Remus siempre se habia exigido mantenerse firme todo el momento. Desde el momento en que un hombre lobo lo habia maldecido para convertirte en una bestia los días de luna llena, su vida se habia descarrilado de la de los demás.
Mientras otros niños vivían su vida tranquila, disfrutando con sus amigos y de sus familias, él vivía con el constante miedo de las noches y la agonizante espera de la luna llena.
Tal vez al inicio todo habia estado bien, los días eran fáciles y las noches largas. Pero cuando paso su primera luna llena y la curiosidad de los vecinos por el extraño ruido en las noches que provenía de su casa y las palabras de sus amigos que habían visto su apariencia demacrada después de su trasformación, le habia dado conciencia que su vida nunca sería igual a la de los demás.
Su condición fue empeorando mientras crecía. Porque no solo el crecía, sino también esa ¨cosa¨. Los hechizos silenciadores podrían servir, pero cuando un hombre lobo joven rompía la puerta que mantenía el hechizo, este era inútil.
De entre todos sus malos recuerdos, el habia pensado que el peor era cuando se habia salido de control durante la luna llena y casi lastimaba a su madre. Algo que nunca se perdonaría.
Pero ya no estaba seguro.
Después de la muerte de los potter's y de Peter a manos de Sirius, todo se habia derrumbado. las únicas personas que lo habían aceptado con su condición, ahora estaban muertas o presas en azkaban.
Después del funeral de los potter's y Peter, no habia tenido el valor de ver a sirius antes de que se lo llevaran a azkaban. Era demasiada carga en su corazón. No podía ver al asesino sin que la imagen de un sirius más joven y juguetón se le posicionara en frente.
Así que, con el alma destrozada, dejo todo atrás y se fue. Habia pensando nunca volver, pero la carta de Dumbledore le pincho donde más le dolía.
Harry Potter.
El hijo de su mejor amigo y la chica más valiente y lista que habia conocido.
Solo lo habia visto cuando era un bebe y no estaba seguro de reconocerlo si lo volviera a ver.
Pero grande fue su sorpresa al lograr reconocerlo dentro de su clase. Se podía decir que era la misma imagen de james pequeño con los hermosos ojos esmeraldas de su madre.
Agradecía a merlín por no haber rechazado la carta
Si bien el precio de estar junto a Harry era estar cerca de una muggle, que realmente no le molestaba esa amistad y también junto a un Snape con rencores del pasado, estaba bien. Podría soportarlo.
Hasta ese momento, los malos recuerdos se habían mantenido al margen de su día a día. Pero ya no era así.
Debió ser que hubiera derramado la sal en la mañana o el hecho de que habia visto a un gato tuerto durante su camino a la escuela.
Nada lo habia preparado para lo que tenía enfrente.
Habia llegado a la perrera unas horas poco después de la caravana. Habia entrado con la excusa de querer adoptar un animal y el recepcionista lo dejo entrar sin más y dejándolo en privacidad para que pudiera escoger a su nuevo amigo de vida.
Habia sido realmente fácil entrar.
Nadie notaria nada hasta que el llamara al recepcionista, pero no se iba a arriesgas. Hechizando la puerta con un hechizo olvidadizo y poniendo en la habitación un hechizo de insonorización, se paseó entre las jaulas viendo a los animales, esperando que su conjetura hubiera sido correcta sobre el animago en peligro.
Si no, solo tendría que salir de allí y decirle a la recepción que era más una persona de peces.
Pero cuando empezó a ver entre las jaulas, vio una bola de pelos oscura acurrucada en la parte más alejada de las rejas. El pelo parecía sucio y descuidado. Algunos mechones los tenía hechos nudos y aunque su pelo estaba acolchonado, el estado de sus patas delgadas demostraba un estado de desnutrición.
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Maestra Muggle
FanfictionUn pequeño Harry Potter de 5 años termina siendo olvidado en su casa por un viaje que habían planeado sus tíos; sin saber que mas hacer aparte de buscar algo de comer, el pequeño Harry corre a la casa de su vecina de al frente para pedirle prestado...