Día 4: Compras/universidad

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William estaba bastante meditabundo pues Sherlock se había vuelto de cierta forma más distante. Al parecer las cosas no iban muy bien para él ya que al parecer tenía un bloqueo creativo. El rubio era consciente de ello pues antes este le comentaba acerca de sus nuevos proyectos y ahora nada. Es decir, no es como si tuviese que informarle de cada pequeña cosa o progreso. Sin embargo, dolía saber que su querido amigo y compañero dramaturgo ya no le contaba de aquello más valioso para un escritor de obras dramáticas: su proceso de creación.

—Me pregunto qué estará pasando por su mente, tal vez haber visto a su hermano haya despertado en él sensaciones complicadas—pensaba William mientras hacía nuevas correcciones del guión.

Sus pensamientos fueron interrumpidos por Bond quien se veía triste ya que no le gustaba ver a sus dos amigos tan distanciados. Era evidente que los dos se extrañaban tanto que dolía de solo observarlos. Tanto Sherlock como William presentaban ojeras y el primero ya no se dejaba ver tan seguido por el Young Vic.

Las salidas entre ambos se redujeron al mínimo y al parecer era la única, aunque precaria, forma de mantener el contacto. Sin embargo ya no se sentía natural y fumaban juntos en un incómodo silencio la mayoría de las veces que lograban compartir aunque sea un rato.

—Yo he conversado con Mycky y él intenta acercarse nuevamente a Sherly, pero este no quiere. No sé los detalles pero su relación y culpas son algo complicadas—le dijo Bond a William.

—Nunca he peleado con mis hermanos hasta ese extremo, pero solo puedo imaginar lo mal que deben sentirse ambos.

—...

—Albert también me ha dicho que el señor Mycroft no quiere darse por vencido con Sherlock, pero que no entiende que este necesita su espacio o un acercamiento menos invasivo.

—Así que han hablado de esas cosas...

William solo asintió pues esta situación le estaba carcomiendo los nervios, no podía ni comer debido al estrés que le provocaba esta relación enrarecida con Sherlock. Quería concentrarse en su propia obra de teatro pues había personas que dependían de él. No podía permitirse fallar, por lo que le costaba recordar las palabras de Whiteley irónicamente. Era evidente que ambos necesitaban del otro, como iguales se buscaban pero no podían encontrarse.

—Muy bien, yo creo que deberías salir de compras—dijo tajantemente

—¿Cómo? ¿a qué viene eso?—preguntó William descolocado

—A mi siempre se me arregla el humor después de comprar cosas deliciosas ¿eres consciente de que se me dice el divo glotón?

William no puede evitar soltar una pequeña risa ya que su amigo realmente era alguien muy amable. Demasiado empático y maravilloso, además que había creado una fundación para ayudar a los artistas de escasos recursos económicos. Su labor había sido alabada en todo el mundo del espectáculo pero su ego no se basaba en halagos.

Debido a que era consciente de su propio potencial era evidente su confianza. William lo adoraba y era un orgullo poder trabajar con él. Así que acepto su invitación de buena gana pues sería bueno cambiar de aires y le gustaba salir con su buen amigo.

—Muy bien, hay una tienda nueva cerca de aquí, podemos ir a dar un vistazo—le sonrió Bond una vez salieron del teatro.

—Me dejaré guiar, entonces—dijo William con mejor expresión pues esto lo distraería de sus pensamientos que se tornaron oscuros.

Los edificios de brillantes ventanas daban un aspecto estoico al lugar, la urbanización del gran Londres había sido un gran cambio para William quien solía vivir en Durham con sus hermanos. Tanto Louis como él habían sido adoptados por la familia Moriarty y vivieron una vida bastante acomodada, pero después de que William decidiera dedicarse a las palabras dramáticas tomó la opción de estudiar para convertirse en un experto dramaturgo.

Sherliam week 2023: Palabras dramáticas, hermoso dramaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora