XII

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La noche finalmente oscureció los alrededores incluyendo a Levi quien se encontraba sentado en la silla del comedor con ambos brazos apoyados en sus piernas.Su postura no era la habitual, solo miraba el suelo lamentándose por ser tan ciego todo este tiempo.

Ahora solo confiaba en que Hange y Annie cuidaran de Mikasa, debía cumplir el castigo que se le había propuesto a cambio de una demostración de amor por parte de la azabache. De hecho, aveces ni el mismo comprendía como el creador de los cielos era tan cruel y despiadado con sus hijos.

Pero sus pensamientos fueron interrumpidos por un extraño ruido aleteo, no necesito adivinar; imaginó quien podría ser pero prefirió no darle importancia.

—¡Quién lo diría! Lucifer sacrificando su vida por una humana— el tono de saxarsmo de Erwin vino en dirección desde las escaleras; allí apareció el ángel sentado en los escalones—. Y yo que pensaba que solo Mikasa decidió complicar su vida bajo su propia responsabilidad.

—No hiciste nada para impedir sus muertes— refiriéndose a los padres de Mikasa—. ¿Porqué?

—Ese no es mi trabajo- respondio observando los cadáveres—. sabes que si ingresas a esa iglesia estarás débil ante el poder de mi creador y sentirás todos los dolores humanos.

—Lo sé.

—También sabes que no puedes salvar más vidas excepto la de Mikasa.

—¡Cierra la boca!

—Tú dejaste una maldición en este pueblo ellos son pecadores y deben morir.

—El rubio y su amigo no.

—Su hora llegó. Debiste pensar bien las cosas— refutó tratando de comprenderlo—. además la madre del rubio acaba de morir.

—¿Cómo puedes hablar de esa manera siendo un angel?

— Me pregunto quien tomará tu lugar en el infierno...

—Nadie porque volveré pronto — se levanta de la silla caminando en dirección a la salida, pero no quiere irse sin antes demostrar que debe cerrarle la boca a Erwin con palabras sinceras y certeras—. Deberías estar agradecido, si no fuera por mi, Hange no estaría feliz a tu lado ¿Y aún crees que solo pienso en mi felicidad? Idiota.

Suspiró cruzando la puerta con ambos brazos a sus costados y sus manos en los bolsillos de su pantalón. Su expresión en su rostro provocó un silencio entre las personas. Levi demostraba no temerle a nada aunque en el fondo deseaba matar a cada uno de los pueblerinos que lo esperaban.

—Miren nada más— Jean apareció entre la escasa multitud—. !Este aldeano es el mismo demonio!

—¿Demonio?— respondió conteniendo sus ganas de asesinarlo frente a todosLevi—. ¿No tienes víctimas a quien acosar ?

—¡Cierra la boca!— dijo un segundo discípulo golpeando a Levi en la nuca obligándolo a que se arrodillara mientras sus manos eran encadenadas- serás torturado.

—Este sujeto...— Jean avanzó tres pasos y volteó para dirigirse a los habitantes—. ¡Este sujeto abusaba de Mikasa y asesinó a sus padres esta misma noche!

Acuso al rey del inframundo esperando credibilidad pero tal parece que no tuvo mucho éxito.

—¿Pero no es Mikasa es el mismo demonio? —preguntó un anciano sosteniendo un rastrillo con dificultad debido a su peso—. Ella también debe ser capturada...

—¡Eso no importa!— dijo el sacerdote acercándose a Levi—. Luego nos encargaremos de buscarla pero primero hay que aniquilar a este demonio.

—¡Pero señor!— exigió Jean, no quería que nada le sucediera a Mikasa—. Mikasa es...

NO ME AMES MIKASA Donde viven las historias. Descúbrelo ahora