Día 13: Ojos de cachorro

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La primera vez que Sasuke vio a su hijo, este se encontraba dormido cuando aceptó la invitación de Naruto para ir a su departamento. No fue capaz de describir las emociones que sintió al descubrir que había nacido un ser que también llevaba su sangre. El niño se parecía físicamente a él, que era imposible negar su parentesco. El hogar del Omega estaba decorado con fotos que evidenciaban su crecimiento hasta su edad actual, y Uchiha grabó en su memoria cada detalle que el rubio le compartió sobre Charasuke. Por otra parte, el Alfa tenía la necesidad de conversar con el pequeño, pero las altas horas de la noche lo impedían, por eso, Uzumaki sugirió que se quedara y a la mañana siguiente le darían la sorpresa de su regreso.

Con el transcurso de los años, Naruto se encargó de cuidar a su hijo, y ni siquiera pasó por su mente hablar mal de Uchiha. Siempre ha sido sincero con Charasuke, contándole lo que vivieron cuando se convirtieron en pareja, a pesar de las circunstancias e intervención de terceros que los orillaron a separarse más adelante. El niño tenía una imagen respetable de su padre Alfa; incluso en sus ojos podía notarse el orgullo de tener a Sasuke como su otra figura paterna. El único problema que existía era la distancia. A veces, le decía al Omega que le gustaría ver al hombre o recibir una llamada suya. Por supuesto, Uzumaki en esos momentos se quebraba porque no encontraba las palabras adecuadas para informarle sobre su paradero.

Desde entonces, el Alfa ha sabido ganarse al niño, y el vínculo que forjaron con el paso de los meses fue único. Naruto estaba emocionado de ver el infantil rostro de Charasuke sonreír por tener el amor de su padre. Sasuke procuró ser prudente por el bienestar del pequeño y el Omega. Aunque conversaron sobre un posible acercamiento como pareja, él no quería romper la armonía que habían construido al verse un poco ansioso. Sin embargo, la química entre ellos se hizo presente en varias ocasiones que lo demostraban: cuando rozaban sus manos o se perdían en la mirada del otro.

—¿Cuándo te mudarás con nosotros, papá? —preguntó el niño con inocencia, rodeando con sus pequeños brazos el cuello del Alfa—. Quiero que estés aquí en la casa para que nos cuides.

Sasuke miró de reojo al Omega, quien preparaba el desayuno en la cocina. Últimamente, Charasuke les pedía a ambos adultos que se convirtieran en una familia. Era su deseo y, siendo un niño tan encantador con sus grandes ojos de cachorro, estaba a punto de conseguir su objetivo.

—Si Sasuke está de acuerdo, tenemos que mudarnos a una casa más grande —comentó algo nervioso el rubio mientras cortaba algunos vegetales—. Además, a mí también me gustaría que estuviéramos juntos.

—Mi deseo más grande es tenerlos a mi lado —respondió Sasuke, acercándose a Naruto con Charasuke en sus brazos—. Este fin de semana podemos contactarnos con agentes de bienes raíces para que nos den sus sugerencias.

—Me parece una buena idea —dijo el Omega, revolviendo los cabellos lacios del menor.

—¿Puedo pedir algo más? —inquirió Charasuke, mirando curioso las expresiones de sus padres—. ¡Quiero un hermanito!

La pareja se sonrojó por el pedido de su hijo; aún no habían aclarado los términos de su relación, y Charasuke daba un paso más allá.

—Ese tema lo tengo que hablar con tu papá. Ahora ve a lavarte las manos para que puedas comer —indicó apenado el Omega, haciendo que el niño se bajara de un salto de los brazos del Alfa—. No te he dicho que decidí dejar de bailar en el centro nocturno. Me van a capacitar en la administración de uno de los locales cuando Jiraiya se retire, así que, si quieres, dentro de dos semanas podemos pasar mi celo juntos y ver qué sucede.

Sasuke giró el cuerpo de Naruto y colocó sus grandes manos en la estrecha cintura para acercarse a los labios que jamás se cansaría de besar.

—A Charasuke y a ti jamás les podré negar nada —confesó Sasuke, apoderándose una vez más de los labios del Omega—. Con esta segunda oportunidad que me das, estaré contigo para toda la vida.

Naruto sabía que esa promesa que le hacía Sasuke, esta vez sí se cumpliría y nadie los iba a volver a separar.

Notas de la autora:

Este viene siendo el extra del Día 11: Gruñido. Porque dejé abierto el final y ya que el tema que corresponde al día de hoy se prestaba para darle cierre, lo hice.

Gracias por leer. 

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