Cuando me secuestraron por primera vez y apenas volví con vida, mi padre dijo
---𝑫𝒆𝒃𝒐 𝒆𝒏𝒔𝒆𝒏̃𝒂𝒓𝒕𝒆 𝒄𝒐𝒎𝒐 𝒔𝒐𝒃𝒓𝒆𝒗𝒊𝒗𝒊𝒓 𝒑𝒐𝒓 𝒕𝒖 𝒄𝒖𝒆𝒏𝒕𝒂
Escuche a alguien decir que a ver regresado era un error, pero este era el único lug...
Todo el cuerpo de Hyun-ki estaba congelado producto del terror que le producía la escena que tenia delante de sus ojos, Caesar miraba fríamente a la niña que jugaba distraídamente con su abrigo como si fuera un peluche pero apenas ella vio que sacaba la mano de su bolsillo actuó rápidamente y se puso delante de el para que no le hiciera nada pero por suerte su madre, que era la mujer que la había atendido antes, tomo a la niña se tranquilizó un poco.
—Kata cariño, no puedes hacerle eso a los huéspedes —le dijo a su hija dulcemente, pero con firmeza antes de volver a mirar a Caesar—Lo siento, todavía no sabe lo que...
—...—Caesar no le dijo nada, simplemente mostraba la misma expresión fría—
Al ver la expresión del hombre la pobre mujer solo sonrió torpemente y se apresuro lo máximo posible para alejar a su hija, pero está en un movimiento rápido tomo el abrigo con su mano y lo levanto.
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—¿Eh? Kata, suéltalo ¿Qué te sucede? —dijo la mujer—
Hyun-ki miro como la niña ignoraba olímpicamente a su madre y estaba mas concentrada por la suave textura en sus manos que la hacia feliz mientras que su madre solo reía avergonzada y Caesar estaba extrañamente muy quieto, cosa que la extraño mucho.
—«¿Por qué no hace nada? Antes no tuvo problemas en amenazar a un niño con una pistola pero ahora...solo lo mira» —pensó Hyun-ki cruzándose de brazos mientras miraba la escena—
Pero la tranquilidad no duro mucho porque cuando la niña alzo su mirada para ver el rostro de Caesar se encontró con su expresión fría que no le sonreía en absoluto haciendo que se asustara, comenzara a llorar y se refugiara en el pecho de su madre rapidamente.
—¡Whaaaaaa!
—¿Qué pasa contigo? —le pregunto su madre exaltada al no esperar esa reacción —
—¡Señora! —exclamo Hyun-ki acercándose rápidamente a la mujer—Pagare por adelantado, tomaremos la habitación cuando regresemos ¿Le parece bien?
—¡Oh! Claro, sin ningún problema —dijo la mujer con una expresión confusa mientras recibía el dinero e intentaba calmar a su hija—
Apenas esa situación estuvo resuelta se dio la vuelta para mirar a Caesar antes de tomarlo por el brazo y comenzar a arrástralo fuera de la posada como a un niño regañado mientras que la pequeña seguía llorando de fondo cuando salieron de la posada.
[...]
El frio aire de la noche los golpeo en el rostro apenas salieron de la posaba y caminaron en medio de la noche en completo silencio.
—Cuanta prisa ¿Tanto querías estar a solas conmigo para celebrar nuestra luna de miel? —pregunto Caesar con una sonrisa en el rostro— Ya es tarde ¿No crees que es mejor que vayamos a descansar a la habitación?
