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La noche anterior Chiara suspiró aliviada después de girar el cartel con el nombre de su compañera y que ésta fuese la salvada. Corrió a abrazarla cómo si hubiese estado a punto de perderla. Volvieron un poco tristes por sus dos compañeros nominados a abandonar la Academia, pero por lo menos Chiara y Violeta pudieron descansar sabiendo que todavía podrían pasar una semana más juntas.

A la mañana siguiente, Noemí entró a la habitación despertando a los quince triunfitos que descansaban después de la agotadora gala de anoche.

- Buenos días -dijo la directora con voz suave- ¿habéis dormido bien? -todos respondieron con una perezosa afirmación, pero la atención de Noemí se centró en la contestación afirmativa de Ruslana- mis cojones treinta y tres -finalizó Noemí para irse después de darle una sonrisa comprensiva a la ucraniana.

Los jóvenes se levantaron de sus camas y fueron vagamente frente a sus respectivos espejos para arreglarse un poco, ya que ya se encontraban en directo. Siendo ya la tercera semana, las cámaras les daban un poco más igual que los primeros días, pero no querían ser objetivos de futuros memes que no verían hasta que saliesen de la academia.

Chiara salió de las últimas de la habitación, a paso lento se acercaba al lavabo dispuesta a lavarse la cara y peinarse.

- Buenos días, Kiki -escuchó la inglesa a su lado. Cuando giró la cabeza, encontró a Violeta con una cara de recién levantada.

- Buenos días -le respondió Chiara con voz cansada y se fundieron en un largo abrazo. Cuando se separaron, Violeta miró a Chiara a los ojos y le recogió un mechón de pelo detrás de su oreja. Ambas sonrieron.

Así eran ellas, se conocían de hace nada y ya tenían ese tipo de relación. Las caricias entre ellas eran familiares, pues siempre se buscaban y de alguna que otra manera siempre acababan acurrucadas disfrutando de la compañia de la otra.

Para Violeta, Chiara era una chica más joven que ella, un poco revoltosa y definitivamente muy desordenada, pero le tenía mucho cariño, pues siempre consigue sacarle una sonrisa. Aunque, Chiara sea más joven que ella, le tenía muchísima admiración por su pasión por la música y su gran creatividad a la hora de componer.

Para Chiara, Violeta era quien le hacía bajar de las nubes para poner los pies de nuevo en la tierra, su sitio seguro dónde siempre se sentía escuchada y comprendida. Además, también admiraba su gran capacidad de utilizar las palabras. Chiara creía que Violeta hablaba muy bien y que tenía sus ideales muy claros.

- ¿Has dormido bien? Pareces cansada -preguntó Chiara después de fijarse en la expresión de la pelinaranja.

- Sí... -Violeta volvió a abrazarla- solo pensaba en la gala de ayer.

Chiara notó cierta preocupación en su voz, así que acarició su espalda sutilmente y se acercó a su oído para susurrarle y evitar que los micros captasen lo que iba a decir.

- ¿Quieres que vayamos a la ducha? -preguntó la pelinegra.

No era un secreto que, para evitar las cámaras, muchas veces se escaqueavan, ya sea en parejas o grupos, a algún lavabo para poder hablar sin la presión de las cámaras. También todos eran conscientes de que la propuesta de ir a las duchas podía sonar malsonante para los fans, sobretodo teniendo en cuenta que algunos concursantes tenían pareja, por eso solían ser discretas en ese ámbito, por lo menos Chiara y Violeta.

Se separaron del abrazo y Violeta asintió. Chiara rozó un poco su mano al pasar por su lado cuando fue a buscar su ropa.

Una vez dentro de la ducha, Chiara encendió el grifo y fue la primera en empezar a lavarse el pelo. Mientras frotaba su cabeza y formaba espuma, mucha espuma, Violeta la miraba pensativa.

- ¿Qué te pasa? Estás como rara -dijo Chiara dándole la espalda, frotándose el pelo, pero con preocupación. Al no obtener respuesta se giró para estar cara a cara- Porfa. Enserio que me estás preocupando -dijo con una sonrisa un tanto nerviosa.

- Tengo malas sensaciones desde la gala de ayer, siento que no debería estar aquí, en la academia -dijo Violeta con un tono bajo.

- Ayyy, Vio... -Chiara se acercó rápidamente a abrazarla- si estás aquí es porque tienes que estar aquí. No por nada has pasado un casting de más de quince mil personas, ¿sabes? -se mantuvieron en silencio unos pocos segundos. Chiara intentaba buscar las palabras adecuadas para poder apoyarla bien.

- Esque la nominación... No sé, Kiki... Es como que no importa cuánto me esfuerce, nunca es suficiente.

- Ya no importa la nominación. Ya es otra semana y por la tarde hacemos el reparto de temas de la gala tres, ya verás que todo irá bien -Chiara acariciaba los hombros de Violeta con sus manos- A parte, si vuelves a salir nominada ya sabes que tienes, como mínimo, mi voto, ¿no?

- Lo sé. Gracias, Kiki -dijo Violeta sinceramente.

- Alégrate un poco, ¿vale? Te prometo que esta semana irá mejor -volvieron a darse un último abrazo para después continuar con su aseo en la ducha y prepararse para el día de hoy.

La miel de tus labiosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora