Yo Tu Demonio. Tú Mi Infierno

12

"Mentir por amor no es igual a amar."
                        
                                                        ?.

Baal.

—Ya la dejé dormida en su casa,—entra belial en mi cuarto dando la información—le hice olvidar nuestra conversación.

—¿Crees que eso solucionará algo?. —doy un sorbo al vaso de whisky que sostengo.

—Tampoco solucionará algo el que lo sepa. Solo la confundiría más. Voy a encontrar una forma de arreglar todo esto, no quiero que se vea envuelta en problemas de demonios.

—¿Quieres una solución?, Aléjate de ella.

Me observa ofendido con el ceño fruncido.

—No sé para que sigues intentándolo, no voy a alejarme de ella.—responde.

—¿Por qué eres tan egoísta?. —inquiero un poco enojado.

No puedo creer que sabiendo el peligro al que la puede exponer siga en ese papel.

—¡NO-VOY-A-HACERLO!, ¿Cómo quieres que te lo diga?, ¿En latín?. Im non acturus.

—¿Estás conciente del peligro al que la expones?. Tienes siete millones de años, ¿cuántos enemigos has hecho en ese tiempo?, ¿cuántos de ellos no estarían dispuestos a vengarse con una frágil humana?.

—Voy a protegerla...

—¡No!, sabes que no puedes protegerla siempre. —acuso.

—No puedo dejarla. —pronuncia casi para convencerse más a él que a mí.

Una revelación llega a mi cabeza.

—Belial, —lo miro justo a los ojos—tienes miedo.—exclamo casi con lástima.

—No le temo a ninguno de mis enemigos...

—No hablo de ellos. Le temes a alejarte de ella.

Se queda en silencio.

—Temes que cuando sepa todo no pueda perdonarte. —continuo—El gran Belial, príncipe del infierno, primogénito del inframundo,—me burlo—tiene miedo de perder a una humana.

—Cierra la boca.—exije.

—No solucionas nada con mandarme a callar. Sabes que va a odiarte, y que no te va a perdonar nunca todo lo que le has ocultado.

—En el momento en que se entere tu también saldrás perjudicado, también te odiará.

Me muevo por la habitación. Y bebo whisky a la par.

—Sí, ¿pero sabes cuál es la diferencia?.— señalo con el dedo índice de la mano con la que sostengo el baso—Que yo estaría feliz de que me odie, porque sé que eso la pondría a salvo, en cambio tú prefieres que corra peligro solo por intentar mantenerla a tu lado a pesar de que la retienes a base de mentiras.

—¡Ella me importa!—explota en ira. —No voy a dejarla ir, no vas a quitármela, no otra vez.

—¡No!, ¡ella no te importa!,—acuso— si en verdad te importara renunciarías a ella.

—Encontraré la forma de mantenerla a salvo.

—Te lo estoy advirtiendo Belial, actúa antes de que sea demasiado tarde. Porque no voy a permitir que por tu culpa dañen a Venus. Cada segundo que pasa a tu lado la acerca más al peligro y sabes que está completamente indefensa ante cualquier demonio, sobre todo ante ella.

—¿Por qué hablas de ella?, Llevamos años sin verla.

—Eso no quiere decir que no podría regresar. La conoces tanto como yo—camino hasta la gran ventana que hay a un lado de la habitación y miro hacia afuera sin un punto en específico—está ahí afuera, y en cuanto tenga una oportunidad volverá.