Día 17: Mordida

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Faltaba poco para que se llevara a cabo la ceremonia de matrimonio entre Sabaku no Gaara y Uzumaki Naruto, un importante acontecimiento que nadie podía impedir, ya que esa unión beneficiaría principalmente a la familia del Omega, quienes buscaban el respaldo del País de la Arena con el objetivo de erradicar a cada miembro del Clan Uchiha. La madre del rubio, Kushina, sabía que el Alfa de cabello negro era el destinado de su hijo. Incluso no le preocupaba que la vida de su primogénito estuviera en peligro al estar separado de su compañero. Aborrecía sobremanera que existiera un vínculo que iba más allá de la atracción física, porque sus planes de tener el control absoluto de Konoha se verían afectados si la pareja consolidaba el lazo a través de una marca.

La Omega pelirroja jamás permitiría que los jóvenes estuvieran juntos; contaba con el respaldo de su esposo que también tenía el mismo pensamiento. El odio había persistido desde generaciones pasadas; veían al Clan Uchiha como la causa de todas sus desgracias. Por eso, se empeñaron en fomentar el rencor hacia los futuros integrantes de su familia. Siendo gobernantes del territorio sur de Konoha, anhelaban apoderarse de la zona más fructífera, el extremo norte, donde reinaban los poseedores de la técnica ocular llamada Sharingan. Sin embargo, la posibilidad de entablar buenas relaciones se desvanecía debido a la soberbia. A pesar de que, en varias ocasiones, sus enemigos mortales propusieron acuerdos que favorecerían a ambas partes, el matrimonio Namikaze-Uzumaki se negaba a cooperar; de hecho, optaban por sacrificar inocentes en una guerra que nunca iba a terminar.

Kushina endureció sus delicadas facciones al percibir el aroma impregnado en el cuerpo de Naruto. No necesitaba investigar más detalles para determinar que el Omega había estado en los brazos del Alfa. Cerró los puños con fuerza, conteniendo la ira que la embargaba, y se acercó sin vacilación a golpear el rostro del rubio. Se sentía asqueada por la actitud rebelde que su único hijo adquirió ante la noticia de su enlace. Por otro lado, Uzumaki no reaccionó tras la cachetada recibida; lamentablemente, la mujer siempre tuvo un temperamento volátil que la hacía merecedora de ser temida en el reino.

—¡Otra vez te fuiste a revolcar con ese asqueroso Alfa! —despotricó la mujer, clavando sus uñas en el rostro del Omega para que lo mirara a los ojos—. ¡¿No te da vergüenza lo que la gente dice de ti, Naruto?!

—¡¿Cuál es el problema de que esté con el hombre que amo?! —rebatió Naruto, apartando con desdén la mano de su madre—. ¡Estoy harto de vivir bajo su yugo y de hacer lo que ustedes quieren!

—¡Deberías estar agradecido de que Gaara haya aceptado casarte contigo cuando ya no eres un Omega puro! —soltó enfurecida Kushina, acercándose a su hijo con la intención de amedrentarlo—. ¡Preferiste entregarte a nuestro enemigo, ofreciéndote como un trozo de carne!

Naruto prefirió guardar silencio porque, independientemente de las ofensas, aquella mujer era su madre. Movió la cabeza de un lado a otro en un gesto que demostraba su decepción e hizo una reverencia para abandonar el despacho. No valía la pena enfrascarse en un altercado que no conducía a nada. Después, ingresó a su cuarto y miró su reflejo en el espejo; aún tenía las marcas que Sasuke le dejó en el cuello la noche anterior.

A partir del enfrentamiento con la pelirroja, su padre dio la orden de reforzar la seguridad del castillo. Naruto no podía escaparse como hacía habitualmente; era imposible encontrarse con Sasuke y la angustia se estaba apoderando de él. No sabía cómo eludir a los guardias que lo seguían cada día en cualquier parte del reino, pero en un descuido provocado por la misma Kushina al organizar una cena con figuras reconocidas de Suna, el Omega logró huir hacia su destino.

Durante todo el tiempo en que el Alfa no vio a Naruto, nunca faltó a su cita, sin importar que el Omega no llegara. Lo esperaba con la ilusión de volverlo a ver, porque conocía mejor que nadie el carácter inquebrantable del rubio. A la medianoche, el muchacho de ojos azules abrió la puerta de la cabaña y se apresuró a abalanzarse sobre su pareja. Besó desesperadamente sus labios, mientras el cuerpo contrario lo abrazaba, disfrutando de su dulce perfume a girasoles

—¡Ya no me interesa absolutamente nada! —dijo Naruto, preso de sus emociones—. ¡Solo quiero estar contigo y recibir tu mordida, Sasuke!

—¡Escapémonos de aquí! —sugirió una vez más el Alfa, convencido de que el Omega aceptaría marcharse con él—. Podemos rehacer nuestra vida en otro lugar y tendremos el apoyo de mi familia, Naruto.

Los padres y el hermano mayor de Sasuke tenían conocimiento de que Naruto era su compañero destinado. Sabían que, al compartir un lazo de vida como ese, era imposible alejarlos sin que hubiera consecuencias fatales para ambos. Por su bienestar, decidieron ayudarlos a salir de Konoha en el momento en que el Omega estuviera de acuerdo.

—¡Vámonos, estoy dispuesto a dejarlo todo! —expresó Uzumaki, quitándose el anillo de compromiso que llevaba en su dedo anular—. Debí irme contigo cuando me lo pediste; ahora no tengo dudas de que mi felicidad eres tú.

Sasuke tomó con delicadeza el rostro sonrojado de Naruto, grabando cada gesto en su memoria. Con la yema de sus dedos recorrió el delgado cuello donde dejaría su marca y, lentamente, se acercó para lamer la zona. La saliva de los Alfas funcionaba como una especie de calmante tópico en el instante que se recibía una mordida. Uchiha se aseguró de humedecer la piel expuesta y enterró sus colmillos, estableciendo el ansiado vínculo que alguna vez soñaron. En cambio, el Omega de ojos azules lloró de alegría; no podía describir el cúmulo de emociones que experimentaba mediante el reciente lazo.

El Alfa se encargó de limpiar la herida y le dedicó una sonrisa a su Omega. Con esa marca, sellaron su destino, y ahora nadie podría oponerse a su relación. Empezarían de nuevo como una pareja que nunca debió ser afectada por la codicia de una familia.

Notas de la autora:

Esta fue la segunda parte del Día 4: Instinto. Aún falta una última parte que será para el Día 19: Celo Alfa. Como ya lo comenté en mi tablero no puedo subir contenido explícito porque ya me borraron varias historias, así que ese día subiré aquí lo más ligero posible y en mi cuenta de A... Que está en mi perfil pondré la versión sin censura.

Gracias por leer y a los que comentan.

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