Capítulo 5

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La loba estaba algo enfadada con Jennie porque había traído a su amiga al departamento. Además había dejado el lugar muy apestoso con su perfume. 

"Mhm yo también puedo dejar olor para marcar lo mío" pensó la loba, saliendo de su escondite una vez la rubia se marchó. 

Jennie estaba terminando de arreglar unas cosas para mañana, luego le daría de comer a la pelinegra. 

Mientras tanto el animal se acercó en silencio, poniéndose al lado de la menor por unos segundos. 

ㅡOh cachorra, aquí estás. ㅡrió la chica hacia su mascota, palmeando suavemente la cabeza de la misma. 

Las pupilas de los ojos de la loba se dilataron por segundos, mirándola fijamente. 

Alzó una de sus patas sobre la pierna de la humana, comenzando a orinar sobre la misma. 

ㅡ¡Ay! ¡Lisa mala fuera de aquí! ㅡChilló la menor, corriendo rápidamente a su habitación para cambiarse el pantalón.

"Marcando territorio" pensó la pelinegra, batiendo felizmente su cola negra y larga. 

Mientras que la pelinaranja fue a su ducha, entrando rápidamente a la misma antes de despojarse de toda su ropa y lavarse de orina de perro. Por alguna razón que Jennie desconocía la orina olía distinto, no realmente como una.

Salió de la ducha minutos después, soltando un bufido al ver sus jeans favoritos mojados por culpa de su mascota. Los tomó de mala gana y los aventó a la lavadora para lavarlo sin tanto esfuerzo, no tenía ánimos de tallar nada. 

Mientras eso pasaba la loba estaba lamiendo su pelaje para limpiarse, estaba muy sucio gracias a que había salido en su forma humana por la mañana y se la había pasado desnuda en casa pero cuando la menor llegó tuvo que salir en su forma animal para disimular. 

ㅡ¡Lisa ven para acá! ㅡgritó la humana una vez estuvo vestida, frunciendo con molestia su pequeña narizㅡ¡Ven para acá dije! ㅡrepitió al no escuchar las patas del animal correr hacia ella. 

La mencionada se levantó de mala gana de su lugar, caminando con la cola entre sus patas. 

ㅡEscucha... tenemos que poner reglas importantes en esta casa y la principal es que no puedes orinarme encima, para eso te saqué anoche por la noche o también puedes avisar cuando sientas ganas ¿Okay? No puedes orinar sobre mí, soy una humana y entiendo que seas un perro que marca territorio pero no conmigo, conmigo no. ㅡdijo todo esto con el ceño fruncido, señalando a la loba con su dedo índiceㅡ Así que espero que te haya quedado claro, no pienso volver a repetirlo o te voy a quitar tus deliciosas croquetas. 

Las orejas de la loba se bajaron, no estaba realmente triste pero Minnie le había contado que eso hacía su perro y siempre la convencía de quitarle el castigo, tenía que sacarle provecho a su carita de cachorro. 

Jennie la miró, alzando una cejaㅡ He tenido varias mascotas y soy hijo menor, conozco esa técnica. ㅡdijo sin ablandarse ni un poco, cruzandose de brazos en su lugarㅡ Sé que eres una buena chica, solo necesito que aprendas las reglas y la más importante. 

"Niña tonta, nada te gusta" soltó un bufido por la nariz, dándose la vuelta antes de irse nuevamente a su lugar con sus juguetes.

La pelinaranja rodó los ojos, tomando su cosas para ir a su habitación y dormir un poco, estaba muy cansada y al día siguiente tenía que ir nuevamente al trabajo. 

Iba a llamar a su madre por la mañana antes de salir de su hogar, quería decirle que la visitara así conocería a su mascota. Jennie estaba muy emocionada por mostrarle a sus amigos y familiares a su mascota, estaba fascinada con ella.

Además iba a hacer una cita con el veterinario para hacerle su revisión mensual, quería mantenerla saludable y muy feliz. 

Se notaba que tenía una estricta dieta aunque Minnie solo le dijo que su comida favorita eran las croquetas pero a juzgar por su forma musculosa a pesar de ser un perro y la fuerza que quizá tenía, era digna de una buena dieta. 

Y también compraría más juguetes y nuevos collares, además compraría una cama más grande para la cachorra pues la que tenía era muy pequeña para ella, aunque le había dicho que podía dormir junto a ella ahora se había retractado porque estaba molesta así que no iba a dejarla dormir cerca de ella. 

De igual manera el corazón de Jennie era muy dulce así que no pasaría mucho tiempo para que fuese a pedirle perdón a la canina y que ambas establecieran y "platicaran" sus reglas para hacer que tengan una buena relación mascota-dueña. 

En lo que pensaba sobre lo que haría al día siguiente se puso a pensar en la falta que le hacía su madre, pero quizá era solo al principio. Además tenía a Lisa cerca, aunque fuese para hacer destrozos pero la tenía a su lado y eso la reconfortaba un poco. 

 

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Secret Alpha | Jenlisa Donde viven las historias. Descúbrelo ahora