— Narrador omnisciente
El de trenzas había estado muy pensativo últimamente, Nick ya iba de mal en peor con el tema del coqueteo hacia la menor, Taylor.
Lo había llamado para que viniera a casa y poder hablar sobre lo sucedido ya que después de todo, Nick era su hermano y era mejor resolver las cosas a las buenas.
Había esperado horas y sinceramente se encontraba demasiado nervioso por lo que podría pasar a continuación, pasan horas y horas, el de trenzas comenzó a pensar que ya no llegaría Nick pero finalmente sonó el timbre.
Tom antes de abrir la puerta tomo un bocado de aire y lo soltó en un suspiro nerviosa, abrió la puerta y ambos se sentaron en el sofá.
— Nick, yo se que eres mi hermano y por eso mismo quiero hablar contigo sobre esto porque es demasiado importante para mi. — El de trenzas hizo una pequeña pausa intentando calmar sus nervios antes de seguir. — Tu sabes que Taylor fue la primera chica por la cual he sentido amor de verdad y me estas arruinando todo esto, te lo pido de favor que dejes de coquetear con ella.
El de rastas soltó una risa burlona y se cruzó de brazos, miro al de trenzas e hizo una mueca de disgusto.
— Quiero que te des cuenta de la zorrita que tienes por novia, hermano. — Dijo entre risas burlonas.
— ¡NO TE ATREVAS A HABLAR ASÍ DE TAY! — exclamó el mayor con enfado, su rostro rojo por la furia y los escalofríos invadiendo su cuerpo.
— Está bien hermano, no te lo haré más difícil, dejaré a Taylor en paz y a ti también.
El de trenzas asintió agradecido y llevo a su hermano hacia la puerta, una vez que Nick ya salió, el de trenzas se dirigió hacia la cocina.
Tom ya sentía como si le hubieran quitado un peso de encima, sentía un alivio inexplicable, el no podía odiar a Nick pero tampoco lo quería cerca cuando literalmente quería robarle al amor de su vida.
Tom confiado de que todo estaría bien, se quedo en la cocina tomando agua mientras los nervios desaparecian poco a poco.
Lo que Tom no sabía era que Nick estaba escondido esperando que Tom estuviera lo suficientemente distraído para seguir con su plan.
Una vez que confirmo la distracción de Tom, entro a la habitación de Taylor por la ventana, ella estaba recostada mientras miraba su celular, totalmente ajena a que Nick estaba ingresando a la habitación.
Nick se abalanzó sobre Taylor quedando encima de ella, le tapó la boca para ahogar sus gritos y fue logrado.
Taylor sentía la desesperación enviando escalofríos por cada parte de su cuerpo, el miedo la hacía sudar, sus manos comenzaron a temblar exageradamente.
Nick estaba desabrochando sus pantalones teniendo la idea de abusar sexualmente de la menor pero ella no se iba a rendir, intentando tener la mayor fuerza posible le dio un fuerte empujón al de rastas tirándolo al piso.
El se quejo de dolor y la furia nubló totalmente sus pensamientos, saco su arma y apunto hacia la menor.
— Estas muerta Taylor...
La menor no podía hablar, no podía moverse, no podía reaccionar de ninguna manera debido al miedo que tenía y antes de poder evitarlo el de rastas le disparo en el vientre.
El de trenzas desde la cocina escucho el fuerte sonido del disparo y subió a la habitación rápidamente.
Entro en esta y lamentablemente Nick escapó a tiempo. El de trenzas corrió hacia Taylor que se encontraba en la cama, su mano posicionada en su vientre mientras se llenaba de sangre.
Tom se saco la camisa y la puso en la herida intentando controlar el sangrado, con manos temblorosas agarro el celular y llamo a una ambulancia suplicando que llegarán lo más pronto posible.
Tenía sentimientos encontrados, nervios, miedo, tristeza, de todo, por primera vez se sintió verdaderamente asustado por lo que podría pasarle a alguien de su alrededor.
Tenía miedo por el bebé qué ella contenía en su vientre y sabía que las posibilidades de perderlo eran demasiadas pero en el fondo de su corazón tenía la gran esperanza de que tanto como Taylor y el bebé estuvieran bien.
Lo único que deseaba en ese momento era escuchar el ruido de la ambulancia llegando a casa, el desespero era demasiado al igual que la ansiedad, su corazón latía fuertemente como si pudiera salir de su pecho en cualquier momento.
— Tom, ¿Sabes que te amo verdad? — Murmuró la menor con voz débil.
— No hables cariño, tranquila por favor resiste preciosa.
— Si me pasa algo, prometeme que siempre me recordarás y encontraras el amor verdadero en otra persona, por favor prométemelo.
— Tay preciosa, no digas eso por favor no digas eso, yo se que vas a resistir. — Respondió el de trenzas con las lágrimas corriendo por sus mejillas.
La menor sonrió débilmente y con la poca fuerza que tenía levantó su mano y limpio las lágrimas de su chico con sus pulgares.
— No llores cariño, sabes que odio verte llorar, si muero, encontraras la felicidad. — Lo miro a los ojos con un ligero brillo de ternura.
El de trenzas no podía responder, tenía miedo, demasiado miedo. No quería perder a Taylor, la amaba demasiado y quería ser feliz junto a ella y crear la familia que tanto habían planeado desde que se enteraron del embarazo.
Tom siguió llorando, tomo la mano de Taylor entre las suyas, seguía desesperado y con un miedo que no podía controlar por nada del mundo.
No estuvo para protegerla, no estuvo cuando ella más necesitaba de él, no estuvo cuando ella estaba en peligro, esos pensamientos lo hacían sentir tan culpable qué las lágrimas aumentaron cada vez más.
Quería que ella estuviera bien pero no pudo evitar que alguien le hiciera daño, si el no la hubiera metido en su vida, ella no estaría sufriendo como ahora, si el no la hubiera secuestrado, ella estaría mejor que ahora.
Se sentía tan jodidamente culpable por todo el sufrimiento qué estaba pasando Taylor, no quería hacerla sufrir más por su culpa, quería protegerla de todo mal pero no sabía como arreglar su error, ya la habían lastimado de la peor manera...
𝐴𝑛𝑡𝑜𝑛𝑖𝑡𝑎✮
Hola, chupen vrg <3
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give meaning to my life 𝒇𝒕. 𝑻𝒐𝒎 𝑲𝒂𝒖𝒍𝒊𝒕𝒛.
Fanfiction𝐆𝐢𝐯𝐞 𝐦𝐞𝐚𝐧𝐢𝐧𝐠 𝐭𝐨 𝐦𝐲 𝐥𝐢𝐟𝐞 | ೃ࿔₊• 𝗧𝗮𝘆𝗹𝗼𝗿 una niña qué con tan solo 17 años cayo en las manos de el mafioso más peligroso de Alemania debido a la gran deuda que tenia su padre con este hombre jodidamente peligroso, si, hablamos...