Placer - Parte IX - El diente de oro.

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Hola hola! Hola a todos! Por la cantidad de comentarios y mensajes que me enviaron pidiendo otro capítulo decidí subir este hoy, y otro mañana! Cómo cada jueves!!

Les agradezco inmensamente todo el amor que me han estado dando en este fanfic, han hecho que me inspire mucho a seguir escribiendo, y ayudándome en un momento un tanto dificultoso de la vida.

Aprovecho para decirles, que no esperen para hablar con ese amigo con el que no han conversado en el último mes, vayan por ese café, véanse para conversar, tomar helado, o simplemente pasear por ahí.

Este va para ti, y aquí estoy, Estoica, nos veremos por ahí, en otra vida.

✨✨✨✨✨✨✨✨✨


El viaje en el automóvil se le hizo eterno, el dolor en su cuerpo era demasiado fuerte, tanto que apenas ya si lograba sentir del todo su rostro, sentía los ojos hinchados, presionando un pañuelo blanco contra su nariz mientras Isahia conducía viéndola de vez en cuando por el retrovisor.

– Ya casi llegamos, Elizabeth, ya casi.

– Gracias Isahia.

Levantó la mirada al escuchar a John discutiendo afuera de la cocina donde el doctor la revisaba, el impacto contra la pared le había roto el labio superior, la frente, y hecho un corte en la ceja y mejilla, para su suerte, su nariz era tan pequeña que apenas se había rasmillado en la punta.

– ¿La tocó? – Preguntó el doctor desinfectando las heridas – necesito saber si debo revisarla.

– No, no doctor – Negó cerrando los ojos ante el ardor del algodón contra la piel abierta.

– No dejará cicatriz si usa una buena cantidad de ungüento – Explicó bajándole la barbilla para que ella abriera la boca – tendrá que ver un dentista, su colmillo izquierdo se partió con el golpe.

– Mierda.

– Solo es la punta, puede arreglarse con un poco de oro – La consoló colocando un vendaje en la mejilla – Es una mujer joven, su cuerpo sanará los golpes rápidamente, no necesitará suturas.

– Gracias doctor.

– Aún así le recomiendo que vaya a una revisión, señora Shelby.

– Si, doctor – Asintió bajando de la encimera de la cocina, sintió el jalón en su brazo seguido de los golpes que John comenzó a darle a la encimera con su puño – John.

– ¡Maldita mierda! – Gritó rojo de rabia girándose a ver a Thomas que entraba a la cocina – ¡Mierda Thomas!

– Johnny cálmate – Le susurró ella estirando sus manos hacia él – estoy bien – Lo consoló atrayéndolo a ella para ofrecerle una sonrisa cálida – solo fueron unos golpecitos.

– Mierda, amor – Susurró tomándole el rostro – mierda Thomas ¿Ya ves cómo dejaron a mi esposa? ¿Por qué dejaste que se fuera sola?

– Yo quise irme Johnny – Se limpió las lágrimas que caían por sus mejillas cuando Polly Gray entró a la cocina.

– Santa mierda.

– No es para tanto – Murmuró apoyándose contra la mesa cuando la tía de su esposo se acercó hasta ella revisándole el rostro.

– ¿Qué te dijo el doctor?

– Sanará en un par de semanas – Le respondió mientras Johnny seguía discutiendo con su hermano a unos metros – No necesito suturas, pero el cabrón me partió un diente.

La secretaria Donde viven las historias. Descúbrelo ahora