PRIMER ENCUENTRO: ARMIN, EREN Y ANNIE

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— No sé porque te hago caso, siempre me convences de hacer cosas estúpidas — Armin seguía los pasos de Eren con cautela, el atardecer se aproximaba y si no volvían antes de que anochezca estarían en varios problemas—. No es una buena idea.

—¿Porqué eres tan miedoso? Sé que solo tenemos 12 años pero te juro que vi a una mujer ingresar al bosque — responde el castaño sosteniendo una rama y apuntando un punto del paisaje el cuál se dirigían—. Ingresaron desde allí, una portada un arco y la otra sostenía una bandeja similar a la que usa la madre de Mikasa.

— ¿Te refieres a una chica rubia? — sorprendido ante el dato, Armin se tocó el mentón y miro a ambos lados, sentía que alguien los observaba—. ¿Te refieres a ella?

— ¿Ves? Tú también la viste ¡No estoy loco! — Siguió caminando—. Además también vine por agua, Mikasa me contó que varias veces ha visto a esa chica traer agua potable en la madrugada — soltó la rama y tomó otra más larga—. También me dijo que deja la bandeja sobre la puerta trasera de su casa...

— Lo sé, es decir — Tropezó pero antes de caer Eren lo sostuvo del brazo—.  Gracias, lo que quería decir es que Mikasa me ha contado que esa chica también se le aparece en sueños...

— Y le enseña recetas medicinales — No le dio tiempo a terminar la frase y lo empujó al suelo—. No te levantes — se agachó con él quedando ambos detrás de unos arbustos—. Este es el horario donde la chica con arco y flecha comienza que practicar su puntería.

— ¿Cómo sabes eso, Eren? — Armin preguntó curioso apartando algunas ramas para presenciar la llegada de la supuesta chica—. Acaso tú...

— Porque una vez vine solo y ella me confundió con un animal e intentó disparar una flecha contra mi — Los ruidos se hicieron más cercanos—. Ahí está ¿La vez?

Ambos murmuraron lo suficientemente bajo para no ser descubiertos. A lo lejos llegaba una castaña saltando como una niña de seis años. En su espalda colgaba una aljaba donde transportaba varias flechas y en su mano derecha sostenía el arco.

Se encontraba acompañada de una joven rubia de su misma edad sosteniendo una gallina en su mano derecha y en su izquierda una daga.

— ¡Annie apurate! — Dijo la joven que portaba el elemento de arquería—. Ya quiero comenzar.

— Si sigues ansiosa no serás la única a la cuál degollaré — se agachó colocando la gallina sobre el suelo y clavó una estaca sobre el cuello del animal hasta decapitarlo; dejó la cabeza a un lado y caminó a varios árboles a su alrededor, manchando con sangre cada tronco, simulando ser un blanco para el deporte de su compañera—. Listo, ahora practica.

La castaña sonrió y extendió su brazo hacía atrás para sacar una flecha. Adelantó su pie derecho haciendo que su espalda y columna sea más sólido para su postura, y poco a poco dió apertura a la elevación del arco para bajarlo en dirección al primer árbol que se encontraba frente a ella con la mancha roja pintada sobre la corteza.

Estiró la flecha pegando su mano a la mandíbula mientras cerraba un ojo para fijar su obetivo. Respiró hondo y disparó rápidamente dando en el blanco. Luego repitió la misma secuencia unas cuantas veces.

— Te dije que esa chica venía a practicar —murmuró Eren concentrado en cada movimiento que Sasha realizaba—. es una cazadora.

— No falla en ningún objetivo — acotó Armin aún más sorprendido—. Incluso.

— ¡¿Qué demonios hacen aquí?! —ambos se paralizaron al escuchar una voz femenina a sus espaldas—.  ¡Ustedes!

Voltearon lentamente temiendo por sus vidas encontrándose con una chica rubia de ojos azules cruzada de brazos y con aspecto intimidante.

— Eres hermosa — Armin no pudo controlar sus palabras ya qué salieron inconscientemente de su boca—. quiero decir...

— Tu vida depende de cómo termines tu intentó de halago ¿Qué demonios hacen en estas tierras? No volveré a repetirlo.

— Somos amigos de Mikasa y solo vinimos por agua — Eren habló con voz temblorosa—. Nuestro pueblo...

— Ya sé que sucedió en ese estúpido pueblo ignorante —se adelantó unos pasos y sacó la daga con la cuál había decapitado a la gallina; Armin y Eren retrocedieron—. Si no quieren terminar como ese animal les aconsejo que se larguen de aquí — volteó ignorando a los intrusos pero se detuvo a pocos metros—. ¿Porqué quieren vigilar lo que sucede en el bosque? — preguntó pinchando su dedo índice sobre la punta de su daga—. ¡Hablen!

— Somos amigos de Mikasa y ella nos dijo que podíamos conseguir agua potable — Armin caminó lentamente en su dirección pero como la rubia estaba de espaldas, la rodeó para quedar frente a frente—. Por favor, mi madre está enferma y quiero que su salud mejore.

La rubia pareció dudar pero no fue suficiente, rodó sus ojos y suspiró volviendo a caminar en dirección a Sasha.

— ¡Haremos lo que sea para proteger a Mikasa! — Annie se detuvo ante el comentario de Eren.

— Porfavor, siento ser grosero pero necesitamos de tu ayuda.

Cambió su gesto a uno neutral como si jamás los hubiera visto y como si la situación no le importara en absoluto.

Armin y Eren no eran conscientes del peligro en cuál corrían. Si se enterarán quien es el dueño de estas tierras, probablemente gritarían o se orinarían encima del miedo.

— Esta bien pero con un condición — dijo observando a Sasha seguir con su deporte—. Yo llevaré personalmente el agua pero en la madrugada y ustedes a cambio deben asegurarme algo.

— ¿Q-qué? — Respondieron los dos jóvenes al mismo tiempo—. ¿Que debemos hacer?

— No deben permitir que Mikasa camine por estas tierras, no saben el peligro que abunda aquí para ella — advirtió refiriéndose a Petra—. Si llego a enterarme que viene sola en la madruga — Apuntó con su daga hacía ambos jóvenes de forma amenazante —. Los mataré yo mismo.

Eren y Armin tragaron saliva ante la advertencia pero no hicieron más que asentir con sus cabezas y salir corriendo del bosque lo más alejados posibles de ella.

— No sé porque presiento que no me harán caso — pensó observando como los jóvenes corrieron totalmente acobardados—. Algo que me dice que no.

Sin embargo, Annie recordó las palabras halagadoras del rubio pero antes de sonrojarse Sasha le tiró la cabeza del animal que decapitó  haciendo que impactara sobre su espalda.

— ¡Ahora si estás en problemas, Sasha!

— Lo siento, es que estaba llamándote y no respondías.

NO ME AMES MIKASA Donde viven las historias. Descúbrelo ahora