Cap 6 °Sombras en la Feria°

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Guardé mi teléfono en el bolsillo, sintiendo la intensidad de la mirada de Larissa que permanecía fija en cada uno de mis movimientos. Una ceja alzada indicaba su clara expresión de duda, como si estuviera escudriñando mis acciones en busca de algo más que palabras. Antes de que pudiera abordar cualquier posible malentendido, la directora volvió a hablar, interrumpiéndome con su tono frío y autoritario.

"Oh, bueno solo venia a hablarte de algo que me olvido decirte en mi oficina, puedo llevarte al Festival de la Cosecha en mi auto. Si decides ir, claro" Dijo, su voz manteniendo esa frialdad que a veces resultaba difícil de descifrar. Asentí, agradecida por la oferta y tratando de comprender el cambio repentino en su actitud y antes de que pudiera decirle algo en agradecimiento Larissa continuó hablando, dándome la información sobre la hora en que estaría disponible.

"Estaré lista a las 8 en punto. Si decides no ir, no hay problema. Solo asegúrate de no llegar tarde...no me gusta la impuntualidad" añadió antes de darse la vuelta para dejar el pasillo con un paso firme que me hizo sentir extraña.

Escuché la puerta de la oficina de Larissa resonando en la habitación, y me quedé allí, atónita por el cambio repentino de la directora. Sacudí la cabeza, tratando de apartar esas preguntas sin respuesta mientras me dirigía de regreso a mi habitación. Sin embargo, las dudas seguían acechándome, y una sensación incómoda se apoderó de mí. Una vez dentro de mi cuarto, decidí mandarle mi ubicación a Laura. Quizás no respondería sus llamadas, pero quería asegurarme de que supiera que estaba bien o al menos por ahora no quería preocuparla, aunque a veces preferiría que ni siquiera pensara en ello. Mi atención luego se desvió hacia el armario, donde mis maletas yacían abiertas. ¿Qué me pondría para el Festival de la Cosecha? La pregunta rondo en mi cabeza mientras la desesperación comenzaba a crecer en mí, debía juntarme con ella iríamos al festival no podía ponerme cualquier cosa.

Comencé a buscar entre mis pertenencias un atuendo que fuera a la vez lindo y cómodo. Pero mientras comenzaba a buscar algún atuendo comencé a sentir preguntas rondando mi mente ¿Por qué me importaba tanto cómo me veía? ¿Estaba tratando de impresionar a Larissa? La idea me hizo reír por lo absurda que era. No, no podía ser eso. Ella era mi jefa ahora, y esa era la única razón por la que debía esforzarme en mi apariencia.

Mientras seleccionaba mi ropa, la idea de impresionar a Larissa se mezclaba con la realidad de que solo estaba tratando de cumplir con sus expectativas. Finalmente, me decidí por un vestido largo con mangas largas que proporcionarían algo de protección contra el clima frío de la noche. Al verificar la hora, me di cuenta de que el tiempo se agotaba y que debía comenzar a arreglarme. Después de un baño rápido, me senté frente al espejo para aplicar un poco de maquillaje. Intentaba no pensar demasiado en cómo me vería frente a Larissa, pero la idea seguía rondando mi mente. Después de todo, ella era mi jefa ahora, y quería causar una buena impresión. Una vez maquillada, me puse el vestido seleccionado y, mientras me ajustaba la abertura en el muslo, noté que quizás había elegido algo más atrevido de lo que originalmente pensé. Pensé en cambiarlo, pero al mirar el reloj, me di cuenta de que no tenía tiempo.

Aunque al mirarme al espejo pensé en la reacción de Larissa y justo cuando estaba a punto de decidirme a cambiar de vestuario, el sonido de motores resonó afuera. Me asomé por la ventana y vi cómo los autobuses escolares se alejaban. ¡Eran las 8 en punto! Me apresuré a recoger mis cosas y salí de mi habitación con una mezcla de nervios y anticipación.

Tomé mis cosas apresuradamente, sintiendo la adrenalina correr por mis venas. El vestido largo se deslizó sobre mis piernas mientras me apresuraba a ponerme unas sandalias a juego. El susurro del tejido y el tintineo de las pulseras en mi muñeca acompañaban mi prisa. Al abrir las puertas, la noche se extendió ante mí, y allí, justo frente a las escaleras, estaba el auto de Larissa, una silueta oscura y elegante en la penumbra. La luz de la farola cercana resaltaba su figura, con ella apoyada de manera casual en el automóvil, mirando su reloj con expresión imperturbable. Nuestra mirada se encontró, y fue como si el tiempo se detuviera por un instante. Descendí las escaleras con pasos rápidos, intentando mantener la compostura.

Simplemente tuya ° Larissa weems x Lectora°Donde viven las historias. Descúbrelo ahora