Marcos
Entré al edificio con sangre en los ojos, Ana había sido la razón por la que no confiaba en nadie, y resulta que también me estaba alejando de la mujer que amo desde esa noche, la única cosa en la que tengo que mantenerme enfocado en este momento, es en no matarla.
Tan pronto como subí, ella estaba en la puerta, esperándome.
- Buenas noches... me alegro de que hayas venido... - Su sonrisa me dio náuseas. - ¿Puedo ofrecerte una bebida?
- ¡No! Lo único que me trajo aquí es saber quién es esta persona detrás de esto y qué quiere. - Me miró sin expresión.
- Una cosa a la vez... ¿Qué tal un whisky? Sé que te gusta.
- He dicho que no. Y si no tienes nada que decirme, me voy. - Me tomó del brazo y me pidió que me sentara.
Desde que puse un pie allí me he arrepentido amargamente, lo único que deseaba era estar en casa.
- Te había advertido que me hicieras caso, pero siempre eres tan terco... tu felicidad está molestando a una persona, piensa que no mereces ser feliz... - Sonó mi celular, miré el identificador de llamadas, era Melissa, no pude contestar.
Incluso me llamó unas cuantas veces más y luego dejó de intentarlo.
- ¿Y tú de qué te beneficias? No entiendo... ¿te está pagando? ¡Pago el triple para que me digas quién es!
- No tiene nada que ver con el dinero, tenemos un objetivo común y cuando ya no nos sirvamos, no nos ayudaremos más, después de todo, él no quiere tu bien y yo quiero que estés bien, pero a mi lado, y entonces las cosas cambiarán de dirección. - Dice todo con tanta naturalidad, que tengo que contar hasta diez para no cometer un asesinato.
Ana siempre se ha mostrado como una cazafortunas, alguien que sólo se preocupa por lo que quiere y no tiene conciencia del daño que puede causar a otras personas. Sólo piensa en lo que le conviene.
- ¿Quién es esa persona? ¿Y por qué está haciendo esto? - Se me estaba acabando la paciencia. - ¿Realmente fue él quien difundió esas noticias falsas?
- ¿Son realmente falsas? Nunca supe los detalles... podrías terminar con esto ahora... termina ese matrimonio, quédate conmigo... Puedo conseguirte todo lo que quieras y necesites para probar que todo es una mentira. Tampoco quiero que tu imagen se vea empañada... - Solo por interés propio, eso es seguro.
- ¿Crees que solo voy a terminar mi relación por amenazas vacías de gente insignificante? - Me puse de pie, respirando profundamente. - No estás a la altura de mi mujer, ni siquiera mereces respirar el mismo aire que ella... Dile a ese cualquiera que no soy un hombre con el que se pueda jugar... No suelo perder... - Me dirigí hacia la puerta, sabia que necesitaba salir de allí antes de cometer una locura.
- No me digas que no te lo advertí... ¿Qué hay de tu querida Melissa? ¿No piensas en ella? Estás poniendo un blanco en el medio de su espalda, él y tantos otros ahora conocen tu punto débil... ella se ha convertido en tu debilidad y todos los que quieran llegar a ti, la utilizarán. - Me di la vuelta bruscamente.
- ¡No te atrevas a amenazarla! Ana, solo eres un insecto, alguien de quien no tendría ningún problema en deshacerme. No te interpongas en mi camino ni en peleas que no puedas ganar. - Volví a la puerta y me fui.
Venir al apartamento de Ana no me sirvió de nada, solo sé que debo tener más cuidado con la seguridad de Melissa, pero en algo ella tenía razón, Mel era mi punto débil, y si él, quienquiera que fuera, ya lo sabía, bastaría con llegar a ella para lastimarme, muchos otros también saben, además de los que ya tenemos pleno conocimiento, que son nuestros enemigos.
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El bebé del billonario [TERMINADA]
RomanceMelissa es una joven dulce e ingenua que lleva años enamorada de Rafael, los dos estaban apunto de casarse cuando ella encuentra a su prometido y a su hermana Sarah en la cama el dia de su boda. Tiene una noche caliente con un desconocido para inten...