Cap 23°Cuidado con las Flores°

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Después de mi ducha reparadora, salí del baño envuelta en una suave toalla que se aferraba a mi cuerpo. La habitación estaba impregnada con la fragancia del jabón y el vapor flotaba en el aire, dejando una sensación reconfortante. Al escanear la habitación, mi mirada se posó en la cama, donde reposaba un conjunto de ropa interior que me resultaba familiar y un vestido. Sonreí al reconocerlo Larissa seguramente había ido a mi habitación para buscarlo. Junto a él, el delantal de enfermera, sonreí mientras los miraba sobre la cama, era encantador como siempre lo que necesitar Larissa siempre me lo daba o estaba ya lista con lo que necesitara.

Me vestí con cuidado, sintiendo la suavidad de las prendas sobre mi piel, cada pieza era elegante y coqueta, un reflejo de los gustos de Larissa claramente, era un conjunto de lencera color blanco, en realidad uno de los pocos color claro que tenía, así que seguramente había estado buscándolo específicamente, me coloque el vestido como siempre largo y mientras me ajustaba el delantal, dejé que mis pensamientos se perdieran en la idea de ella eligiendo esas prendas para mí, era un gesto íntimo que me hacía sonreír con tan solo pensarlo.

Salí de la habitación, dejando el aroma fresco del jabón y el calor del vapor en mi estela. Sabía que Larissa seguramente se encontraba en su oficina, inmersa en sus responsabilidades, pero la certeza de que siempre encontraba tiempo para mí creaba una sensación encantadora.

El sol de la mañana teñía los pasillos de la escuela con tonos cálidos y acogedores mientras caminaba hacia la enfermería, como lo hacía cada día y al girar el pomo de la puerta, fui recibida por un aroma encantador que flotaba en el aire. Intrigada, dejé que la fragancia dulce guiara mis pasos hacia la mesa, donde un hermoso ramo de flores reposaba en toda su esplendorosa frescura. Mis mejillas se tiñeron de un sutil rubor al notar la nota junto a las flores. "Espero te gusten" estaba escrito con trazo elegante, acompañado de un pequeño corazoncito. No hacía falta ser un detective para saber quién era la autora de este gesto tan encantador. Larissa, con su belleza siempre presente, había tejido este pequeño acto de cariño.

Con una sonrisa juguetona, coloqué las flores en un frasco con agua, dejándolas cerca de mí. El día transcurrió con una tranquilidad inusual, sin incidentes destacados, pero mi corazón latía con la anticipación del anhelado momento de encontrarme con Larissa al final del día. Al levantarme de mi silla y caminar hacia el baño, me topé con Dedos, el tío de Merlina, quien me saludó con gestos amigables. Yo respondí con un saludo, aunque la tensión colgaba en el aire como un velo pesado cuando mis ojos se encontraron con los gestos preocupados de Dedos. Era evidente que ambos compartíamos la misma inquietud por Merlina. Su intrépida naturaleza la había sumido en una serie de problemas recientes, y los misteriosos asesinatos que oscurecían la escuela nos mantenían a todos demasiado tensos.

"Dedos, ven conmigo", murmuré con determinación, extendiendo mi mano para que se apoyara en mi hombro. Juntos, nos encaminamos de regreso a la enfermería, donde la quietud del lugar contrastaba con la agitación que sentíamos dentro de nosotros. Recordé los libros que Marilyn me había confiado, y con resolución decidí tomar medidas. Desplegué los libros sobre la mesa, extrayendo frascos y productos de mis estantes. Con cuidado, comencé a preparar una serie de remedios y antídotos, etiquetando cada frasco con precisión. La luz tenue de la enfermería se reflejaba en los cristales mientras trabajaba, creando una atmósfera de serenidad momentánea que contrastaba con la tormenta que se cernía sobre la escuela Nevermore.

"Dedos, entrégale esta nota a Merlina", indiqué mientras le extendía un pequeño mensaje con mis instrucciones. "Dile que deje de meterse en problemas. Aunque sé que es más fácil decirlo que hacerlo, por eso le envío estos 'antídotos'". Colocando el botiquín con los frascos cuidadosamente preparados en sus manos, noté la postura agradecida y un poco incómoda en Dedos. En un gesto de afecto, se aferró a mi brazo antes de marcharse. No quería que la sombra que se cernía sobre Nevermore se extendiera aún más, y mi determinación de proteger a los alumnos se reflejaba en cada acción que tomaba.

Simplemente tuya ° Larissa weems x Lectora°Donde viven las historias. Descúbrelo ahora