Cap 9 °Intrigas a mitad de la calma°

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Después de nuestra conversación, Larissa condujo de regreso al colegio. Nos despedimos cortésmente, y mientras caminaba hacia mi habitación, podía sentir el latido acelerado de mi corazón resonando en mis oídos. Al cerrar la puerta detrás de mí, un rubor se apoderó de mi rostro. Estar sola me recordó las imágenes de nuestras interacciones, y aunque intenté reprenderme, advirtiéndome que mis fantasías podían meterme en problemas, las imágenes lascivas persistían en mi mente. Chasqueé la lengua en un intento de ahuyentar esos pensamientos, consciente de la necesidad de poner un alto a mis fantasías antes de que se convirtieran en una distracción peligrosa. Me puse el pijama, tratando de concentrarme en la tarea simple de prepararme para dormir. Sin embargo, mi mente seguía vagando hacia las imágenes de Larissa, su mirada penetrante, su voz resonando en mis oídos, sus palabras sucias, sus caricias bruscas y sus labios traviesos.

Mientras me acomodaba en la cama, cerré los ojos con fuerza, tratando de bloquear cualquier pensamiento intruso. "Debo detener esto", me dije a mí misma en un susurro, consciente de que mi imaginación estaba tejiendo escenarios que solo existían en mi mente. A pesar de mi determinación, el susurro del deseo persistía, dejando una sensación de inquietud en el aire. Finalmente, me sumergí en la oscuridad de la habitación, dispuesta a dejar que el sueño me llevara lejos de los turbios pensamientos que me habían acosado. La noche envolvía el colegio en un silencio profundo, pero mi mente seguía luchando contra las imágenes que persistían, alimentando un fuego interior que se negaba a extinguirse.

A la mañana siguiente, decidí levantarme temprano, determinada a seguir con mis labores mientras veía al peluche de panda en la esquina de mi habitación. Me vestí con ropa cómoda pero apropiada para mi papel como enfermera y bajé las escaleras con paso decidido, dirigiéndome hacia la enfermería. Mientras abría la puerta con las llaves, una voz alegre me saludó.

Al girar, me encontré con una mujer pelirroja que se aproximaba con una sonrisa amistosa. Su presencia era tan vibrante como su cabello, y su energía llenó el espacio a su alrededor. "Hola, ¿tú eres la nueva enfermera?" preguntó con curiosidad.

Asentí con una sonrisa y respondí: "Sí, soy la nueva enfermera Me llamo Amelie Carter ¿Y tú? disculpa" Mi mirada estaba llena de interés mientras la pelirroja se presentaba a su vez.

"Soy la profesora Marilyn Thornhill, especializada en ciencias botánicas". Dijo mientras extendí mi mano hacia ella en un gesto de saludo, agradecida por el encuentro con alguien más del personal del colegio. "Es un gusto conocerla, profesora Thornhill," expresé con cortesía mientras nuestras manos se estrechaban.

Marilyn sonrió amablemente mientras me decía que solo la llamara por su nombre. Abrió la puerta de la enfermería y entró, y yo la seguí agradecida por su hospitalidad. Mientras caminábamos, expresó "Estoy encantada de que finalmente tengamos una enfermera en la escuela". dijo con entusiasmo. Respondí diciendo que también estaba feliz de conocer a uno de los profesores y agradecí su cálida bienvenida. Fue entonces cuando Marilyn mencionó que traía algo para mí. Sacó unos libros de su bolso y me los entregó con una sonrisa.

"Aquí tienes, son libros sobre cómo tratar heridas causadas por plantas venenosas o peligrosas. Pensé que podrían serte útiles" explicó con amabilidad.

Agradecí sinceramente su gesto mientras hojeaba los libros. "Muchas gracias y si me serán de mucha ayuda, de verdad te lo agradezco y los leeré lo antes posible" Una sonrisa apareció en mis labios mientras sentía la amabilidad de Marilyn, además me gustaba saber que Marilyn estaba comprometida con su asignatura y preocupada por la seguridad de los estudiantes.

Después de la visita de Marilyn, me sumergí en la lectura de los libros que me había entregado. La información detallada sobre plantas venenosas y su tratamiento capturó mi interés, y me sentí agradecida por tener recursos adicionales para mi nueva responsabilidad como enfermera en la escuela. Durante ese tiempo, algunos estudiantes acudieron a la enfermería con heridas leves. Cuando el reloj marcó la mitad del día, decidí tomar un descanso y dirigirme a la cafetería. Me serví algo de comer para recargar energías antes de regresar a la enfermería.

Simplemente tuya ° Larissa weems x Lectora°Donde viven las historias. Descúbrelo ahora