Omurice

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La receta se veía simple. 

La receta ERA simple. 

El problema era que Shen Lian tenía tantas habilidades culinarias como sus hermanos mayores. Quizás incluso peores.

Shen Jiu y Shen Yuan quemaban la comida hasta convertirla en carbón, Shen Ying lo convertía en algo tan picante que podría incendiar una casa si caía en el piso de madera. Shen Lian iba un poco más lejos que sus hermanos, la consecuencia de no tener a nadie que te enseñe a cocinar además de tus desastrosos hermanos que fácilmente podrían comer un rábano negro con moho blanco si no hay nada más en casa tenía consecuencias. Aún recordaba esa vez que tuvo que quedarse con Shen Ying una tarde mientras sus hermanos trabajaban y cuando regresaron los encontraron a ambos intoxicados por comer un yogurt vencido el año anterior que ni Shen Yuan ni Shen Jiu habían querido tirar a la basura. Desde ese día Qi-ge se encargaba de las compras dos veces al mes y de revisar que la comida de la nevera continuará siendo comestible. Cualquier cosa con un poco de moho o que hubiera caducado, terminaba en la basura.

Quizás lo único que ellos tres podían hacer sin arruinarlo era arroz... y solo porque Qi-ge les había regalado aquella arrocera electrica dos navidades atrás, solo debía añadir una taza de arroz crudo y dos tazas de agua y una pizca de sal. Eso no era un problema. Podía hacerlo. 

Según la receta debía cortar vegetales, no era la primera vez que lo hacía... podía hacerlo sin cortarse un dedo y terminar en urgencias... o eso esperaba. Tomo los vegetales que encontró en el refrigerador; una cebolla, un calabacín, una zanahoria, champiñones... y otros con los que pensó tendría buen sabor. También tomó el tocino que estaba ahí, dudo un poco pensando en cuánto tiempo llevaba aquello en ese lugar, pero pensó que no tenía mala apariencia. El queso también se veía bien... quizás un poco... ¿viscoso? pero pensó que quizás era normal. Dejó todo sobre la mesa y comenzó a cortar los vegetales en trozos finos (sin cortarse los dedos) mientras esperaba que el arroz estuviera listo. 

Lo siguiente era sofreír los ingredientes, comenzó con el tocino y continuó con los vegetales, añadió el arroz ya cocido (se preocupó un poco al ver que estaba un poco quemado y pegado a la olla en el fondo), añadió salsa de soya y ketchup como decía la receta, añadió un poco más de sal y pimienta, también pensó en agregar un poco de jengibre. Dejó los vegetales y el arroz a un lado mientras preparaba el huevo para el omelette. Sabía hacer omelettes, quizás era lo único que podía afirmar que sabía hacer, rompió un par de huevos (decidió no preocuparse por los pequeños trozos de cascará que habían caído en el tazón, quizás nadie se daría cuenta) y los batió hasta conseguir una mezcla aceptable, añadió un poco de sal y pimienta. Lanzó la mezcla en un sartén y dejó cocer hasta que la consistencia era la indicada, añadió la mezcla de vegetales con tocino y bastante queso. La tortilla se había pegado un poco, pero logró enrollarlo y que se viera bien, quizás algo quemado, pero se veía bien. 

En otro sartén, decidió poner algunos trozos de pollo que empanizo como lo había visto en un video, había usado el cereal de Qi-ge porque era el único que tenían, condimento la harina con sal, pimienta, una especia roja que no sabía si se trataba de paprika o algún tipo de picante, cilantro seco y otras especies que veía que Qi-ge usaba cuando cocinaba, lanzó los trozos de pollo a la sartén con aceite, con cuidado de que este no saltará y lo quemará (no lo logro, luego pensaría en explicar porque una espátula de plástico estaba deformada y en la basura). Espero a que el pollo tuviera un color dorado y estuviera crujiente para sacarlo del aceite... quizás un poco quemado del exterior.

Puso el omelette en un bento junto con algunos tomates cherry, el pollo frito y algo de fruta que Qi-ge había llevado el día anterior. Sonrió orgulloso de su trabajo. 

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