¿Puedo llamarte esta noche? || Hunter Sylvester || Metal Lords

𝑪𝒂𝒑í𝒕𝒖𝒍𝒐 43.- ¿𝑨𝒍𝒈ú𝒏 𝒅í𝒂 𝒔𝒆𝒓𝒆𝒎𝒐𝒔 𝒇𝒆𝒍𝒊𝒄𝒆𝒔?

Hunter Sylvester

Debe ser mediodía, no estoy seguro, sigo aquí acostado en mi cama, con los ojos cerrados, con el cabello desalineado por Tom, con la cara no tan inflamada pero lo suficiente para asustar. 

Ayer me golpeó Tom, después de eso, cuando por fin tomé fuerzas, me duché, hoy ya no se ve tan grave, mi ojo derecho sigue inflamado y el izquierdo esta inyectado en sangre, mi nariz duele y mi labio inferior está partido, aún así, siento que lo que más duele es que Blair lo prefirió a él, anoche pensé, que tal vez, ella regresaría, me cuidaría y seríamos felices, juntos.

Estaba apunto de volver a dormir, cuando alguien comenzó a tocar la puerta.

<< Quizá sea Tom y viene a matarme>> 

Fue lo primero que pensé, y tal vez no me importaba, porque me puse de pie, casi por inercia.

Caminé por la casa, seguía con manchas de sangre en el suelo, vidrios por todos lados y esas colillas de cigarros que Tom había dejado por todos lados empezaban a apestar.

Abrí la puerta y juro que no hay palabra que defina lo que sentí al notar quien estaba detrás de esta.

- Blair...

La chica entró deprisa y cerró la puerta tras de sí, cerró cortinas y se aseguró que nadie la estuviera viendo. Vestía una sudadera negra y un pantalón del mismo color. El nerviosismo e su rostro, la marca roja en su mejilla que amenazaba con volverse morada contrastaba con su piel pálida.

- Hunter.

Intenté acercarme a ella y abrazarla, pero esa retrocedió y fue ahí cuando sentí que algo había cambiado.

- ¿Qué haces aquí?- intenté liberar algo de tensión con mi pregunta.

- Vengo a advertirte.

- ¿Advertirme de que?, lo peor ya pasó, ¿no?

Ella me miró con sus ojos grandes y asustados.

- No, Hunter.

Mi cabeza empezaba a doler, así que caminé y me tendí sobre el sofá. La chica caminó y se posicionó frente a mí, su silueta delgada y lastimada me hacían querer llorar, no había podido protegerla, pero, ¿Cómo la protejo de ella misma?

Ella no me deja ayudarla, no quiere, o al menos eso piensa por el momento.

- Anoche, después de esto, él y yo...fuimos a un bar- la chica se sentó a un lado de mi y tomó mi mano ligeramente-. Sé lo que le hiciste a Skip.

Me tensé. No recordaba eso.

- Skip le dijo a Tom todo, y al parecer se llevaron bien. Escucha, aparte de eso, Tom me dijo que ya no podré verte y le pidió a Skip que me cuide cuando estemos en escuela y cuando él no esté.

Me incorporé y tomé la otra mano de ella, estaban frías.

- Sal de ahí, Blair, quédate conmigo, sabes que yo haría lo que sea por ti, sería mejor novio que Tom, no te lastimaría, no te obligaría a hacer cosas que tu no quieres.

Supe que lo había arruinado cuando ella quitó sus manos.

- Hunter... yo solo venía a decirte que ya no podremos vernos.

Sentí que mi estómago se revolvía, después de todo, tuve razón, ella no dejaría a Tom, aún cuando la hirió y la obligó a hacer cosas que tal vez ella no quiere hacer. Mi corazón se hacía pedazos, apenas me recuperaba de ayer, y ahora ella venía y terminaba con lo poco que queda de mi.

- Lamento que tenga que ser así, Hunter, te quiero, pero lo mejor es que nos distanciemos, no veo porque seguir mintiéndonos.

- Bien, no hay que seguir mintiéndonos, ¿Sabes que me gustas?

La chica volteó a otro lugar y sus ojos se posaron sobre una mancha de sangre.

- Si, lo sabía desde hace mucho tiempo, Hunter, lamento que el sentimiento no sea mutuo.

Asentí, quería llorar, pero no dejaría que ella me viera.

La chica se puso de pie y supe que ya se estaba yendo.

- Blair, antes de que te vayas, debo hacerte una pregunta.

La chica regresó sobre sus talones y me miró.

- ¿Algún día seremos felices?

Los ojos de la chica se llenaron de lagrimas, al igual que los míos. Sonrió y asintió repetidas veces.

- Si, Hunter, lo seremos, aún cuando no sea juntos.

Y sin más se fue, abandonándome con este dolor que se clavaba en mi corazón destrozado. Blair había acabado conmigo muchísimo más rápido y letal que Tom.

Tom desfiguró y lastimó mi exterior, Blair me había derrumbado la mentira por la que vivía y haber regresado así, de golpe a la realidad era incluso más doloroso que los golpes en mi rostro.