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CAP 45. MILES DE PISTAS (PARTE IX)

El Año Nuevo acaba de terminar y la naturaleza salvaje del campo todavía está envuelta en aire frío.

El tiempo está un poco sombrío, no es un buen momento para salir de excursión.

Tao Mo levantó la cortina del auto y miró la escena desolada con poca vegetación afuera y susurró: "¿A dónde vamos?"

Gu She sostenía piedras negras en una mano y piedras blancas en la otra, pensando en su propio juego de ajedrez, "Montaña."

"¿Qué montaña?" Tao Mo recordó que el Maestro Jin una vez mencionó las montañas cercanas, "¿Montaña Longshan, Montaña Yunlin, Montaña Liguo?"

Gu She preguntó: "¿Hay alguna diferencia?"

Tao Mo pensó por un momento y dijo: "Entre las tres montañas, la montaña Longshan es la más alta, está envuelta en nubes y niebla, pero las pendientes son peligrosas y los caminos son difíciles de transitar. La montaña Yunlin es un buen lugar, pero el feng shui también es bueno, por lo que las tumbas de los antepasados de la gente del condado de Tanyang están todas allí. También es conocidas como las Montañas de los Diez Mil Fantasmas. Se dice que la montaña Liguo es una montaña desnuda sin paisaje."

Gu She dijo: "En tu opinión, ¿A qué montaña deberíamos ir?"

Tao Mo miró las palabras y no supo si realmente quería preguntar o simplemente preguntó casualmente, así que lo consideró y dijo: "En realidad, todo está bien. De todos modos, es una excursión y todas las montañas son iguales."

"¡Vayamos a la montaña Yunlin!", Gritó de repente Gu Xiaojia afuera.

Tao Mo se encogió de hombros.

Gu She dijo: "¿Tienes miedo a los fantasmas?"

Tao Mo dijo honestamente: "Miedo."

"¿Te pasa algo?"

Tao Mo vaciló y dijo: "Sí, cuenta como sí."

Gu Xiaojia se rió a carcajadas y dijo: "Jajajaja ... entonces hay que tener cuidado, a los fantasmas les gustan las personas que han hecho cosas malas para ser sus chivos expiatorios."

Tao Mo levantó la cabeza, queriendo mirar en secreto el rostro de Gu She, pero descubrió que lo estaba mirando.

"Tú, ¿Tienes algún problema conmigo?", Preguntó.

Gu She dijo: "No."

Tao Mo dijo con envidia: "Eres tan inteligente que debes pensarlo dos veces antes de hacer cualquier cosa. Naturalmente, no harás nada malo."

"Que te sientas culpable o no, no tiene nada que ver con pensarlo dos veces."

Tao Mo dijo: "Si lo hubiera pensado dos veces, tal vez no me habría arrepentido."

"Las cosas que no se pueden cambiar, incluso si lo piensas dos veces no deberían llamarse cosas lamentables", dijo Gu She.

Tao Mo quedó atónito y dijo: "¿Cómo se llama eso?"

Gu She dijo lentamente: "Se llama confesión."

Tao Mo suspiró suavemente, se apoyó contra la pared del auto y cerró los ojos.

Gu She volvió a mirar el juego de ajedrez y continuó jugando consigo mismo.

La velocidad del carruaje se detuvo gradualmente hasta que vibró. Gu Xiaojia saltó del caballo y abrió la puerta, "Maestro, estamos aquí."