FINAL (PARTE II)

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SEIS AÑOS DESPUÉS DEL FINAL DE LA HISTORIA

La armoniosa luz de la mañana provocó que Mikasa abriera lentamente sus ojos. A veces no estaba consciente del horario debido a que tenía muchas responsabilidades, o quizás una pequeña responsabilidad que ocupaba mayor parte de su tiempo.

Terminó de higienizarse y cambió su camisón blanco por un vestido color verde que se ajustaba rodeando su cintura con una cinta color negro. Annie había diseñado la prenda para ella, uno de los talentos que su amiga ocultaba.

La tela era suave como la seda, sujetada por dos pequeñas tiras no tan gruesas en color negro sobre sus hombros, y el largo del vestido era cuatro dedos por debajo de sus rodillas.

Cuando terminó de arreglar su cabello, no le pareció extraño escuchar ruidos provenientes del comedor. Sabía quién se encontraba como un roedor buscando comida de la alacena. No titubeó y salió de la habitación.

Denominar la escena que presenciaba como un acto tierno, no bastaba para expresar todos los sentimientos que envolvían su corazón. Inevitablemente sonrió al ver cómo su hija estaba parada sobre una silla arrimada a la mesada. El incontrolable apetito de su hija aveces la sorprendía. La niña  estiraba ambos brazos con el objetivo de alcanzar una bandeja de galletas que había descubierto luego de revisar completamente el comedor.

—Mamá, quiero comer esas galletas ¿Puedes alcanzarlas por mi? —preguntó parándose en puntitas de pies—. Quería preparar el desayuno pero no sé cómo encender el fuego.

—No te preocupes — asegura dirigiéndose a su hija, luego toma la bandeja con ambas manos—. No sé como tu padre logró guardar la bandeja en ese lugar, a menos que se haya parado en una silla como tú.

Ambas sonríen pero la niña está sumamente concentrada en querer comer que obligatoriamente le ofrece una de las galletas; observándo como la menor lleva el alimento a su boca.

Su hija había heredado las facciones de Levi. Mismo mentón, pómulos pero con la diferencia que poseía los labios de su madre y su color de piel blanca como la nieve. Su belleza era única e inigualable, aveces sorprendía el hecho de que sea tan angelical.

Malhori, así decidieron llamar a la niña producto de su unión. La pequeña inocente poseía el ojo izquierdo de un color azul profundo como el océano y el ojo derecho oscuro como la noche.

—Está delicioso, mamá —dice con estusiasmo mientras Mikasa la ayuda a que bajar cuidadosamente de la silla.

Juntas prepararon el desayuno y conversaron acerca de los distintos tipos de hierbas medicinales que Hange les había enseñado.

Era muy madura para su edad, entendía perfectamente cualquier situación. Además, cuándo platicaba un tema de sumo intereses y fascinación, sus ojos brillaban de la emoción de tal manera que enorgullecía a sus padres.

Malhori, la niña que Levi y Mikasa buscaban había reencarnado como su hija, heredando la curiosidad de Lucifer y el mayor defecto Mikasa, ser testaruda. Malhori fue un regalo del destino que fortalecía cada segundo el amor entre sus padres. Ella fue el fin del sufrimiento dando paso a la felicidad entre ambos.

Al terminar de desayunar decidieron pasear en el bosque. Malhori recibía lecciones de caza por medio de Sasha y Annie; y también recibía clases de magia por parte de Hange. Básicamente era una niña consentida por sus tías.

Luego de cruzar el umbral de la puerta, Mikasa no titubeó, cargó en su brazos a su hija y cuidadosamente bajó los escalones de la cabaña donde vivía. Malhori simplemente obedeció e inmediatamente rodeó sus piernas por la delgada cintura femenina, sus brazos por su cuello y unió ambas manos en la nuca de su madre.

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⏰ Última actualización: Dec 06, 2023 ⏰

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