Coriolanus había cambiado. No, más bien, solo actuaba raro.
Al menos eso creería Tigris, Clemesia Dovecote, Sejanus Plinth y uno que otro más que presumía ser allegado a él. ¿Qué caracterizaba este cambio? Momentos muy específicos como inusuales vividos desde la declaración de los décimos juegos del hambre. Por fortuna las verdaderas víboras no habían notado aquellla actitud diferente en él como personas como las antes mencionadas, que buscaba adjudicar al estrés y presión para ser el mejor y el indispensable ganador del premió. Esos cambios momentáneos que cualquiera puede tener cuando su éxito podría ser arrebatado de forma injusta y repentina.
¿Pero que es justicia?
La justicia no existe como se ha idealizado, es un conjunto de "reglas" que no quedan claras, que pueden usarse en tu contra, e incluso en casos como los tribunales podría ser vendida al mejor postor o a la misma complejidad de historia de vida del mismo verdugo.
Si existiera la justicia como el mundo la ha moldeado y soñado Coriolanus Snow no estaría aquí, una vez más, con el poder del conocimiento para destruir el mundo en tiempo récord y sin oposición. Robando el último aliento de vida de la humanidad antes de recuperarse de casi su total exterminio.
Si existiera la justicia para el mundo como Coriolanus Snow la ha vivido no tendría que haber luchado por su vida en todo el sentido de la palabra cuando cualquier inocente infante "merece la paz", cuando su cuna le había prometido tenerlo todo y más. Solo un verso pronunciado de su boca movería los vientos y los mares que rodean Panem.
Pero la justicia no existe. ¿O si, mis pequeñas y salvajes aves?
Cuando llegó la hora de ir en una segunda visita al zoológico junto a los tributos el hombre no dejaba de ver a su alrededor. Buscaba ser discreto con ello ante la cámaras, pero en los momentos que aseguraba estar solo un sutil suspiro muy necesario para aligerar su corazón se le escapaba, salía de unos labios que permanecían en la mayoría de tiempo apretados en una expresión seria pero en realidad evitaban no mostrase temblorosos ya que lo delatarían ante las cámaras que con frecuencia lo apuntaban junto a una vieja amiga, una conocida desconocida a la cual a diferencia del iluso ayer, hoy no se atrevía a mirar.
- ¿Te encuentras bien? - Susurro una voz gentil, pasando apenas una de sus manos entre los barrotes para reconfortarlo con un tacto suave como real sobre el dorso de la suya. Está vez Coriolanus despertaría por la sutileza de una caricia.
- Si... Si, lo estoy. - La voz de Snow aunque al principio cargaba duda se volvió firme al final de su oración, sin embargo su mirada estaba perdida en algo más. No en alguien en específico, simplemente navegando en la nada proyectando la imagen de un hombre que se perdía en su cabeza.
Aquellos ojos no miraban los de ella, pero no por desprecio, no. Ese tacto lo había experimentado antes y este era diferente a la hostilidad.
- Escuché a los guardias, casi de inmediato que te sacaron. Decían que deberían castigarte por tu hazaña de ayer.
- Si...
La joven castaña bajo su expresión con cierta ¿culpa...?
- Y... A decir verdad, me quedé pensando en el golpe que recibiste. - Pensaba en un golpe y una caricia que producía un extraño y alarmante cosquilleo. Una chispa que aún recorría sus dedos y en ocasiones sus labios.
-Si...
Lucy Gray hizo una pausa en silencio puro. Aunque su pecho dictaba hablar definitivamente este tipo no la estaba escuchando.
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EL CANTAR SIN VERSO DE LA NIEVE Al LLEGAR INVIERNO - CORIOLANUS SNOW ¿HAREM?
FanfictionViajes en el tiempo y destino incierto. Lo unico certero es el reencuentro con la venganza lista para dar pie a su limbo así en la tierra como en el infierno: Katniss Everdeen. Bajo la sed de poder ¿Podrá despertar un nuevo sentimiento enlazado a la...