009

1.2K 57 1
                                    

Por alguna razón mi hermano no preguntó sobre nada, me dejó llorar abrazada a él mucho rato y luego nos pusimos a hacer el desayuno.

Él me hablaba sobre cómo era Brasil y lo bien que la había pasado, me contó sobre su polola y lo buena persona que es. Resulta que la conoció porque ella también hace música, y después de un tiempo de conocerse, decidieron que se gustaban mucho como pa' ser solo amigos. Igual llevaban siendo pololos hartos meses, pero entendí las razones de porqué no me había contado nada.

Presentía que el ya sabía sobre todo lo qué pasó acá porque en ningún momento me dejo de hablar, cosa que me distrajo mucho y no pensé en nada más. Ni siquiera en que el Carlos aún dormía en mi pieza.

—Mira ¿ahí estará bien de sal?.— le pregunté a mi hermano, él me asintió justo cuando vimos al Carlos entrar a la cocina.

Yo me quedé sin moverme, pero mi hermano y él se saludaron como si nada, preguntándose cómo estaban y luego el Carlos me dio un beso que me dejó más sorprendida que antes.

—¿Te vas a quedar a desayunar?.— pregunto el Esteban, mi no-pololo asintió.— Mari ponle una taza al Carlos.— me indicó pero yo aun seguía procesando todo.

—¿Que te pasó Nachita? ¿Por qué la carita?.— preguntó el Carlos haciéndome reaccionar.

—Eh, no nada. ¿Puedes ponerle la taza tú? Necesito ir a mi pieza... por algo.— dije y me fui rápidamente, al estar en mi pieza pude respirar bien.

Era obvio que el Carlos le había contado todo al Esteban. Por eso ellos hablan como si nada, pero lo único que logran con eso es confundirme. Mi cabeza ha sido un remolino de emociones y necesito conversar las cosas para que mi mente se aclare. Necesito que mi hermano me diga lo que le molesta, lo que le incomoda o lo que simplemente no le importa. Necesito hablar sobre el tema de la Camila pero no puedo, cuando intento hacerlo se me va todo de la mente y quedo en blanco, solo con el sentimiento de decepción.

Lo único bueno es que hoy tenía ensayo, porque al mi hermano volver, nosotros debíamos volver a trabajar. Así que me bañé y vestí rápidamente para no hacer esperar al Esteban y al Carlos.

Bajé las escaleras para ir a la cocina y me senté en la mesa, mientras mi hermano y el Pailita me miraban atentos.

—¿Te pasa algo?.— preguntó el Esteban y yo negué. Ambos se dieron una mirada.— Oye y ¿como vai' con la música?.

—Bacan hermano. Ahora tengo que terminar de escribir un temita y estamos pensando en subir a De La Ghetto.— contó feliz el Carlos.

—Que buena hermano. ¿Pa' cuando sale?.

—Se espera que pa' marzo. Así que ojalá noma' po.— dijo sonriendo. Yo sonreí porque me gusta verlo feliz.— ¿Y tu volviste a hacer shows supongo? ¿O pura música?

—Las dos yo cacho. Ahora en febrero sale una.

Ellos seguían hablando mientras yo comía.

—Mari, ¿segura que estai' bien?.— preguntó mi hermano, yo levanté la mirada y los vi.

—Si... no se. Tengo que pensar muchas weas. Voy a ensayo. Nos vemos pa' el almuerzo.— dije levantándome de la mesa y saliendo de mi casa.

(...)

Probablemente nuestra coreógrafa está chata de nosotros. Porque por alguna razón todos llegamos sin ganas, los pasos no nos salen tan bien como debería ser. Y eso es preocupante porque en dos días más tenemos un show en La serena.

Escuchaba como ella nos gritaba y nos daba un sermón de que estábamos haciendo las cosas mal. Pensé que venir a ensayo me iba a distraer pero ya cache que no va a ser así.

—Yo no les digo esto pa' hacerlos sufrir, cabros. Se los digo porque sé que a ustedes les gusta hacer bien las cosas. ¿Les gustaría dar un show así como están ahora?.— nos preguntó y todos negamos, quedándonos en silencio.— No se que les pasa pero espero que puedan resolver sus weas. Pero acá venimos a bailar, a olvidarnos de todo y a pasarla bien. Ustedes más que nadie saben eso. Así que ahora suban el animo porque la vida no está pa' amargarse y menos por algo momentáneo.— terminó de decir.

