiaojia en el hueco del carruaje y dijo: "Vámonos".

"Sí" Gu Xiaojia agitó las riendas y el coche avanzó lentamente.

"Pero Lao Tao..." Tao Mo no pudo evitar levantar una pequeña esquina de la cortina, pero descubrió que Lao Tao no estaba tan enojado como imaginaba, sino que había una leve sonrisa en su rostro. Mirándolo e incluso gritándole, agitó la mano. Bajó las cortinas y miró atentamente a Gu She durante un rato para asegurarse de que no se tomaba en serio el incidente de ayer, luego suspiró aliviado y preguntó casualmente: "¿A dónde vamos?"

"Mansión Xu."

El corazón de Tao Mo se apretó, "¿Qué familia Xu?"

Gu She dijo con calma: "¿Conoce a muchas señoritas Xu?"

"¿Por qué?" Tao Mo de repente se levantó de un salto y olvidó que estaba en el auto, su cabeza golpeó con fuerza el techo del auto y rebotó hacia el asiento.

Gu She lo vio presionando la parte superior de su cabeza, conteniendo las lágrimas, y las comisuras de su boca no pudieron evitar levantarse, "¿Tan feliz?"

Tao Mo lo miró sin comprender. En un instante, el dolor estaba muy lejos. Ya no podía recordar a la Señorita Xu, casi todo su cuerpo estaba sumergido en las comisuras de su boca que dibujaban una sonrisa.

Gu She levantó el dedo y le dio unos golpecitos en la frente, "La apariencia envejece fácilmente."

Los dedos de Gu She estaban fríos, pero la frente donde lo habían tocado estaba tan caliente que parecía que ardía. Tao Mo lo miró, tragó y dijo: "Siempre serás hermoso en mi corazón."

"¿Oh? ¿Incluso cuando sea viejo?"

Tao Mo asintió seriamente.

"¿Desfigurado también?"

Tao Mo quedó atónito y sacudió la cabeza de repente.

Gu She frunció levemente el ceño, obviamente insatisfecho con esta respuesta.

Tao Mo dijo: "¡Nunca dejaré que nadie te haga daño! ¡Nunca más!" En secreto tomó una decisión.

Gu She colocó su mano encima de su cabeza.

Tao Mo lo miró sin comprender y luego se dio cuenta de que en realidad estaba frotando el lugar doloroso donde acababa de ser golpeado.

"¿Gu She?"