Cap 8 °Fuegos Artificiales°

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Mi mirada, aún enredada en la confusión, se quedó clavada en Larissa mientras el desconcierto se apoderaba de mí. La realidad comenzó a deshacerse frente a mis ojos, y el callejón oscuro, que había sido el escenario de una conexión intensa y apasionada, se desvaneció como una ilusión fugaz. Mis fantasías habían tejido una narrativa que se deslizó entre los pliegues de mi mente, y me di cuenta de que continuaba en el mismo callejón, detrás de las tiendas, donde todo comenzó.

Las palabras de Larissa, cargadas de enojo y exigencia, rompieron el hechizo. "Explícame todo lo que ha pasado. ¿Por qué Merlina se te declaró?" dijo con firmeza, sus ojos centelleando con una mezcla de frustración y curiosidad. El sonrojo se apoderó de mis mejillas mientras la realidad se imponía, desmantelando las imágenes que mi mente había construido. No había sucedido nada, ni los besos apasionados ni las caricias lujuriosas; solo había sido producto de mi imaginación. Una risa nerviosa escapó de mis labios mientras trataba de procesar la extraña confusión que me envolvía.

"Es un malentendido, Larissa" murmuré con nerviosismo, tratando de calmar las aguas turbias que se habían formado entre nosotras. La verdad, aunque menos emocionante que mis fantasías, era la única salida a aquel malentendido, aunque aún seguía perpleja por todo, se sentía tan real como si de verdad hubiese sentido sus manos sobre mi cuerpo.

Larissa, con una expresión entre incredulidad y molestia, asintió con determinación. "Solucionaremos esto de inmediato," dijo, tomando mi mano con fuerza. El contacto con su piel, esta vez tangible y real, transmitía una sensación de autoridad que me recordó quién era ella y cuál era nuestro papel, ella solo era mi jefa y pensar de aquella manera en ella me hizo sentir avergonzada.

Mientras Larissa me guiaba de vuelta al auto, los estallidos de los fuegos artificiales iluminaban el cielo nocturno, creando un espectáculo de luces y sombras que parecía reflejar la complejidad de la situación en la que me encontraba. Me acomodé en el asiento del copiloto cuando llegamos nuevamente a su auto. Larissa se sentó a mi lado, y su voz, que solía encontrar reconfortante, ahora resonaba con un tono más grave y serio. "Fue imprudente relacionarte de esa forma con la alumna Merlina" expresó con una firmeza que no admitía discusión. Las palabras se entretejían con la cadencia rítmica de los fuegos artificiales, creando un contrapunto de seriedad en medio de la efusión festiva.

El interior del auto se volvió pequeño, donde las luces de los fuegos artificiales parpadeaban en los cristales y las sombras bailaban en el rostro de Larissa. Su mirada, intensa y penetrante, buscaba la mía, como si esperara una respuesta que explicara la complejidad de mis acciones. "Ahora que eres enfermera del establecimiento, este tipo de relaciones con los alumnos está prohibido...sé que eres joven que quizás piensas que la diferencia de edad entre ustedes no es mucha, pero ella sigue siendo una alumna, ella sigue siendo incluso menor de edad" continuó, su tono manteniendo la misma severidad. Sentí el peso de sus palabras, la responsabilidad de mi posición como profesional en la institución.

Con un estallido emocional, mi voz resonó más alto de lo que había planeado frenando sus palabras mientras sentía la impotencia de las suposiciones de Larissa "Larissa, escúchame y deja de hablar, estas completamente equivocada...te vuelvo a repetir no he hecho nada" El tono molesto que emanaba de mis palabras se reflejó en la sorpresa que parpadeó en los ojos de Larissa, una expresión de asombro ante mi cambio drástico de actitud.

"¿Por qué asumes que algo está sucediendo entre Merlina y yo? Por lo que ocurrió recién... ¿solo por eso?" le espeté, mis palabras cortantes cargadas de frustración. Larissa, por un momento, pareció desconcertada ante mi arrebato, como si no esperara que mi persona generalmente calmada y tranquila pudiera enfurecerse de esa manera. Con un respiro profundo, desenmarañé la maraña de mis emociones y continué explicándome. "Larissa yo y Merlina apenas nos hemos dirigido la palabra, a menos que cuentes los insultos por parte de la alumna hacia mi" Dije mientras la impotencia seguía en mis palabras. "Además ella me detesta incluso Merlina desea que me vaya de aquí...incluso había intentado asustarme en el baño aquel día" Mis palabras fluían con una urgencia que reflejaba mi deseo de aclarar las malinterpretaciones y corregir las suposiciones erróneas.

Simplemente tuya ° Larissa weems x Lectora°Donde viven las historias. Descúbrelo ahora