Solsticio De Snow

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"Esto no se acaba hasta que escuches el Sinsajo cantar"

Escucho esa frase, ¿De dónde? De sus adentros, si acaso fuera del exterior seria como un susurro al lado de su oído, tan cercano que la respiración del propietario en dado caso podría ponerle los vellos de punta. Pero antes de pensar en buscar el origen o un significado, antes de pensar en cualquier cosa se condenó a sentir, al sentir ese conjunto del escalofrío por todo el cuerpo y un dolor que se origina por la garganta el estómago, la cabeza, el pecho, el corazón. Algo que venía de todos lados, por todas partes pero que con misma fuerza y magnitud se clavaba en su ser sin oportunidad de algún respiro.

Era una sensación tortuosa, como si estuviera siendo quemado, sentía que ardía, pero en realidad su temperatura había bajado considerablemente, la piel le picaba y ardía en partes igual, deseando rascarse hasta arrancarsela por esta misma sensación de estar siendo degollado lentamente, no obstante no había tiempo para cualquiera de esos actos, ni para razonar.

Un par de segundos después de la declaración de Casca se tambaleó, avanzó, y finalmente cayó sobre sus propias rodillas y manos, ni tan sonoro que caía en lo dramático, ni tan sutil que pasará desapercibido. Aquello extraño a lo presentes, pero no robo la atención de todos, afortunadamente pues Coriolanus parecía le había arrebatado está habilidad, la de razonamiento y actuación, al menos de forma momentánea, a lo cual no estaba en condiciones para pensar en un momento por las apariencias. Toda razón se la habían empujado a la lejania junto a su orgullo cuando la salud y pesadillas lo alcanzaron, aunque un momento pareció que había guardado la calma se demostró todo lo contrario cuando el sistema de un modo o otro necesitaba expulsar aquello que fuera que estaba torturandolo, el sudor y escalofríos no fueron suficientes y su estómago pronto se vacío con la poca comida que albergara de unas cuantas horas, quemando, hiriendo su garganta como si aquello que expulsará fueran clavos, o escorpiones que lo picaba a su paso.

Al menos era vómito, vómito y no la sangre la que se drenaba de él.

El joven Plint sintiendose seguramente como un héroe en capa, creyendose estúpidamente moral al resto, rápidamente busco apoyar a Snow, él junto a una alterada Clemencia por aquello sucedido tan rápido, repentino y sin sospecha previa, acudieron al joven Snow. El símbolo del orgullo y estatus de su familia, ¿Dónde estaba?

– Coriolanus, mírame por favor. – Expreso Clemencia.

Ah, a unos centimetros de su propio vómito.

– Te llevaremos a la enfermería. – Aseguro Sejanus a punto de ser con su brazos y espalda un apoyo para su compañero, a nada de cargarlo, vaya. Sin embargo, con la cabeza gacha Snow se mantuvo necio y firme como tronco.

Nadie había podido divisar claramente el rostro de Coriolanus Snow en este momento, quien yacía con parte de su rostro cubierto por sus característicos rizos ocultando los ojos de la muerte: aquella que había presenciado y vivido en carne propia, aquella que olfateo, provocó y causó su inevitable deceso.

Esa mirada sin duda ocasionaría, miedo, angustia, tanto por su propietario como por quién la recibiera. Lastima, curiosidad y terror, ¿Eso provocaba la mirada del soldado más experimentado de la guerra?

"¿Estará bien?", "¿Enfermo?", "Vaya, no sabía que Coriolanus reaccionaria de esta forma ante la noticia, es decir, tenía más pinta de suceder con Sejanus, al final es un chico de los distritos... ¿Pero Snow?"

Su mano se apoyo firme en el brazo de Sejanus y le impidió seguir manchando su imagen antes de alzar la vista al enorme televisor.

Muy en el fondo se pudo escuchar el llanto de un bebé, y aunque no encontraba ninguno a su alrededor y considerando que en aquellos distritos difícilmente los infantes podrían llegar a vivir Coryo lo tomo como una señal.

EL CANTAR SIN VERSO DE LA NIEVE Al LLEGAR INVIERNO - CORIOLANUS SNOW ¿HAREM?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora