𝓒.21

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— Narrador omnisciente

— Tom, ya sabes como es Nick, es un pícaro que no perdona ni una así que cuida muy bien a tu mujer. — Dijo Bill poniendo su mano en el hombro de Tom dándole consuelo.

— Lo se pero es nuestro hermano, como puede ser tan hijo de puta... — El de trenzas apretó su mandíbula, su cuerpo estaba tenso al recordar las asquerosas palabras de Nick hacia Taylor.

— Bueno hermano, piensa en lo que te dije, ten cuidado, yo me tengo que ir.

Bill le dio un abrazo de despedida a Tom y salio de la casa. Tom quedo muy pensativo, últimamente sentía unos celos que se sentían incontrolables.

Taylor era de su propiedad, le daba tanto enojo ver como las demás personas le decían cosas, solamente el podía decirle cosas lindas, tiernas, etc.

Tom intento dejar esos pensamientos de lado y se fue a la habitación donde Taylor estaba descansando debido al embarazo su energía era muy baja últimamente.

La menor estaba en su celular y Tom tuvo curiosidad de porque estaba sonriendo mientras veía este, agarro el celular sin consentimiento y vio un mensaje.

es que tus manos son tan grandes...

El de trenzas sintió como sus celos crecían, el mayor dejó el celular en la mesita de noche y comenzó a desabrochar sus pantalones.

— Cagaste Taylor, ya cagaste.

— Tom no podemos follar mientras estoy embarazada...

— Te prometo que al bebé no le pasará nada, solo dejate llevar — Dijo el de trenzas con voz ronca por el deseo.

Desabrocho completamente sus pantalones y bajo su bóxer dejando al descubierto su pene lleno de necesidad, las ganas de follar con Taylor nubló su mente por completo.

El de trenzas comenzó a dejar besos húmedos por todo el cuello de la menor, comenzó a succionar y morder de vez en cuando dejando marcas demasiado visibles.

«Todos tienen que saber que ella es mía.»

Tom saco la blusa de Taylor, ella estaba sin sostén, sus senos totalmente desnudo, su abdomen tan perfecto ante sus ojos.

Comenzó a besar todo su cuerpo yendo a sus brazos hasta finalmente llegar a sus manos, sus lindas, hermosas manos.

«Esas manos solo me pueden escribir, tocar, cualquier cosa, solo a mi.»

El mayor bajo la falda de la chica junto a sus bragas dejando al descubierto su intimidad ya mojada por la necesidad.

Tom metió uno de sus dedos en la intimidad de la menor, comenzó a sacar y meter su dedo con rapidez, se inclino y comenzó a chupar uno de sus pezones disfrutando de el líquido que comenzó a salir de ellos.

Añadió el segundo dedo, Taylor soltó un gemido ahogado de placer, el de trenzas sintió como sus paredes internas se apretaron alrededor de sus dedos en una señal del orgasmo.

— ¡Joder Tom, me voy a correr!

El de trenzas soltó una risa burlona y saco sus dedos antes de que ella se corriera, la menor soltó un gemido de decepción.

— Eres mía, ¿Entiendes eso Tay? — Susurro Tom en el oído de la menor con voz seductora pero a la vez burlona.

— Tom por favor, sigue, no seas malo...

El de trenzas se puso entre las piernas de Taylor y posicionó su pene en la entrada de la menor, lentamente empujó hacia dentro y cuando llego hasta el fondo dio un golpe brusco.

Taylor gimió ante esto, abrió más las piernas y puso estas en los hombros de Tom dándole más acceso y profundizar aun más.

El de trenzas acepto esta invitación sin dudarlo ni un segundo, comenzó a profundizar más y la velocidad aumento tanto que la cama comenzó a chocar contra la pared creando fuertes sonidos.

— A-amor agh, duele...

— Y te encanta cada segundo del dolor Tay, no lo niegues.

El mayor aumento aún más la velocidad ya pareciendo inhumana, la menor apretó las sábanas debajo de ella con fuerza sintiendo dolor y placer mezclados pero el dolor solo aumentaba el placer.

Taylor cerro los ojos e inclino su cabeza hacia atrás disfrutando cada maldito segundo de las fuertes embestidas de Tom, cada una más fuerte y profunda que la anterior.

El de trenzas sonrió ante las expresiones de la menor, le gustaba ser el dominante de la situación, le gustaba demostrarle qué ella solo le pertenecía a él, solo a él...

Taylor llego a su clímax, con un fuerte gemido de placer sus líquidos comenzaron a mojar las sábanas mientras seguía emoujando hasta llegar al clímax igual que la menor.

Sus líquidos mezclandose y mojando totalmente las sábanas, el de trenzas se acostó al lado de la chica, ambos jadeando en busca de aire después de su encuentro tan apasionado e intenso.

— Eres mía, espero que te quede claro con esto. — Susurro el de trenzas con una pequeña risita mientras apretó fuertemente el trasero de la menor haciéndola gemir.








𝐴𝑛𝑡𝑜𝑛𝑖𝑡𝑎✮

Tom dijo que no era celoso JSKSKDN

give meaning to my life  𝒇𝒕. 𝑻𝒐𝒎 𝑲𝒂𝒖𝒍𝒊𝒕𝒛.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora