Maestra Muggle

Capitulo 15: Una navidad diferente

La rutina de Elizabeth siempre habia sido la misma desde que se mudaron.

Se levantaba temprano para hacer un desayuno para Harry y ella. Harry bajaría puntual a la misma hora aun medio dormido, mientras le decía buenos días y se comía su desayuno con los ojos medio cerrados.

Ella terminaría primero que Harry y se iría a alistar para ir a la escuela. Acomodaría sus materiales de trabajo y checaría que todo estuviera listo.

Al bajar, se encontraría a Harry ya alistado sentado en el sofá mientras tenía ya puesta su mochila en la espalda y la mirada esperando que lo felicitara por estar listo mucho antes que ella, para que al final ella tuviera que recordarle si ya se habia lavado los dientes. Y en donde el pequeño Harry terminaba subiendo las escaleras a toda prisa porque se le habia olvidado ese pequeño detalle.

Mientras Harry se ocupada de su pequeño problema dental, ella buscaría las llaves y lo esperaría en la entrada de la casa.

Durante el camino, Harry le estaría contando sobre lo que posiblemente haga en el receso y lo mucho que le gustaba aprender del profesor Lupin.

Ella solo reiría y comentaría una que otra cosa, para luego llegar a la escuela y dejar a Harry en su salón.

Esa era la parte más fácil de su día.

Sabía que cuando entrara en su salón de clases, sería como pisar un área de guerra.

Así que simplemente tomaba aire y su mente se reiniciaba de modo que estuviera consciente que no les enseñaba a niños pequeños, sino más bien a ¨niños mayores¨.

Si primera interacción con ellos habia sido mala. No obedecían sus instrucciones y no realizaban los trabajos en la clase. Simplemente se la pasaban charlando y jugando entre sí, aun cuando les pedía amablemente que no lo hicieran.

Así que tuvo que levantar la voz y gritarles la orden. Ella odiaba hacer eso.

Pero tuvo resultados al hacer que los niños dejaran de jugar y la miraran fijamente.

Nunca le habia gustado levantar la voz. Simplemente era un acto que no ayudaba a largo plazo y que dejaría una marca en uno que otro alumno.

Así que opto por el método que le habían enseñado.

Recompensa y castigo.

Aunque suena mal lo del castigo, ella lo usaba de forma diferente.

Si los niños no quisieran poner atención, los dejaba casi todo el receso dentro del salón y solo los dejaba salir el tiempo suficiente para que fueran a comer y regresar.

Los niños obviamente odiaban no poder salir a jugar como los otros niños.

y cuando hacían una buena obra o realizaban sus tareas, ella los recompensaba con una paloma en la lista, en donde a fin de semana, los que tuvieran más palomas, podrían llevarse una bolsa de dulces.

Podrían los otros maestros decir que era demasiada recompensa para un niño, pero era el método que a ella le habia funcionado y no lo iba a dejar de usar hasta que notara alguna falla.

Cuando terminaba su clase, se dirigía hacia el salón de Harry y esperaría afuera hasta que terminara su clase. Durante eso, se ponía al corriente con su amiga Emily y ella le ponía al corriente de las más nuevas noticias.

Cuando salía Harry, se decía una que otra palabra con el profesor Lupin y salía corriendo a casa para poder hacer de comer.

Después de hacer de comer, ayudaría a Harry con su tarea mientras ella checaba su propio trabajo. Al terminar, tenía tiempo para Harry y para ella.