Capítulo 18

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Mariane, estaba nerviosa, después de varias semanas, sus ideas se habían iluminado, ella no necesitaba la aprobación de su padre, ni sus derechos como primogénita, lo único que deseaba era estar con Michael.

Tan solo esperaba que no fuera demasiado tarde para ir en su búsqueda. Aunque sonara egoísta, anhelaba que su corazón aun le perteneciera.

David había hecho una parada en un hotel al llegar a la ciudad, eran las 4 de la madrugada así que su ruego desesperado tendría que esperar.

Su cuerpo dio vueltas en la mullida cama, no podía dormir, debido a todos los escenarios desastrosos que pasaban por su mente. Su peor miedo que Michael ni siquiera la recibiera.

Entre pensamientos tormentosos que solo lograban angustiar su corazón se durmió al final perdiéndose en la oscuridad.

Un sonoro golpe en la puerta la despertó. David estaba afuera sosteniendo una bolsa con el logotipo de Coffe local shop. Y un delicioso y humeante café.

— Si vas a la guerra deberías ir preparada, así que come esto, reúne todo tu coraje y ve a recuperar tu amor.

La determinación en la voz de David la reconfortaba un poco, pero lo suficiente para darle el valor que necesitaba.

— Es más sencillo decirlo que hacerlo.

El dulce sabor de su cappuccino aminoro la angustia constante de su corazón. Ella creía que Michael no la olvidaría tan fácil, él todavía la amaba, él se lo había dicho, ella siempre seria primero. No podía haberla olvidado de la noche a la mañana.

Cuando Mariane estuvo frente a la puerta de la casa de la familia Turner, sus pernas se sentían más pesadas de lo habitual, le costaba respirar y estaba segura de que sus ojos se encontraban acuosos. Jamás en su vida se imaginó volver a experimentar el miedo de la perdida, no después de haber perdido a su madre.

Con manos temblorosas, la garganta seca y el temor atravesándola, toco la imponente puerta.

No esperaba que Michael la recibiera, tenía la esperanza de enfrentar primero a sus padres y reducir la tensión, pero para su fortuna o infortuna, Michael abrió la puerta.

Se veía igual de perdido que Mariane, tenía un poco de vello facial, su cuerpo fornido se veía delgado a través de la fina camiseta celeste y en su rostro tenía manchas oscuras alrededor de sus ojos. A Mariane le rompió el corazón verlo de esa manera y saber que ella era la causa, dolía aún más.

Michael por su parte la miraba con incredulidad, desconcertado por su presencia.

David observaba curioso la escena desde el automóvil, para saber cuándo ir en rescate de Mariane ante una posible humillación o cuando marcharse ante el triunfo del amor. Esperaba todo saliera bien para su amiga, aunque había tenido un breve flechazo por esta, no había sido nada del otro mundo, así como Mariane pertenecía a Michael, el corazón de David le pertenecía a Amber. Podía verse como una mujer frívola, pero David sabia el hermoso corazón que ella tenía, claro que ella era una cobarde, dejo de contactar con David después de su inesperada confesión, ignorando sus llamadas y evitando su mirada en eventos sociales, David no necesitaba una respuesta directa era obvio, ella no sentía lo mismo, pero ver como ella se alejaba de su vida tan cobardemente le había roto el corazón, había creído que su amistad podía prevalecer.

— Mariane ¿qué haces aquí? ¿Está todo bien?

Pregunto Michael con evidente preocupación. Mientras metía sus manos en los vaqueros negros en un intento por ocultar su nerviosismo.

— Si, pasa que no puedo continuar un día más sin ti a mi lado. Por favor, Michael, vuelve a casa conmigo.

— Mariane, no estoy listo. ¿Sabes la decepción que sentí por tus mentiras? ¿Todo ese tiempo juntos fue una broma para ti?

Un corazón de oroDonde viven las historias. Descúbrelo ahora