Emma no entendía nada, ¿por qué Tom? Después de haberla amenazado casi toda su vida en Hogwarts de lo que llevaba, y luego de casi haberla asesinado con su varita. El recuerdo se mantuvo en la mente de ambos, Tom arrepintiéndose por ello, y Emma arrepintiéndose de haberlo conocido alguna vez.
-¿Por qué te ofreciste a ayudarme? -preguntó Emma, tratando de no recordar aquellas cosas y sucesos imperdonables con Tom.
-Eso es lo de menos, no tengo explicación -respondió él, tan serio como siempre. Era difícil saber las emociones que sentía ya que no mostraba o hacía alguna expresión facial, a menos que realmente ni siquiera sienta alguna emoción.
-Te hice una pregunta, estoy esperando mi respuesta. ¿Por qué te ofreciste a ayudarme? -repitió, estaba de brazos cruzados, las respiraciones de ambos casi chocaban, ambos hacían contacto visual.
Tom, levantó una mano, como si fuera a acariciar el brazo de la chica, pero su mano subió hasta la altura de su cuello, ella podía sentir el calor de su cuerpo cerca. La mano de Tom rozó la mejilla de Emma, pero luego bajo rápido la mano, sin saber por qué lo hizo o iba a hacer. Emma no entendió lo que sucedió, había sentido el calor de Tom cerca de su mejilla, y luego solo se esfumó, dejándola pensar en que es lo que realmente quería hacer Tom con ella y su mejilla.
Ninguno de los dos decía nada, ambos pensaban cosas distintas mientras hacían contacto visual. Emma pensaba que esto era totalmente absurdo, la biblioteca se estaba oscureciendo cada vez más, no verían nada si no fuera por las velas, definitivamente era raro estar ahí con Tom. Y él pensaba, que esto es algo de lo que probablemente no se arrepentiría jamás, y aún deseoso de acariciarle la mejilla o simplemente tocar su cuerpo, pero no hizo nada y decidió tomar asiento, cortando en seco el contacto visual y la pequeña tensión que había en el aire entre ellos.
-Toma asiento -dijo Tom a Emma, trato de soñar frío al igual que siempre, pero esta vez, no parecía soñar tan frío, tal vez un poco menos. Emma se percató de aquel tono en su voz, pero decidió ignorarlo por completo, al fin y al cabo, Tom solo era un chico frío y sin sentimientos, que haya sonado así no significa nada, al menos no para Emma.
-Esto es una pérdida de tiempo, no se por qué sigo aquí -Emma se dio media vuelta para irse, pero Tom fue más rápido y la agarró de la mano, inclinándose sobre la mesa y levantándose de la silla. Eso la detuvo y la hizo darse vuelta, sorprendida.
-No, no te vas a ir -su tono era frío, pero sus ojos rogaban por que se quedara, parecía que realmente quería estar ahí con ella, pero, ¿por qué? Si lo único que ha querido hacer todo este tiempo es matarla.
-No entiendo, no hablo con gente de corazón de piedra -respondió Emma, mientras fuertemente se zafó del agarre de Tom, tomándolo por sorpresa a él. Se comenzó a alejar, mientras Tom la veía irse, no sabía que más hacer, así que solo la dejó ir.
Tom se sentó en la silla, frustrado por no haberlo conseguido, se tiró del cabello sin saber que más hacer para conseguirlo. Luego decidió tomar calma y fue a dejar el libro al estante. Salió de la biblioteca un poco después de Emma y se fue a la sala común.
Emma ya estaba en su dormitorio, pensando en lo que recientemente había ocurrido. Estuvo pensando y pensando, sin saber cómo reaccionar aún a lo que había sucedido. Honestamente siquiera sabía que había ocurrido, todo fue tan rápido, el agarre de Tom en ella, el contacto visual y... la mano de él rozando su mejilla.
Estuvo toda la tarde hasta las doce en su dormitorio. Hasta que alguien llamó a la puerta de su dormitorio, eso la sacó totalmente de sus pensamientos y la trajo de vuelta al mundo real. Él como aquella persona llamaba a la puerta le hacía saber exactamente quien era, fueron tres toques. «Toc, Toc, Toc». Era suave y lento, Emma ya sabía quien era y estaba feliz.
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Heart Of Stone
AlteleTom y Emma han sido toda su vida como el perro y el gato, pero eso cambiaría muy pronto. ¿Qué harías si te enteras de que te has enamorado de la chica que odiaste desde el primer minuto?