Capítulo XI

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Ya había pasado una semana, hoy las clases con Tom fueron normales, más de lo que habrían querido. Ninguno hablo con el otro, aún que si Emma pudo escuchar a Tom susurrar algunas cosas, en algunas de esas mencionando su nombre. Pero decidió ignorarlo.

«si supieras todas las cartas que te escribí»

—¿Dijiste algo? —preguntó Emma a Tom, luego de escuchar parte de ese pequeño murmuro.

—No, no dije nada —el se negó a verla, siguió con la pequeña clase. Ya que hoy empezaron más tarde y tuvieron menos tiempo para estudiar—. Espero que prestes atención, por qué cuando llegue el viernes no te enseñaré más —dijo Tom, decidido a no hacerlo.

—Tampoco es como que me importe mucho —Emma ahora estaba más fría con Tom, ¿desde ayer cambio tanto con el? Nunca se vio siendo fría con alguien, pero que va, ya no había vuelta atrás, ¿verdad?

Ambos continuaron con las "clases". Al terminar, Emma no asistió a clases ya que no tenía muchas ganas de ir. Luego de estas, se fue al salón vacío a esperar a Mike, se quedó ahí una hora. Luego dos horas más. Luego ya de las cinco horas decidió irse. Mike nunca iba a llegar, pero tarde se dio cuenta.

Al día siguiente, lo primero que hizo Emma fue ir a hablar con Mike. Se acercó al grupo de Ravenclaws y apartó a Mike para que hablaran a solas.

—Oye, ¿qué haces? —preguntó él, confundido.

—Ayer, te espere más de tres horas en el salón —dijo Emma, la cara de seriedad y nerviosismo apareció en el rostro de Mike—. Nunca llegaste.

—Perdón, tuve cosas que hacer —dijo, mientras trataba de calmarla acariciando su brazo suavemente.

—No quiero que lo que estés diciendo sea mentira —dijo ella—. Al menos podrías avisar.

—Amor, lo siento —dijo el, mientras la acorralaba contra la pared—. No le dio tiempo de decirte. No te vi en todo el día, y ni siquiera estuviste en las clases que nos tocaban juntos.

—¿No me buscaste? —preguntó, dolida pensando que así fue.

—Si te busque, en la biblioteca, en tu dormitorio, incluso en la torre de astronomía creyendo que podrías haber ido a despejarte de algo —dijo, inventándolo todo—. Pero no te encontré.

—¿Seguro de que no me estás mintiendo? —preguntó Emma.

—Estoy totalmente seguro —mintió descaradamente. Sorpresivamente lo oculto bien.

—¿Puedo besarte? —dijo mientras Mike la apretaba más contra la pared.

—¿Por qué no podrías? —preguntó con una ceja levantada.

—Es que ayer... me cortaste el beso —dijo Emma—. Se que querías que lo guardara para después, pero la forma en la que te alejaste me hizo sentir ridícula.

—No tienes que sentirte ridícula. No lo eres —dijo antes de darle un beso, en el cual ambos soltaron todo lo que no habían dado al día anterior.

Se separaron luego de unos segundos, Emma estaba roja, y al notarlo se avergonzó. Mike le acarició la mejilla suavemente, dejó un beso en su mejilla y se fue. Emma camino a su dormitorio para recoger los libros e irse a clases.

Al llegar a su dormitorio, dejó la puerta entreabierta ya que saldría de inmediato. Pero al escuchar esta cerrarse, volteó rápido a ver a causa de que se había cerrado.

—¿Por qué no fuiste a clases ayer? —preguntó Enzo, estaba acompañado de Draco, Blaise y Regulus.

—¿Que hacen ustedes aquí? ¿No deberían estar yendo a las clases? —preguntó Emma.

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