Igual el ambiente se puso mejor. Ya no había tanto silencio y cache como nos soltábamos un poco más.

Ensayamos la mayoría de canciones y por suerte salieron mucho mejor. Ahora estábamos bailando "Ganas", donde cada uno tenía una pareja para bailar. Y mientras bailaba intentaba dejar de pensar en todo.

tu y yo somos amigos especiales...

Creí que lo había logrado hasta que la imagen del Pailita apareció en mi mente. Veía esa hermosa sonrisa que tiene, sus ojos chinitos, su cara que es muy suave y calentita apenas despierta, sus brazos que me hacen sentir segura cuando me abraza, y su risa que me encanta.

báilame solo como tú sabes...

El Carlos me hace sentir tantas cosas que no puedo explicarlas. Me hace querer mandar todo a la mierda y quedarme sólo con él.

No me di cuenta cuando terminó la canción hasta que nuestra coreógrafa y otras personas aplaudieron con entusiasmo.

—Wow, simplemente wow. Lo hicieron excelente, esas son las ganas que yo quería ver. Mari y Tomi, lo hicieron muy bien, conectaron mucho. Los voy a poner a trabajar más juntos.— dijo feliz.

Mi compañero y yo nos abrazamos, porque no es que nuestra coreógrafa sea mala onda, todo lo contrario, era muy amorosa, pero no es mucho de decir cuando hacemos las cosas bien, solo cuando anda sentimental, ósea en los shows.

Nos quedamos conversando un poco sobre el baile hasta que siento como me abrazan por atrás y me dan un beso en la mejilla. El Tomi me miró divertido mientras yo miraba hacia arriba para saber quien era, aun que ya sospechaba quien podría ser.

—Hola, mi bonita.— dijo sonriendo. Claramente era el Carlos.— Hola, soy el Carlos. Pailita.— dijo presentándose con mi amigo. Me reí porque todos sabemos que ya se conocían.

—Un gusto conocerlo, caballero. Tomás. Tomasito me dice tu polola.— dijo divertido. Mi no-pololo lo miró serio y le pegó en el hombro.— Ya oh, yo los dejo. Nos vemos.— se despidió y se fue a buscar sus cosas.

—Que bailai' lindo, mi Nachita. A ver pa' cuando me bailai' a mi.— dijo mirándome con una sonrisa. Agarre su cara y lo atraje hacia mi para darle un beso.

—¿Que estai' haciendo acá?.— le pregunté susurrando.

—Te quería venir a ver po. Aparte tu hermano tenía que venir a hablar con la coreógrafa. ¿O no queriai' que viniera pa' bailarle tranquila a tu amiguito?

—Te poni' tonto al tiro. Pero, ¿te cuento un secreto?.— el asintió e hice que se acercara a mi.— Mientras bailaba, erai' lo único que estaba en mi mente.

El sonrió mucho y me agarró la cara para darme repetidos besos. Nos separamos cuando escuchamos que la Fran, mi coreógrafa, nos llama a mi compañera, Danae, y a mi.

Voltee a verla y venía caminando hacia nosotros. Muy seria, y eso solo es signo de que algo le molestó. Atrás de ella venía caminando mi hermano con cara de vergüenza y mirando mal al Carlos. Y como siempre, yo no entendía por qué.

—Malas noticias para nosotras, buenas pa' estos weones.— dijo enojada. Mi compañera y yo la miramos confundidas, mientras que el otro par se veían avergonzados mientras se reían bajito.— Tenemos que cambiar la coreografía de "Caminemos de la mano" porque al parcito se le ocurrió hacer una versión más lenta.

La Danae y yo nos miramos y suspiramos derrotadas. El show era pasado mañana, entonces había muy poco tiempo para cambiar las cosas y ensayar las demás canciones.

—¿Quien fue el weon de la idea?.— pregunté mirando mal a ambos. Mi hermano apuntó al Pailita, él me sonrió inocente.

—Las espero mañana temprano para practicar antes del ensayo general. Y espero que los dos weones también vengan, no como la otra vez.— indicó la Fran, haciendo alusión a la última vez donde el Carlos no vino a los ensayos. La Danae y yo asentimos mirándonos chatas.

Nos despedimos y salí del lugar con el Esteban y el Carlos detrás de mi.

𝐁𝐀𝐈𝐋𝐀 𝐏𝐀𝐑𝐀 𝐌𝐈 ; Pailita Donde viven las historias. Descúbrelo ahora