Capítulo 10: Un Tranquilo Paseo Por La Ciudad

494 62 14
                                    

Pov Narrador

Al día siguiente, en la mañana. Una somnolienta asterius empezó abrir sus ojos lentamente. Pestañando varias veces hasta que abrió sus ojos por completo.

"Hmm... Nunca antes había dormido así de bien". la mujer minotauro susurro mientras recién despertaba. Ella estaba acostumbrada a dormir en el rocoso suelo del dungeon, pero dormir en un suave colchón fue una experiencia única para ella.

A los pocos segundos de despertar, ella noto que se aferraba a algo. O más bien, que abrazaba a algo mientras lo presionaba contra su pecho. Cómo si no quisiera soltarlo.

Si vista se dirigió hacia abajo, y vio una cabellera blanca que reconoció de inmediato. Tardo unos cuantos segundos en darse cuenta de su situación.

"(¿Lo abrace mientras dormía?)". Ella no parecía estar demasiada incomoda en su actual situación, más bien, solo miraba con cierta curiosidad el cómo su cuerpo reacciono mientras dormía.

Aflojó un poco su agarre del cuerpo de bell, el cual parecía estar tenso. Comenzó a relajarse, en observo su rostro detalladamente cómo había un tinte rojo en sus mejillas. Uno que se acostumbró a ver en la mayoría de las veces que hablaban.

Volvió a ver su cabellera blanca, una de sus manos se posó sobre su blanco cabello. Y como si se tratase de un animal, comenzó a acariciarlo.

"(Se siente relajante... Es como acariciar a un almiraj)".

Se sintió tentada a hacerlo, como si aquel blanco cabello la llamase a acariciarlo. Era suave, como si fuera pelaje. Ella no podía evitar hacer de nuevo esa comparación.

"Hmm...".

Bell comenzó a moverse un poco. Fue la señal de asterius para parar de acariciar su cabeza, retirando su mano.

Sus ojos rojos se abrieron lentamente, su visión fue borrosa por segundos. Cuando su visión comenzó a aclararse observo de nuevo la situación en la que estaba otra vez.

Su rostro pegado al peto metálico de asterius, que cubría su busto. Aunque seguía estando bastante cerca de ello.

Quiso gritar, otra vez. Se limito a aguantarse sus ganas de soltar todas sus frustraciones mediante a un grito que podría despertar a todos en la farmacia azul. Solo pudo tragar algo de saliva mientras miraba hacia arriba, viendo directamente a los ojos dorados de asterius.

"E-esto... Buenos días". saludo de forma nerviosa, su cuerpo volvió a ponerse rígido, en más de un sentido.

"¿Paso algo mientras dormíamos?". Sin parecer molesta por la situación dónde ambos estaban. Asterius seguía teniendo curiosidad por como acabaron así.

"...". Bell se tomó su tiempo para responder. "mientras dormías... T-tu". comenzó a tartamudear un poco "me abrazarte. I-intenté zafarme, pero no pude".

"Ya veo". asterius se mostraba indiferente, ni molesta o irritada. O algún signo de vergüenza por como estaban abrazados. "Tengo una mala costumbre de abrazar algunas rocas cuando duermo. Suelo destrozarlas por abrazarlas con demasiada fuerza, Lo siento". se disculpó, y bell palideció. Agradeciendo de no tener ningún hueso roto.

Pasaron unos pocos segundos dónde ninguno de los dos dijo algo. Aunque se mantenían en el mismo lugar, aún abrazados. Ninguno parecía disconforme con eso. Al contrario, era agradable estar de esa forma para ambos.

Aunque...

Asterius sintió algo duro presionado contra su muslo derecho, cosa que la dejo extrañada. Era algo largo y rígido, con una punta al final. No supo reconocer que era, solo se le ocurrió que podía ser "Oye, ¿Dormiste con tu espada corta enfundada?".

Danmachi: Un Amor Algo ExtrañoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora