Capítulo III

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Ya había pasado el rato, y era hora de que Emma se juntara con aquel chico en la biblioteca para estudiar. Tomó algunos libros de su escritorio, que después de todo, igual podrían ayudarle. Se fue al sector de la biblioteca donde habían quedado de juntarse con aquel chico, y para su sorpresa no tan sorpresa, había alguien.

-¿Tom? -preguntó Emma, dejando los libros que llevaba en el escritorio, viendo como Tom estaba allí sentado leyendo el mismo libro que en la hora del desayuno-. ¿Qué estás haciendo aquí?

-¿Qué haces tú aquí? -preguntó él, despegando la vista del libro-. Yo siempre vengo a leer aquí.

-Pues, yo vine a estudiar -dijo Emma, sentándose en la silla, esperando a que Tom se levante para alejarse de ella, ya que no soportaba estar tan cerca de ella, pero no lo hizo, sólo se quedó sentado.

-Ya era hora, tus calificaciones están bajando en pociones -dijo volviendo la vista al libro.

-No precisamente yo, ayudaré a alguien -dijo ella-. Y que mis calificaciones sean más bajas que las tuyas, no significa que no sean buenas.

-¿A quién ayudarás? -preguntó él, sin despegar la vista de la página que estaba leyendo.

-¿Por qué te interesa? -preguntó Emma-. Ni que fueras mi hermano.

-Sólo era una pregunta, dios, no se te puede preguntar nada sin que lo tomes de esa forma -dijo Tom.

-¿De qué forma? -preguntó Emma encarnando una ceja.

-Eres más tonta de lo que creí, sigo sin entender como es que eres Slytherin -dijo el rodeando los ojos.

-Detente, me haces reír -dijo Emma sarcásticamente.

-Lo siento, pero no me gusta el sarcasmo -dijo Tom, mirando a Emma ahora a los ojos.

-Y a mi no me gusta que invadan mi privacidad -dijo Emma, refiriéndose al lugar de estudio-. Además, me da igual que no te guste el sarcasmo.

-No digas nada de invadir privacidad, tú eres quién llegó aquí mientras yo leía.

-¿No quieres irte? -preguntó Emma-. Debo ayudar a un chico a estudiar, así que...

-Conque un chico, ¿eh? -preguntó alguien, detrás de Emma. Era Mattheo.

-¿Ayudarás a mi hermano a estudiar? -preguntó Tom, mientras los miraba a ambos-. Ya era hora de que alguien lo ayude -dijo volviendo a fijar su vista en el libro mientras pasaba la página.

-No, ¿cómo crees? -dijo Emma-. ¿Qué haces aquí, Mattheo? -preguntó mientras se volteaba a verlo.

-Vine a buscar un libro para golpear a Blaise -Emma se le quedó viendo confusa-. Es broma, mis piernas me trajeron no sé por qué.

-¿Qué no estaban en Hogsmade? -preguntó Emma, mientras disimuladamente le pegaba una patada a Tom en la pierna para que se fuera y dejara el lugar desocupado, pero este no hizo mas que quitar la pierna de su alcance.

-No, bueno, si. Pero, Enzo quería que le compráramos algo en Honeydukes, vio unos caramelos, así que tuvimos que volver por algo de dinero -dijo entre risas, al recordar como Enzo se había comportado como niño chiquito queriendo que le compraran caramelos.

-Es el mayor...

-Pero actúa como niño chiquito -continúo Mattheo la frase de Emma.

-Dios, ya no aguanto escucharlos. ¿Que ya no puedo leer tranquilo? -dijo cerrando el libro y mirando a Emma y Mattheo.

-Entonces deja de quejarte, y vete, no te cuesta nada -dijo Emma, mirando a Tom.

-¿Están peleando por el lugar de trabajo? -pregunto Mattheo.

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