Cap 5 °Un Giro en el Camino °

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Mis párpados se separaron lentamente, y la realidad me envolvió con la luz tenue de la mañana. El dolor en mi cuello, producto de una noche pasada en una posición incómoda en la enfermería, me recordó dónde estaba. La suave melodía de los pájaros flotaba en el aire, marcando el inicio de un nuevo día. Al girar la cabeza, noté que Enid también despertaba, y nuestros ojos se encontraron en un intercambio silencioso de buenos días. Aunque había pasado poco tiempo desde que nos conocimos, ya se había forjado una especie de complicidad entre nosotras. El timbre resonó en la atmósfera, anunciando el comienzo de las clases.

Me levanté de la silla con cautela, sintiendo el entumecimiento momentáneo en mis extremidades debido a la incomodidad del sueño. "Buenos días, Enid. ¿Cómo te sientes hoy?" pregunté mientras estiraba mis músculos y me preparaba para enfrentar el día.

Enid, con una sonrisa amable, respondió "Bien...me siento mucho mejor y Buenos días..." Observé cómo Enid se levantaba de la camilla mientras tiraba las sábanas a un lado, mientras la miraba le ofrecí la opción de quedarse más tiempo en la enfermería, asegurándole que estaba disponible si necesitaba algo más, pero con una sonrisa agradecida, declinó la oferta. "Gracias por cuidar de mí, Amelie. Me siento bastante bien ahora y creo que un poco de descanso en mi habitación hará maravillas. Pero si algo surge, no dudaré en buscarte"

Asentí con comprensión y despedí a Enid con un gesto amigable. Sus pasos resonaron suavemente en el suelo mientras se dirigía hacia la salida de la enfermería. Las cortinas ondeaban ligeramente, acariciadas por una brisa tenue. Con un suspiro tranquilo, me di cuenta de que, aunque mi estadía en Nevermore había comenzado con un giro inesperado, ya me estaba acostumbrando a la atmósfera y a las personas que había conocido aquí.

Después de cerrar la puerta de la enfermería con suavidad, emprendí mi camino hacia la habitación que Larissa generosamente me había prestado. A medida que avanzaba por los pasillos de Nevermore, me encontraba maravillada por la arquitectura peculiar y la atmósfera única que impregnaba el lugar. Al llegar a la puerta de la habitación, respiré profundamente antes de girar el pomo y entrar. Mi mirada se posó en la cama aun hecha, con una sonrisa, me dirigí a donde estaban mis maletas y comencé a revisar mis pertenencias en busca de algo que pudiera ponerme. Después de unos minutos de búsqueda, elegí un vestido simple pero elegante, tratando de encontrar un equilibrio entre la formalidad que requería el momento y mi propio estilo, aunque hubiese preferido otro atuendo no tenia mucho donde elegir, ya que algunos atuendos estaban rotos i sucios por el accidente del otro día.

Me dirigí al baño, donde el sonido relajante del agua que caía creaba una atmósfera de tranquilidad. La ducha fue reconfortante, como si el agua llevara consigo las tensiones acumuladas de los últimos días. Después de envolverme en una suave toalla, me vestí con el vestido elegido, sintiéndome lista para encontrarme con Larissa. Al salir de la habitación, me detuve por un momento para contemplar el paisaje desde una ventana que daba al patio de la escuela. El sol se filtraba entre las ramas de los árboles, creando destellos dorados que bailaban en el aire. Este lugar, con su misterio y encanto, ya estaba dejando una marca en mi incluso en el poco tiempo que había estado, de hecho, lo sentía familiar como si no fuera la primera vez que había estado aquí.

Me acerqué a la puerta de la oficina de Larissa y, tras un ligero golpe, escuché su amable invitación a entrar. "Adelante" escuche a través de la puerta mientras mi mano se posaba en la madera empujándola. La puerta cedió ante mi empuje, revelando un espacio privado lleno de detalles que reflejaban la elegancia de la directora. La tenue luz de lámparas estratégicamente colocadas creaba una atmósfera acogedora y, al mismo tiempo, imponente. Larissa estaba sentada detrás de un pulcro escritorio, inmersa en su trabajo frente a una computadora. Al levantar la mirada y encontrarse con la mía, sus labios se curvaron en una sonrisa que transmitía calidez y confianza. Aquel gesto me hizo sentir bienvenida en ese espacio. "Me alegra verte. Por favor, toma asiento" dijo Larissa, indicando la silla frente a su escritorio.

Simplemente tuya ° Larissa weems x Lectora°Donde viven las historias. Descúbrelo ahora